El pasado 20 y 21 de julio se llevó a cabo el Seminario Político Ideológico de Unidad del Congreso de los Pueblos, que tuvo como objetivo revisar la ruta y apuestas de unidad desde y con el movimiento social y político. En el marco de dicho Seminario conversamos con Olimpo Cárdenas, uno de sus voceros, […]
El pasado 20 y 21 de julio se llevó a cabo el Seminario Político Ideológico de Unidad del Congreso de los Pueblos, que tuvo como objetivo revisar la ruta y apuestas de unidad desde y con el movimiento social y político. En el marco de dicho Seminario conversamos con Olimpo Cárdenas, uno de sus voceros, quien nos dejó algunas reflexiones alrededor de este tema.
Históricamente, la unidad ha sido una necesidad principal en la izquierda, pero por la diversidad de enfoques y métodos de trabajo no se logra la juntanza en determinados periodos de tiempo. Sin embargo, actualmente ha empezado a tomar fuerza la idea de juntarnos, luego de consolidarse una propuesta de ultra derecha en la presidencia, con Iván Duque a la cabeza, lo que se traduce en un tercer mandato de Uribe. Alrededor de estas figuras, la derecha en su conjunto sigue compartiendo el enfoque común de explotar y apropiarse del capital de cualquier manera.
Con la llegada de este régimen, se prevé que no desaparecerá la violencia sistemática, y por el contrario seguirá la profundización del modelo económico neoliberal. Por eso crece la necesidad de unidad entre el movimiento social y todos los sectores democráticos y alternativos, así como de acordar posibles caminos conjuntos. Una de las razones que nos pone a pensar seriamente sobre la unidad, es protestar masivamente contra el asesinato sistemático de líderes y lideresas sociales, contra la estigmatización al movimiento social, así mismo contra los hostigamientos, señalamientos y judicialización de los sectores pro transformaciones sociales. Es decir, protestar en contra de las prácticas sociales genocidas lideradas por el Estado.
Ahora bien, la corrupción es otro tema al que se enfila el rechazo de todos los sectores sociales del país, por lo que se esperan buenos resultados en la Consulta Anticorrupción del 26 de agosto, a cuya campaña se han sumado los responsables de este flagelo, como el Centro democrático. Habrá que ver la postura de este sector cuando se sepan los resultados.
Se suma otro reto para el movimiento social y sectores que quieren cambios en el país: las elecciones locales del 2019. Conociendo la violencia sistemática, las prácticas genocidas estatales y la profundización de la miseria entre el pueblo colombiano, se espera que los ocho millones de votos que tuvo la Colombia Humana en la segunda vuelta presidencial, junto a muchos otros más votos, se reflejen en gobernaciones y alcaldías alternativas.
El mensaje para toda la izquierda (la radical, la democrática y otras posturas dentro de la misma) es el no enfrascarse en si es bueno o no juntarse con la Colombia Humana, o si es válido o inválido participar en las elecciones del próximo año. Por el contrario, hay que asumir con madurez la unidad para enfrentar estos retos y movilizaciones que traen consigo los siguientes cuatro años de lo mismo.
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