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La segunda vuelta y el cobre chileno

Fuentes: Rebelión

La suma de los votos de todos los candidatos presidenciales de «izquierda» y de «centro» reúne algo más del 55%. Alejandro Guillier tendría, aritméticamente, las mayores chances de ganar la segunda vuelta visto que los dos candidatos de derecha suman algo menos del 45%. Pero la votación de izquierda no es traspasable tan fácilmente a […]

La suma de los votos de todos los candidatos presidenciales de «izquierda» y de «centro» reúne algo más del 55%. Alejandro Guillier tendría, aritméticamente, las mayores chances de ganar la segunda vuelta visto que los dos candidatos de derecha suman algo menos del 45%.

Pero la votación de izquierda no es traspasable tan fácilmente a Guillier. Aquella juventud que se movilizó para votar por Beatriz Sanchez no es moldeable a voluntad. No basta con gritar marcialmente: «A la derecha… ¡Der!» Aunque exista el peligro que gane Piñera. Por otra parte, si el electorado del Frente Amplio concurre a votar en la segunda vuelta -y ese es un gran si-, es impensable que votase por Sebastián Piñera. ¿Qué podría motivarles a votar por Guillier?

La primera cuestión es pues, qué hacer para que el electorado del Frente Amplio concurra a votar.

Para comenzar, es necesario que el candidato del continuismo demuestre que no es lo mismo que Piñera. Problema: si Piñera declara que la Educación es un bien de consumo, Guillier justificó su publicidad para las Isapres asegurando que la Salud es un bien de consumo. Lo dijo de otro modo, pero el resultado es el mismo. ¿Diferentes Guillier y Piñera?

Yo entiendo, sin embargo, que sería un gran retroceso que Piñera derogue la recién aprobada ley sobre el aborto, como ha insinuado abiertamente. La ley es mediocre, restrictiva, ambigua: deja puertas abiertas para que no se la considere vinculante. Pero es un avance.

Contra este argumento se puede argüir que es muy difícil que Piñera pueda aprobar políticas más conservadoras o más neoliberales que las actuales, porque está lejos de tener mayoría en el Congreso. No puede dar marcha atrás en las leyes más «progresistas» ya aprobadas, a menos que consiga el apoyo de parte de la vieja Concertación (lo que no puede excluirse). Desde ese punto de vista, parte del electorado frente amplista puede pensar que no vale la pena ir a votar, porque no existe un real peligro de vuelta atrás si gana Piñera. Sobre todo teniendo en consideración el peso de la bancada del Frente Amplio.

Si bien Piñera no contaría con mayoría parlamentaria, existen numerosas decisiones que no pasan por el Congreso Nacional, que dependen únicamente de las facultades del Presidente de la República. La actual Constitución es muy presidencialista: fue hecha para que Pinochet gobernara aunque estuviese en minoría en el Congreso Nacional.

Entre las facultades del Presidente de la República está la de disponer de la administración de las empresas del Estado, y entre ellas la más importante de todas, CODELCO, que le ha entregado al país más de US$ 120 mil millones de dólares, o sea más que el impuesto a la renta de primera categoría que han pagado ABSOLUTAMENTE TODAS las empresas privadas que existen o han existido en Chile desde 1971 a la fecha. Esa es la importancia de CODELCO.

Si bien Piñera no puede privatizar CODELCO, -para ello necesita una reforma constitucional que exige los 3/5 del Congreso Nacional-, sí puede asestarle un golpe mortal, como ya hizo entre los años 2010 y 2014 cuando designó un directorio y Presidentes Ejecutivos de la Corporación que venían directamente de las transnacionales mineras, como Diego Hernández y enseguida Thomas Keller.

Durante la presidencia de Piñera CODELCO se endeudó en más de US$ 10 mil millones, y perdió en subfacturación más US$ 15 mil millones. Esa fue una de las razones por las que interpusimos una querella por malversación en CODELCO. ¿Dónde está todo ese dinero? ¿En que se gastó? Es lo que debiese investigar la Fiscalía Centro Norte, pero no lo hace, al menos hasta ahora.

Entre los años 2010 y 2014, bajo la presidencia de Piñera, se registraron los más altos precios del cobre, llegando a 5 dólares la libra durante algunas semanas del año 2011, terminando el año con un promedio de 4 dólares la libra, es decir el precio más alto de la historia. Sin embargo, en ese periodo se registraron los peores resultados de CODELCO de toda su historia.

Los malos resultados no fueron el fruto de una mala gestión, ni de errores, sino el objetivo perseguido por las transnacionales mineras que dirigían la Corporación, por intervención directa del presidente Piñera.

Destruir financiera y económicamente a Codelco era el paso necesario para crear la necesidad de su privatización, a la que siempre han aspirado las transnacionales mineras.

Tras los 4 años de la presidencia de Piñera, CODELCO aún está en la UTI, pero en recuperación.

Si Piñera llega nuevamente a la presidencia, existe un gran riesgo de quiebre de la empresa, y por esa razón logren que el Congreso apruebe la privatización de algún yacimiento para salvar a la Corporación. Desde el tiempo que Diego Hernández era Presidente Ejecutivo de CODELCO, corre el rumor que el grupo Luksic pretende quedarse con Chuquicamata. Al dejar la Corporación, Hernández fue designado Presidente Ejecutivo de Antofagasta Plc, cargo que dejó al ser elegido Presidente de SONAMI, pero quedó siempre como asesor del directorio.

La destrucción y la privatización de CODELCO, o de alguno de sus yacimientos, es un peligro real si Piñera llega nuevamente a la presidencia de la República.

El Presidente de la República puede designar directamente 3 miembros del directorio de CODELCO, e interviene en la designación de otros 3 miembros que escoge la Alta Dirección Pública entre postulantes que demuestren que han trabajado en empresas mineras.

De ese modo -en virtud del poder omnímodo del presidente de la República- todo el directorio puede caer en manos de enemigos de la empresa pública, ejecutivos que vengan directamente de las transnacionales mineras.

El directorio elige al Presidente Ejecutivo, que también viene de transnacionales mineras, quien a su vez puede designar nuevos vicepresidentes y gerentes de la Corporación, que también vengan de transnacionales mineras, como ya ocurrió el año 2010, con consecuencias desastrosas para la Corporación que muy poca gente conoce.

Ni el endeudamiento ni la subfacturación que ocasionaron miles de millones de dólares fue informada por los medios de comunicación. El actual gobierno miró para el otro lado.

Alejandro Guillier ha defendido a CODELCO en el Senado, y me parece poco probable que nombre ejecutivos provenientes de transnacionales mineras. Creo firmemente que Guillier, a pesar de las presiones que pueda recibir de los grupos de poder de la Nueva Mayoría, o de la debilitada antigua Concertación, tendrá la fuerza para designar en CODELCO a ejecutivos que la saquen del marasmo actual.

Piñera no me asusta por las leyes que pueda promover, porque no tiene mayoría en el Congreso Nacional, pero sí me asusta por las facultades que le otorga la Constitución y la ley, para intervenir en la administración de CODELCO. Ya lo hizo, esto no es una mera especulación.

En razón del peligro real que Piñera representa para la existencia de CODELCO, no se debe permitir que llegue una vez más a la presidencia de la República. Para que ello no ocurra, no basta con no votar por Piñera: es absolutamente necesario votar por Alejandro Guillier.

Por la defensa de CODELCO votaré por Guillier, y me permito llamar a votar por él.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.