Carlos Lozano, Gloria Inés Ramírez y Wilson Borja tienen varias cosas en común. Son integrantes de la Junta Nacional del Polo Democrático Alternativo, pertenecen al Comité Central del Partido Comunista Colombiano, son sobrevivientes del exterminio contra la Unión Nacional de Oposición ejecutado en los años 1974 al 80. del Genocidio contra la Unión Patriótica y […]
Carlos Lozano, Gloria Inés Ramírez y Wilson Borja tienen varias cosas en común. Son integrantes de la Junta Nacional del Polo Democrático Alternativo, pertenecen al Comité Central del Partido Comunista Colombiano, son sobrevivientes del exterminio contra la Unión Nacional de Oposición ejecutado en los años 1974 al 80. del Genocidio contra la Unión Patriótica y el PCC sobrevivieron a amenazas y atentados.
Ahora a los tres se les quiere procesar bajo la acusación de pertenecer a la guerrilla de las FARC.
Carlos Lozano ha sido citado a indagatoria por el Fiscal General quien a su vez solicitó a la Corte Suprema de Justicia que iniciara investigación contra Gloria Inés y contra Wilson, en razón de su fuero de parlamentarios. También ha sido incluida la combativa senadora Piedad Córdoba. Opositora al gobierno y trabajadora incansable por el Acuerdo Humanitario y la paz. Álvaro Leyva y Lázaro Viveros, trabajadores por la paz y la funcionaria de Fensuagro, Liana Obando, también han sido vinculados.
Bajo la presión del gobierno, al cual siempre ha pertenecido, el Fiscal Iguaràn, ha iniciado de esta manera el tan publicitado proceso de la farcopolitica. Nunca antes ningún espectáculo ha sido anunciado con tanto despliegue. Mediante editoriales, artículos de prensa de la extrema derecha, delirantes declaraciones del Vicepresidente Santos, ofensas incendiarias de Uribe y amenazas diarias del ministro de defensa, también del clan de los Santos, se ha venido preparando el montaje. La campaña publicitaria de expectativa del show es digna de contratar por los grandes empresarios y multinacionales para promocionar sus productos y servicios.
El parauribismo, sumido en la profunda crisis que le provoca la parapolitica, esta si real, cruel y sanguinaria, y los escándalos de corrupción que rodearon la aprobación de la reforma constitucional que permitió la reelección fraudulenta de Uribe, busca tender ahora una cortina de humo. Un distractor. Un falso e inexistente equilibrio. Quizás busca a largo plazo una «Ley de punto final».
Pero se equivocan.
Hay algo con que no han contado, además de la inocencia de los inculpados. Que ellos conocen perfectamente. Y que seguramente solo son el inicio de una masiva cacería de brujas.
El mundo se levantará indignado y solidario.
Con la solidaridad que no ha tenido Uribe, que lo que tiene son socios ávidos de ganancias y expansiones. Y adhesiones producto de su aparato de propaganda y la sumisión de los medios.
La solidaridad que no han tenido los parapoliticos. Quienes al contrario han sentido la indiferencia y la condena de sus correligionarios y sus obligados votantes.
La solidaridad con los dirigentes de la oposición y el movimiento popular, victimas de la guerra sucia y el terrorismo de Estado, ahora convertidos en acusados será el principio del fin del régimen mafioso del uribismo.