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La sobredeterminación del asunto Santrich

Fuentes: Rebelión

Cada vez que entro al portal «las dos orillas punto com», me acuerdo de aquel contundente pensamiento del filósofo de Buga que dice así: «Todo rio tiene orillas, porque si no tuviera orillas, sería un rio sin orillas». Trato de entender tan complicada y enigmática sentencia, como que en Colombia hay potentes, caudalosos y telúricos […]

Cada vez que entro al portal «las dos orillas punto com», me acuerdo de aquel contundente pensamiento del filósofo de Buga que dice así: «Todo rio tiene orillas, porque si no tuviera orillas, sería un rio sin orillas». Trato de entender tan complicada y enigmática sentencia, como que en Colombia hay potentes, caudalosos y telúricos ríos, no solo de agua sino de pensamiento con una sola orilla.

En efecto, en una columna de este portal auto presentado como «neutral y objetivo» donde Gabriel Ángel hace sus relatos-denuncias, el eminente doctor Juan Manuel López, quizás o tal vez, el mejor representante del «bicentenario pensamiento Liberal-Realista de la casa López», escribe el 03 de julio, una opinión sobre el llamado «asunto Santrich», cuyo título describe su pensamiento y que no voy a glosar porque prefiero que el lector se forme su propia idea: (ver https://www.las2orillas.co/santrich-el-personaje-mas-importante-de-colombia/)

De aquí en adelante, el espectro electromagnético colombiano y aún vecino, se saturó con explicaciones de todo tipo (que van desde el odio más bilioso hasta la mamadera de gallo más macondiana) sobre la no aclarada «desaparición del desparecido Santrich». Por ejemplo, Poncho Rentería, escritor «light» del diario de la familia Santos EL Tiempo y, alguna vez amigo de Gilberto Viera, escribió sus simpáticos comentarios sobre el asunto aquí: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/poncho-renteria/con-santrich-volvio-la-risa-columna-de-poncho-renteria-383362.

Y en la misma onda, sin odio alguno, el muy leído Luis Noé Ochoa plasmó su pacífico pensamiento de esta manera: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/luis-noe-ochoa/adelante-con-la-paz-columna-de-luis-noe-ochoa-384906.

Pero a mediada que la oscuridad oficial (como en todos sus asuntos) sigue arropando la falta de información «veraz y oportuna», sobre el paradero de uno de sus-vigilados-más-vigilados-del-mundo como lo era Santrich, crece la incertidumbre y con ella las pasiones bajas; las provenientes del bajo vientre: El colérico manizalita, ex nadaista, ex constituyente 91, ex vicepresidente de Samper, ex magistrado y ex negociador del Acuerdo Santos-Londoño (2016) Humberto de la Calle, hoy 07.07.2019, en una ominosa entrevista, le profetiza a su entrevistadora que la «desaparición de Santrich» quizás, quizás o mejor tal vez, lleve la rueda de la historia colombiana a la nada, mucho atrás de la Constitución de 1.886. Solo le faltó decir el nombre del próximo Rafael Núñez, porque ya sabemos de sobra quien será ese «regenerador». Lean ustedes mismos: https://www.elespectador.com/noticias/politica/humberto-de-la-calle-veo-riesgos-de-que-venga-una-nueva-escalada-violenta-articulo-869581.

Pero la cosa ha seguido enconándose. Esta vez, el sapientísimo doctor Hernando Gómez Buendía (de lo Buendía del Quindío y no de los de Macondo) el fundador de otro portal web «objetivo y neutral» al estilo de las Dos Orillas como el denominado Razón Publica; el antiguo asesor del partido Liberal en los años del liberalismo samperista, escribe también hoy en el diario Liberal El Espectador, una explicación, la suya, del Asunto Santrich que empieza a dejarnos ver, ya, su senilidad regida por un odio enfermizo inhumano, ajeno a la razón jesuítica de la que ha hecho gala y que ni el más zafio de los Uribeños ha mostrado hasta ahora. Que augurando la muerte del «bandido» en Quito(?) y refuerza la tesis liberal del regreso al pasado inconstitucional esbozada por el doctor de la Calle.

Ruego a los lectores leer por favor su articulo en: https://www.elespectador.com/opinion/santrich-o-la-tragicomedia-nacional-columna-869564.

Pero, lo que toda esa avalancha de veredictos mediáticos sobre el caso Santrich muestra, es que todos, extrañamente todos, desconocen (por aquel aferramiento tan nuestro a la lógica escolástica y religiosa enemiga por principio de cualquier pensamiento dialectico, tan profundamente introducida desde 1886 en el pensamiento de los colombianos) aquel concepto de «sobredeterminación» que el malogrado filósofo francés Louis Althusser escribió por allá en 1967, cuando todavía era un productivo marxista militante y su enfermedad mental aún no lo había desquiciado (ver Althusser L. La revolución teórica de Marx. Siglo XXI. 1967. Pag 166 y ss)

La sobredeterminación que está obrando en el asunto en comento, se llama «Indictment» o acusación criminal de carácter muy grave del derecho anglosajón, en este caso hecha por las autoridades de los EEUU, que no precluye, ojo, nunca.

Es lo que respondió el embajador USA en Colombia, Kevin Whitaker, copartícipe del montaje del fiscal NH Martínez y la DEA contra Santrich, cuando dijo en Cúcuta el 04 de julio pasado, reafirmando la posición de la justicia estadounidense sobre la inviolavilidad de las pruebas que posen en este caso, y recordando la razón suprema y fuerza mayor de obligatorio cumplimiento internacional de este asunto en análisis, que constituye el tratado de extradicción USA- Colombia vigente. https://caracol.com.co/emisora/2019/07/04/cucuta/1562276053_087077.html

Pongamos por caso, que la Corte de Justicia de Colombia, después de escuchar a Santrich, llegase a fallar en favor del acusado y este quedara en libertad en Colombia. Seguirá pesando sobre él la pesada y filosa espada del «Indictment» estadounidense, que como bien dice el doctor Gómez Buendía, «cualquiera de los muchos enemigos que el tipo tiene» (incluyendo a un comando de la DEA, o una Task Force, fuerza de tarea conjunta) que como en el caso del nazi benefactor de obispos Carlos Lehder en 1987, o de Noriega en panameño en 1990, para citar los casos más conocidos, lo capturen o lo desaparezcan. ¿En Quito?

Así las cosas, más que las pasiones del bajo vientre, lo que está moviendo la política en Colombia es el manto de oscuridad que está tendiendo (como en todos sus asuntos) tanto el gobierno Duque/AUV como las llamadas instituciones del Estado: Migeneral Nicacio, el director de la Policía contrariando y corrigiendo los boletines de la JEP, o el doctor Chapatin, «el de los buenos que votan por los malos, para que los malos maten a los buenos«, etc

Mientras tanto, «el re-regenerador» anunciado como un mesías por el doctor de la Calle, sigue trabajando incansable para dar la vuelta final a la rueda de la historia colombiana en las próximas elecciones de octubre.

Lapidarium: ¿No será mejor, volver a poner sobre la mesa de la política colombiana (seria) la idea fuerza de una Asamblea Nacional Constituyente «amplia, autónoma, popular y democrática» propuesta el 30 de septiembre de 1990 en la Uribe-Meta, por toda la dirección de la UP encabezada por Oscar Dueñas, y, por Francisco Caraballo comandante del EPL, Manuel Pérez comandante del UC-ELN, Manuel Marulanda comandante de las FARC-EP, ¿bajo el nombre de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, como lo dice la siguiente acta?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.