Esta es la primera etapa de un proceso que continuará en septiembre próximo cuando se realice una nueva entrega de títulos póstumos. El objetivo es reconocer a todos aquellos alumnos que fueron desaparecidos o ejecutados durante el Régimen Militar. En las manos, un clavel rojo; sobre el pecho, una foto en blanco y negro con […]
Esta es la primera etapa de un proceso que continuará en septiembre próximo cuando se realice una nueva entrega de títulos póstumos. El objetivo es reconocer a todos aquellos alumnos que fueron desaparecidos o ejecutados durante el Régimen Militar.
En las manos, un clavel rojo; sobre el pecho, una foto en blanco y negro con la fecha exacta de la desaparición u homicidio. De esta manera, llegaron a la Universidad de Chile, los familiares de los estudiantes de la Casa de Bello que fueron víctimas de la violencia de la dictadura. ¿El motivo? Celebrar una de las primeras entregas de títulos póstumos del plantel.
Durante la actividad, que se efectuó en la Casa Central de nuestra Universidad, se reconocieron a cien estudiantes que, en su época, pretendían licenciarse de carreras como Biología, Arquitectura, Ingeniería, Educación Básica, Pedagogía en inglés, Historia, Medicina y Sociología, entre otras.
La ceremonia fue encabezada por los actores Alejandro Goic y Luz Croxatto. Además, la actividad contó con la presencia de Ennio Vivaldi, Rector de la Universidad de Chile; Faride Zerán, Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Casa de Bello; Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos; y Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.
Para el rector de la Casa de Bello, Ennio Vivaldi, la entrega de títulos póstumos se enmarca dentro de un compromiso que posee la institución con la sociedad. «Esta es una forma que tiene la Universidad para decir que no acepta el hecho de que hayan matado a estos jóvenes. Además, nosotros teníamos la responsabilidad de acompañar a los jóvenes hasta que se recibieran», dijo.
Por su parte, la académica Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo 2007, manifestó que este hito permite generar memoria. «En ese sentido, les estamos diciendo a las nuevas generaciones de que la memoria también es el presente, porque esos estudiantes que no están, que fueron desaparecidos o ejecutados, sí son parte de esta comunidad y yo diría que representan lo mejor de nuestra comunidad», apuntó.
Un comité por la memoria
Esta entrega de títulos póstumos fue el resultado de una investigación realizada por la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, el Archivo Central Andrés Bello, la Unidad Jurídica de la institución, la Cátedra de Derechos Humanos, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.
Respecto de este trabajo, Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, señaló que esta es la primera etapa de un proceso que aún está en desarrollo. «Nos queda todo el proceso posterior al año 81, cuando la Universidad de Chile deja de ser una institución nacional y se desmembra en las sedes regionales. Así que hay que ser súper enfático: los casos que hoy reconocemos no son todos, porque el proceso no está cerrado», dijo.
«Esperamos que la Universidad institucionalice la entrega de los títulos póstumos hasta que estemos seguros de que hemos logrado entregárselos a todos quienes fueron parte de nuestra comunidad», añadió la investigadora.
A su vez, Lorena Fríes, ex directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, sostuvo que este hito «contribuye a un nunca más»: «El que la comunidad universitaria tome conciencia de lo que ocurrió, de prácticamente la liquidación de una generación completa, emociona y duele. Pero da gusto que se hagan este tipo de actos y ojalá tenga una repercusión a todo nivel porque lo que no podemos aceptar es que viendo esto, estando aquí, hayan intentos de impunidad respecto de quienes estaban detrás de todos estos actos», comentó la abogada.
En septiembre próximo se realizará una nueva entrega de títulos póstumos. El objetivo es reconocer a todos los estudiantes que fueron víctimas de la dictadura en Chile.