En un artículo de Tim Padger desde Miami, titulado «El dilema de EEUU contra Chávez», la revista estadounidense Time se une a las voces que aprecian muchos puntos oscuros en el asunto de las computadores supuestamente incautadas por el ejército colombiano en el campamento de Raúl Reyes. Time señala que existe la «posibilidad, apuntada por […]
En un artículo de Tim Padger desde Miami, titulado «El dilema de EEUU contra Chávez», la revista estadounidense Time se une a las voces que aprecian muchos puntos oscuros en el asunto de las computadores supuestamente incautadas por el ejército colombiano en el campamento de Raúl Reyes.
Time señala que existe la «posibilidad, apuntada por otros observadores, de que Chávez puede tener razón cuando manifiesta que los ordenadores portátiles pueden no ser auténticos». La revista recuerda que «el jefe de la INTERPOL, Richard Noble, dijo que estaba ‘absolutamente seguro’ que las computadoras ‘vinieron de un campamento terrorista de las FARC’. Pero el técnico de la Interpol que hizo el peritaje de las computadoras afirmó que no habían sido manipuladas después del 1 de marzo, sin embargo no se ha atendido la petición de Chávez de investigar la posibilidad de que las computadoras hayan sido suplantadas por los militares colombianos desde el primer momento».
El periodista de Time también reconoce que Estados Unidos estuvo detrás de la incursión de Colombia en Ecuador y que provocó la indignación en los países de la región, hasta el punto de que la OEA la calificó de una violación del derecho internacional.
El artículo también desautoriza a la administración Bush para calificar a Venezuela como patrocinador del terrorismo, recuerda que «gran parte de los países de la región perciben que los EE.UU. carecen de la autoridad moral en este caso para etiquetar Venezuela un patrocinador del terrorismo». Además también precisa que si EEUU calificase así a Venezuela, Chávez podría recordar con voz alta «el caso de Luis Posada Carriles, quien planificó en 1976 el ataque terrorista a un avión cubano provocando la muerte de 73 personas». A pesar de ello «EE.UU. ha rechazado la extradición de Posada aún con las evidencias proporcionadas por el FBI que lo implican en el crimen».