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La suerte está echada

Fuentes: Rebelión

El diagnóstico está hecho por todos los sectores políticos, no se puede seguir en la misma senda sin pagar serios costos, tanto para los partidos de gobierno como para la oposición en su conjunto. Una de las lecciones que deja el movimiento estudiantil, con sus demandas en defensa de la educación pública de calidad y […]

El diagnóstico está hecho por todos los sectores políticos, no se puede seguir en la misma senda sin pagar serios costos, tanto para los partidos de gobierno como para la oposición en su conjunto. Una de las lecciones que deja el movimiento estudiantil, con sus demandas en defensa de la educación pública de calidad y gratuita, son los vacíos, carencias y mezquindades del sistema político y constitucional existente.

Téngase presente que para los más conservadores del mundo de la derecha como de La Concertación, las reformas hechas por Ricardo Lagos Escobar, eran suficientes para dar sustento político y social a la constitución política de Pinochet, de hecho las primeras reacciones, dentro del gobierno ante las demandas estudiantiles, son de reproche por tratar de abarcar temas políticos y no relacionados directamente con «lo educativo» ; como la reforma tributaria y cambios constitucionales, incluyendo la idea del plebiscito para zanjar las diferencias entre gobierno y movimientos sociales.

El movimiento ha dejado sus víctimas con el cambio de gabinete y los resultados de las últimas tres encuestas, incluyendo la medición del mes de julio de Adimark, sencillamente son desastrosas, particularmente, por la pérdida de atributos esenciales del actual mandatario:

Cae según la medición del 39% al 36% en el ítem de confianza, del 62% a 48%, o sea 12 puntos, en un elemento sensible para el gobierno como el sentido de autoridad, sin contar la caída de 39% a 33% en la propia credibilidad del presidente. Por otro lado, existe un rechazo al manejo del gobierno en dos temas muy contingentes, como son la delincuencia con un 76% de reproche y educación con un 75% de desaprobación.

Es en ese contexto que el Ministro Bulnes, entrega su propuesta al estudiantado y a los profesores, se trata de un documento desordenado y vago, donde hay que reconocer una intensión y un esfuerzo por acercar posiciones, con las demandas sociales puestas sobre la mesa, pero las respuestas todavía no tocan puntos vitales del petitorio elaborado por estudiantes y profesores. Eso provocó que rápidamente la propuesta fuera considerada como insuficiente, incluso en el propio estudiantado de la Universidad Católica.

El texto no da seguridad en la prolongación de los financiamientos ofrecidos, no se sabe muy bien cómo se resolverá el tema de los colegios municipales, a los colegios particulares subvencionados no se los toca, cuando son parte esencial del problema, porque absorben importantes recursos del Estado. Falta entonces afinar algo más que detalles, firmar un acuerdo de esta envergadura, es irresponsable por parte del propio gobierno y de los dirigentes estudiantiles, es cierto que hay un esfuerzo económico importante, es cierto que se busca una salida a los estudiantes endeudados, pero todavía no se abre paso a un cambio estructural del modelo de educación, eso es lo que se pide.

Ahora, con un gobierno debilitado y carente de autoridad como el actual, que además muestra fisuras internas, con el arribo de los coroneles de la UDI, el diálogo se vuelve más complejo, el movimiento estudiantil, tiene que tener cuidado, posee hoy una ventaja posicional discursiva y de credibilidad, en ese escenario el gobierno está jaqueado, de ahí entonces que luego de presentar su propuesta y aprovechando el perfil del Ministro Bulnes, intente acelerar la lógica del enfrentamiento, para mostrar a su contraparte (los estudiantes) como intransigentes.

El llamado a doble jornada de movilización, antes de entregar la respuesta oficial del día viernes, es en extremo sensible, porque vuelve a trasladar el conflicto al espacio público, en ese terreno ambas fuerzas, las del gobierno y el movimiento social, se encuentran expuestas.

Las primeras, porque pueden excederse en el uso de sus atribuciones, provocando heridos o en el peor de los casos, alguna víctima innecesaria o sencillamente verse obligadas nuevamente a ceder la calle a la multitud. La segunda, porque si el llamado no es contundente, y el centro de la noticia se traslada al espectáculo de la molotov, los destrozos y los encapuchados, se puede caer en la celada que los medios oficialistas necesitan, para desprestigiar las demandas.

El país transita por un camino muy riesgoso, ni la oposición, ni el gobierno logran encausar el malestar de la opinión pública, tal vez en otro momento político, los estudiantes aminorarían el tenor de las demandas; la CUT, no habría imaginado un llamado a Paro Nacional para mediados de agosto, ni los choferes de los taxi-colectivos, se habrían atrevido a interrumpir las calles en la hora que más daño causan, la molestia, indignación y rebeldía están instaladas, los más cautos estarían ya sentados negociando, pero los espíritus libres y no por ello menos estratégicos del estudiantado han definido otra cosa. Desde mañana a las 11:00 horas, se puede citar a Julio César, cuando con desaprobación del Senado, partió a conquistar tierras Galas Alea iacta est.*