Finalmente, los pueblos de Chile se han levantado al unísono contra el opresivo y expoliador sistema neoliberal, cuestionando directamente la democracia restringida, tutelada y de baja intensidad que garantiza este modelo. La rebelión popular plantea, con más fuerza que nunca, la necesidad de cambiar el sistema político cuyo pilar fundamental es la Constitución Política del […]
Finalmente, los pueblos de Chile se han levantado al unísono contra el opresivo y expoliador sistema neoliberal, cuestionando directamente la democracia restringida, tutelada y de baja intensidad que garantiza este modelo. La rebelión popular plantea, con más fuerza que nunca, la necesidad de cambiar el sistema político cuyo pilar fundamental es la Constitución Política del Estado mediante la discusión y aprobación democrática por parte de la ciudadanía de una nueva Carta Fundamental. El método para hacerlo no puede ser otro que el de una Asamblea Constituyente libre y soberana.
En este contexto, el Foro por la Asamblea Constituyente -colectivo que viene desde hace años aportando insumos teóricos y políticos e impulsando un trabajo de autoeducación popular para el logro de este objetivo- somete a la discusión de la ciudadanía movilizada las siguientes propuestas para avanzar hacia la refundación política de la República de Chile:
1.- Exigir la salida o destitución de Sebastián Piñera Echeñique del cargo de Presidente de la República, al mismo tiempo que el cese de funciones de sus ministros y demás integrantes del Poder Ejecutivo.
2.- Formación de un gobierno provisional que llame a elecciones presidenciales, parlamentarias, de gobernadores, concejales y alcaldes, simultáneamente.
3.- Que el gobierno provisional envíe un proyecto de ley al nuevo Parlamento que convoque la elección de una Asamblea Constituyente.
4.- Que la elección de delegados a la Asamblea Constituyente se realice de manera plenamente democrática y participativa, mediante voto proporcional, sin fórmulas binominales, ni delegados designados (como es lo proponen ciertos políticos profesionales a través de una espuria «Convención Constituyente» en la que ellos tendrían asegurada la mitad .de los representantes).
5.- Que la Asamblea Constituyente delibere públicamente, sin sesiones secretas ni cortapisas de ningún tipo. Que contemple mecanismos de participación y fiscalización por parte de la ciudadanía, y que los (as) ciudadanos (as) puedan presentar proposiciones de artículos o capítulos.
6.- Que todos aquellos artículos o capítulos que no sean aprobados por al menos 2/3 de los delegados a la Constituyente sean sometidos a plebiscito, a fin de reducir la posibilidad de componendas entre bambalinas, asegurando de esta manera que el titular de la soberanía (el pueblo) sea quien decida.
7.- Que se someta a la consideración de la ciudadanía mediante plebiscito un proyecto constitucional con alternativas, no un texto cerrado.
8.- Que al final de este proceso se someta nuevamente a plebiscito la propuesta final.
Los pueblos de Chile deben mantenerse alertas y movilizados, presionando por el logro de sus reivindicaciones (algunas pueden ser obtenidas antes del cambio constitucional). Igualmente, deben rechazar las maniobras de pasillo destinadas a desviar la tremenda energía social por callejones sin salida que conducirán a nuevas frustraciones y explosiones como la actual.
Debemos repetirlo: solo aceptaremos una Asamblea Constituyente soberana, libre y democrática . Debemos rechazar de plano la pretensión de algunos de que el Parlamento se declare como poder constituyente, que el proyecto de nueva Constitución la redacten algunos «expertos», una «comisión de consenso» o una «Convención Constituyente» en la que la casta parlamentaria tendría asegurada una parte de sus asientos. No podemos aceptar un plebiscito constituyente en el que se nos llame a decir sí o no a un texto cerrado. Tampoco aceptaremos meras reformas -por importantes que parezcan- a la Constitución del dictador remozada por el gobierno de Ricardo Lagos.
Desde hace mucho tiempo alentábamos la acumulación de una fuerza constituyente capaz de romper los cerrojos que nos oprimen. Millones de personas movilizadas en todo el país ofrecen la posibilidad de dar pasos decisivos para la refundación democrática del país. No dejemos pasar esta oportunidad, continuemos presionando y debatiendo sin tutelajes de ningún tipo.
Hoy más que nunca: ¡Asamblea Constituyente, soberana, libre y democrática!
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