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Entre vista a Benet Salellas i Vila, abogado defensor de la mayoría de los acusados en el caso de los ‘11 del Raval’

«La sentencia es un cúmulo de sinsentidos»

Fuentes: Diagonal

La comunidad paquistaní de El Raval y algunos movimientos sociales (rastrosdedixan.wordpress.com) defendieron la inocencia de los detenidos. Su juicio, en la Audiencia Nacional, ha acabado en una dura condena. Benet Salellas, abogado catalán con larga experiencia en juicios contra supuestos yihadistas, lleva gran parte del peso de la defensa de los 11 vecinos del Raval. […]

La comunidad paquistaní de El Raval y algunos movimientos sociales (rastrosdedixan.wordpress.com) defendieron la inocencia de los detenidos. Su juicio, en la Audiencia Nacional, ha acabado en una dura condena. Benet Salellas, abogado catalán con larga experiencia en juicios contra supuestos yihadistas, lleva gran parte del peso de la defensa de los 11 vecinos del Raval. Aclara que «la defensa siempre se organizó desde la perspectiva de la absoluta inocencia y falta de pruebas contra los acusados y en la necesidad de buscar en la misteriosa figura del testigo protegido F1 -o «agente semiencubierto», como le llamó la fiscalía al final del juicio- las respuestas a todos lo interrogantes planteados por la policía.

Estuvimos tentados de desarrollar una defensa estrictamente formal por las irregularidades procesales del caso -especialmente en las intervenciones telefónicas- y de que los acusados se acogieran a su derecho a no declarar. Pero pensamos que socialmente no se entendería y que era mejor que declararan para que la gente pudiera ver cómo los acusados son gente sencilla, trabajadora y religiosa, pero no integrista».

DIAGONAL: Sostienes que en los casos de terrorismo «islamista» se aplica un derecho de emergencia…

BENET SALELLAS: Este tipo de procesos sirven para criminalizar al conjunto del mundo musulmán y de las comunidades musulmanas en el Estado español. Lo decimos entre otras cosas por la constante mezcla de términos religiosos con términos que pueden ser considerados delictivos. Uno puede ser islamista políticamente y no tener nada que ver con la participación en acciones violentas.

El islamismo es un movimiento equivalente a la democracia cristiana y esto no tiene nada que ver con terrorismo. Quizá sería más preciso hablar de jihadismo, aunque el término jihad también admite matices. La propia existencia de la Audiencia Nacional y de una legislación específica en materia antiterrorista ya es un ejemplo de derecho de emergencia por lo que ello significa de creación de un marco especial distinto al convencional en el que también se juzgan delitos graves. Sin embargo estos procesos se caracterizan por dos elementos: la utilización de un derecho de autor -y no de un castigo del hecho-, lo que conlleva que se juzgue lo que se cree o piensa más que lo que se hace; y la debilitación de las garantías procesales y del derecho de defensa construyendo macroprocesos en los que hay una desigualdad gigantesca entre las armas de la fiscalía y las de las defensas.

D.: ¿Esto explicaría la dura condena -penas de ocho a 14 años de prisión por integración en banda terrorista- pese a la endeblez de las pruebas de la acusación?

B.S.: Por supuesto que sí. Por un lado, el proceso entero ha girado alrededor de la criminalización del Tabligh, una corriente dentro del Islam parecida a los Testigos de Jehová en el cristianismo pero mucho más extendida, a la que pertenecen una parte de los acusados. Los informes policiales se centran en el aspecto de los acusados, en sus prácticas religiosas, en sus lecturas, en sus oraciones… derecho de autor.

Además, han sido condenados por pertenecer a una organización terrorista indeterminada -se concluye en la sentencia que Tabligh no es un grupo terrorista y que no podían formar parte de TTP, otro grupo del que hablaba la fiscalía- que no ha realizado ningún atentado ni ha preparado ninguno. No olvidemos que son absueltos del cargo de conspiración para la comisión de atentado terrorista.

La sentencia tiene este problema del grupo terrorista indeterminado como un importante agujero, junto con las incoherencias de la credibilidad que la Sala otorga al famoso testigo protegido. La sentencia es una acumulación de sinsentidos y lo más grave es que no se basa para nada en lo que sucedió en el juicio. Nuevamente no es más que la transposición del contenido del atestado inicial de la Guardia Civil.

D.: ¿Qué está en juego?

B.S.: Esto es un efecto cascada. Si empezamos a ceder en derechos y garantías, el déficit democrático va a extenderse con gran rapidez al resto de procedimientos penales por delitos comunes y a otros ámbitos de la Administración y el poder. Si se pretende luchar democráticamente contra el terrorismo hay que respetar el marco de garantías, y si no, llamémosle otra cosa pero no Estado de derecho. Volvemos al problema de la equiparación entre islam y terrorismo. Por parte de los poderes públicos se contribuye a la confusión y como la comunidad afectada se encuentra en una posición de debilidad porque la mayoría de sus componentes tienen el status de extranjeros no tiene la capacidad de defenderse de este contexto. Si hiciéramos un ejercicio mental y borráramos del sumario todas las referencias al islam como religión, se quedaría en nada. Si hubiéramos demostrado que los acusados no eran musulmanes, ¿qué habría quedado? Sin bombas y sin atentados, como en este caso, todo se construye a partir de un imaginario del islam como peligro y solo en base a ese cúmulo de prejuicios alimentados por la policía puede sostenerse este proceso.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-sentencia-es-un-cumulo-de.html

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