1. Finalmente -y a riesgo de volteretas palaciegas jamás descartables-, a través del órgano oficial mediático de las clases dominantes del país, El Mercurio, Ricargo Lagos Escobar, aseguró que «No seré candidato» a las futuras elecciones presidenciales en octubre de 2009. En la entrevista central dominical del periódico de la burguesía (que marca la pauta […]
1. Finalmente -y a riesgo de volteretas palaciegas jamás descartables-, a través del órgano oficial mediático de las clases dominantes del país, El Mercurio, Ricargo Lagos Escobar, aseguró que «No seré candidato» a las futuras elecciones presidenciales en octubre de 2009. En la entrevista central dominical del periódico de la burguesía (que marca la pauta a la corte monocorde de los medios hegemónicos), Lagos señaló que «la cultura de coalición está débil entre los partidos y dentro de ellos. No hay disciplina del interés común.» Recordando los primeros años de los gobiernos civiles post dictadura, el ex Presidente indicó que en aquellos tiempos «…las ideas sobraban y el trabajo intelectual estaba de nuestro lado.» Haciendo eco de los innumerables análisis de distintos polos de producción intelectual del mundo, y contraviniendo el discurso oficial sobre el supuesto blindaje de la economía chilena ante el curso de la crisis económica de origen norteamericano (propaganda analgésica ya inútil), Lagos enfatizó que «Por una parte, la situación económica se deteriorará y por la otra es probable que el discurso pro mercado, en la versión más extrema, se deteriore.»
Que el rostro concertacionista del bloque en el poder atraviesa por su peor momento desde hace 18 años en el Ejecutivo, tiene tiempo en el horno. Ello se ha expresado mediante los desprendimientos políticos hacia la derecha populista del Presidente del Senado, Adolfo Zaldívar (ex democratacristiano) y la fundación de su Partido Regionalista de los Independientes (PRI); el alejamiento de Fernando Flores y su intento de legalizar fallidamente el Partido Chile Primero; los caminos propios (con un pie dentro de la Concertación y el otro fuera) del Senador socialista Alejandro Navarro a través del llamado Movimiento de Acción Socialista; la bancada de los parlamentarios denominados «díscolos» (por sus críticas permanentes a las iniciativas de La Moneda); y la audacia del Partido por la Democracia (PPD) junto al Partido Radical de ir en listas distintas respecto de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista en las elecciones municipales de fines de mes. Pero eso no es todo.
A diferencia de elecciones anteriores, las reyertas por arriba para definir al candidato de la Concertación, han puesto en carrera a dos democratacristianos (Soledad Alvear y al ex Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle); pronto tendrá que explicitarse la pre candidatura del actual Secretario General de la OEA, el socialista José Miguel Insulza; y no se desestima el lanzamiento del Presidente del Partido Radical, José Gómez, y del propio Presidente del PPD, Pepe Auth. Con alguna certidumbre puede afirmarse que la renuncia de Ricardo Lagos a su eventual candidatura, obliga a la realización de alguna fórmula de primarias que presente a un candidato único a las elecciones de 2009 si se contempla el fortalecimiento, en el mismo sentido, del candidato de la derecha histórica (que alguna vez quiso ser democratacristiano, según Patricio Aylwin), el millonario empresario, Sebastián Piñera.
Pero, ¿Qué le pasó a Ricardo Lagos? Pese a ser el concertacionista más votado en las encuestas, pero siempre debajo de Sebastián Piñera ¿El ex Presidente no quiere arriesgar un fracaso probable para evitar manchar sus expedientes internacionalmente? ¿Da por finiquitada la Concertación en sus maneras originales y estima que es el turno de la derecha histórica ante la descomposición política de su conglomerado? ¿Pretende ofrecer una lección «moral» por el caos interno de la Concertación sin que una eventual debacle electoral lo salpique inexorablemente? ¿Su orgullo superlativo se vio dañado por el no acuerdo de ser el candidato único de la Concertación y el bajo apoyo electoral manifestado por todas las encuestas?
Sebastián Piñera, por su parte, procura consolidar su liderazgo mediático por fuera, y la tesis del candidato único por dentro de la Alianza por Chile. Adelantándose a la archiempleada publicidad concertacionista de reeditar las relaciones de fuerza votantes en el plebiscito de 1988 donde ganó el «No» a la prolongación del mandato de extinto tirano Augusto Pinochet; Sebastián Piñera (dueño hasta de un canal de televisión abierto) majaderamente recuerda a diario que él también votó por el «No» y que no pretende privatizar el 28 % de la propiedad del cobre que todavía es de propiedad nacional.
Por abajo, casi la mitad de los chilenos no se inclina por ninguna combinación política en vitrina; un 60 % rechaza la actuación de la Alianza por Chile y la Concertación; y los temas urgentes están asociados a la estabilidad laboral, la inflación, el Transantiago y la delincuencia. El malestar de los trabajadores y el pueblo abunda, mientras los candidatos a las municipales, en su propaganda, tratan de no identificarse con ningún partido político, a pesar de sus militancias vigentes. Y 2 millones y medio de jóvenes en edad de votar no se inscribieron en los registros lectorales.
2. El viernes 3 de octubre, el cobre (alimento fiscal sustantivo de Chile) cerró a US$ 2,7 por libra, cifra que es más de un tercio menos que su máximo de julio, de US$ 4,07, tras sufrir su peor caída semanal desde los ochenta, al perder casi US$ 0,5 en cinco días. Asimismo, la semana pasada, calladamente, el Ministerio de Hacienda inyectó US$ 1.000 millones a los principales bancos de la plaza, el BancoEstado, el Santander, BCI, y Banco de Chile. En otro ámbito, 250 trabajadores forestales fueron despedidos del aserradero Lomas Coloradas ubicado en la VIII Región, con el argumento patronal de la baja de demanda norteamericana de producción maderera chilena por la debacle de la fabricación inmobiliaria en el mercado imperial. Del mismo modo, hasta hace algunos días, la cifra de pérdidas de los ahorros provisionales administrados por entidades privadas (consagradas por la famosa Reforma Previsional de Bachelet) iba en US$ 18.000 millones, debido a las inversiones realizadas en las bolsas extranjeras en crisis.
¿Qué sucedió con el «superblindaje» de la economía nacional cacareada infatigablemente por los personeros de gobierno?
Tal como se ha manifestado en distintos análisis, la crisis cíclica recesiva de origen norteamericano que en la actualidad contamina promiscuamente las economías centrales, las emergentes y naturalmente las de los países dependientes y pobres, paulatinamente y sin descanso, multiplica sus síntomas ligados a la destrucción de fuerzas productivas (trabajo y empresas), la tendencia a la baja de demanda internacional (y , por tanto de los precios) de los recursos naturales chilenos, y abre un nuevo período de incertidumbre económica, agudizando la mala vida de las grandes mayorías. El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, en una reunión con la patronal sentenció que aunque se lograra controlar la inflación a través del aumento de las tasas de interés por el Banco Central, el alza del precio de los alimentos y los servicios básicos tiene para rato.
Hace más de 30 años que la versión más radicalizada del capitalismo gobierna las relaciones económicas y sociales en Chile. Como el país, lejos de habitar al interior de un domo, es campeón del aperturismo económico y los Tratados de Libre Comercio (asimétricos, por cierto), ya comienza a resentir los primeros golpes de la que puede ser una de las más profundas crisis del capital, y en particular, de la hegemonía del capital financiero especulativo. La situación, de manera compleja y contradictoria, comenzará a expresarse negativamente en el campo ancho de los trabajadores y el pueblo. Teniendo a bien, que ya antes de la crisis desplegada, las cosas pintaban oscuro para los chilenos.
Lejos de las miradas apocalípticas, los mecanicismos trasnochados y los ideologismos estrechos, la nueva etapa demanda con celeridad la generación del polo inicial de los empeños anticapitalistas para enfrentar con oportunidad popular la eventual pauperización de la vida en el país. Pero no por la vía de la oxigenación del costado menos malo del bloque en el poder, sino a través de la unidad por abajo; de la reunión de las voluntades genuinas de la recomposición de los instrumentos de los intereses de los trabajadores y el pueblo. Política, ética e históricamente, de no existir amplios continentes de organización popular, independientes de la agenda de fracciones del bloque en el poder, los acuerdos por arriba confunden, postergan e hipotecan los intereses clave de las grandes mayorías. Más allá de las formas de lucha pertinentes para el período; y más allá de la desesperación por peligros de extinción política. Ni maximalismos, ni minimalismos, ni posibilismos. Sino que creación política desde la corteza popular, conjunción de voluntades, vocación de mayoría y poder, convicción de clase y trabajo duro.
3. Organizaciones sindicales y sociales ya convocan a una concentración y marcha para el miércoles 8 de octubre, a las 19:00 hrs., en la Plaza de Armas por la defensa de los ahorros previsionales de los asalariados y el término de la especulación bárbara de la administradoras de fondos de pensiones creadas bajo dictadura, y que, cada día que pasa, desvalorizan dramáticamente los recursos destinados a la jubilación. Asimismo, el 17 de octubre, también diversas organizaciones sociales han llamado a la segunda marcha contra el hambre, en el centro de Santiago. Mientras tanto, la primavera comienza a soldar su temperatura. De hecho, ya amanece un poco más temprano.