Trabajo en un pacto electoral, reformista y burgués. Así le llaman muchos. Apoyo un candidato de un partido que no me gusta y defiendo ideas que tampoco me gustan tanto. Vi la franja electoral una vez, y no me gusto el espacio de mi pacto. El del candidato que por ser empresario no tiene derecho […]
Trabajo en un pacto electoral, reformista y burgués. Así le llaman muchos. Apoyo un candidato de un partido que no me gusta y defiendo ideas que tampoco me gustan tanto. Vi la franja electoral una vez, y no me gusto el espacio de mi pacto. El del candidato que por ser empresario no tiene derecho a querer cambiar las cosas, pateando de paso la memoria de Engels. Trabajo de cerca con un partido que por alguna razón es criticado por lo que haga y no haga, que también es acusado de electoral, reformista y burgués. Que dicen no tiene arraigo popular y esta lleno de estalinistas.
Tuve la suerte de conocer a una estalinista sin arraigo, que en algunos actos la gente la insultaba, que algunos la acusaban de terminar de romper la poca unidad de izquierda que quedaba. Una estalinista sin arraigo que para el funeral de su muerte convocó a 500 mil personas que la admiraban, que le aceptaban quizá sus errores, pero la admiraban por su eterno amor por la gente. Habían algunos que, hipocritas, participaban de esa pequeña fiesta que el pueblo hizo en su tristeza… hipocritas porque eran los mismos que la insultaron, que la acusaron de lo que fuera. Incluso algunos que creaban nuevos «movimientos», cansados del estalinismo de esa lider que no avanzaba en su discurso y decían se quedaba en practicas de los 50, pero aparecian hablando en su funeral, diciendo sentir pena. Que rabia daba escucharlos a ellos cuando había tanta gente que de verdad sentía su muerte y hubiera sido mas lindo escuchar el silencio de sus palabras atoradas en los sollozos que el de los verdaderos oportunistas. Aparecen de nuevo criticando a la izquierda, criticando a un partido porque se apellida comunista y criticando una forma de lucha porque se llama electoral. Hay marxistologos que hablan de que todo esto es reformismo y que no es lo que el pueblo necesita, hay hippies que hablan de que solo hay que hacer una gran comunidad para cambar las cosas, y hay tantos tipos.
Es triste esa realidad de izquierda en Chile, según lo que dicen ellos. Pero yo estoy contento, porque veo como trabaja toda esa gente en ese pacto y veo ante todo a tantas personas que quieren cambiar las cosas y los veo compartir y trabajar con gente que no concuerda en sus ideas, pero todos quieren cambiar las cosas movidos por el amor a otra gente. Veo como quieren hacer llegar todo este movimiento mas allá de las elecciones, y veo como respetan el electoralismo entre otras cosas no porque a todos les guste, sino porque es la forma de expresarse que el pueblo ha aceptado en su historia… aunque no a todos nos guste. Es un pacto joven e inmaduro, que tiene que luchar contra la derecha el centro y la izquierda, pero que tiene ganas de crecer. Cuesta… cuesta porque es una unidad de movimientos distintos, cuesta porque hay divisionistas que se dicen de izquierda, pero que divide mas que los agentes de derecha. Cuesta porque hay algunos que se espantan de ver una barra de un equipo de futbol entre los movimientos del pacto, curioso… se espantan de ver un grupo de jovenes populares tratando de cambiar las cosas. Pero todas esas dificultades se combaten quizá de manera equivocada, quizá no con la estrategia adecuada, pero siempre con un solo objetivo en común y con una fuerza para lograrlo. Las ganas de ayudar a la gente que no tiene y eso por el amor a ellos, aún sin conocerlos. A veces pienso que sería mas facil si esos que dedican su tiempo a criticar a la izquierda criticaran a la derecha donde hay que hacerlo: en los barrios populares, en las poblaciones y en los campamentos. A veces creo que si salieran de sus escritorios y conocieran la realidad no nos criticarian tanto.
Pero bueno, allá ellos, nosotros seguiremos tratando de hacer crecer este pacto tan criticado por todas las esferas intelectuales y marxistologas, pero no lo haremos crecer ahí, lo haremos crecer donde importa, en las bases populares, con la gente que importa y que quiere transformar esta triste realidad. Es de esperar que los que tanto critican hoy no se suban al carro cuando este ruede mejor movidos por su oportunismo, como ya lo hicieron en la muerte de esa autoritaria y retrograda estalinista que fue la gran artificie de este pacto, nuestra querida Gladys. Ah… yo no voto, yo dije que votaría cuando el voto sea automático y voluntario.