En las primeras horas del martes 29 los principales medios de comunicación televisivos recordaron que se cumplía «16 años desde la victoria deportiva del Chino Ríos», pero ninguno de los canales recordó el nuevo aniversario del degollamiento de los inolvidables compañeros Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino, ni el asesinato de los hermanos […]
En las primeras horas del martes 29 los principales medios de comunicación televisivos recordaron que se cumplía «16 años desde la victoria deportiva del Chino Ríos», pero ninguno de los canales recordó el nuevo aniversario del degollamiento de los inolvidables compañeros Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Santiago Nattino, ni el asesinato de los hermanos Vergara Toledo. Hablamos de episodios que entonces conmovieron a la opinión pública mundial, que despejaron toda duda respecto del carácter criminal de la dictadura y que provocaron la justa ira del pueblo chileno que redobló su movilización empleando todas las legítimas formas de enfrentar a un régimen de esa naturaleza.
Pero el martes 29 eso no existió para la prensa del sistema que, siguiendo la receta de Obama, prefirió «no seguir atrapado en la historia». La TV simplemente olvidó hechos de nuestra realidad reciente de la mayor significación. Es que, como tantas veces se ha dicho, la fuerza adquirida por el desarrollo de los medios de comunicación visuales y la concentración de su propiedad en manos de los poderes fácticos de la sociedad, les transforman en peligrosísimos deformadores de conciencia.
Baste con examinar lo que acontece con la información que se entrega sobre los acontecimientos en Libia. Ahora Muammar Gadafi ya no es el líder libio, sino «el dictador» olvidando que hace sólo unos meses le abrazaban líderes «democráticos» como Sarkozy, Rodríguez Zapatero, como antes Aznar, y hasta ese mismísimo personaje de la fastuosidad y los negocios, el rey de España. Se reúnen esta semana en Londres unos cuantos gobernantes y declaran que Gadafi ahora carece de legitimidad y que hay que sacarlo «para que el pueblo libio decida». Y a los medios televisivos esto les parece bien, olvidando que los personajes son los mismos que han avalado todas las invasiones criminales del imperialismo, tras el mismo objetivo de siempre : el petróleo, las riquezas naturales de los pueblos invadidos.
El presente ataque militar contra Libia lo justifican con la ilegal resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU bajo el pretexto de proteger civiles. Obama, el primer ministro británico Cameron, Sarkozy y otros reiteran el carácter humanitario de la intervención, pero todos callan que quienes guían a los «rebeldes»- que hasta han formado un «consejo»alternativo al gobierno de Gadafi- han sido financiados y preparados por el grupo terrorista Al Qaeda con la tolerancia, sino apoyo, de estos «demócratas». ¿O los medios no conocen que los «rebeldes» son en verdad una fuerza armada estructurada formada por guerrilleros jihadistas o muyahidines que cruzaron la frontera de Siria con Irak hace ya varios años? Raro.
Tampoco en Chile dicen nada sobre que Golborne, el ministro más cotizado de Piñera, fue el gerente general de la empresa de supermercados que desde hace años encierra a sus trabajadores por las noches como en la esclavitud. Eso es un delito. Pero ni los fiscales se han enterado. Los medios tampoco ahondan en la ingerencia de los Matte Larraín en el caso Karadima ni en la sugestiva entrevista de Eliodoro Matte con el fiscal Chauan. Curioso.
Mientras las comunicaciones sigan controladas por los centros del poder económico, que las usan para sus particulares intereses, continuará la deformación de la realidad, la mentira simplemente, y así no se educa al país ni se puede construir una sociedad sana.
– Fuente: www.elsiglo.cl