Recomiendo:
1

Universidades del presente y del futuro I

La Universidad y los cambios que la acechan

Fuentes: Rebelión

En la universidad se vive, se viaja en ella para entenderla, allí se habita, piensa, enseña, aprende, interpela, cuestiona, pregunta, responde. Se construyen mundos, se siente seguridad y se realizan derechos. Hace 100 años (Córdoba Argentina 1918) y luego 50 (mayo 68, París, México DF) estaba en ebullición política para cambiar el mundo. Ahora hay un silencio prolongado, quizá vendrá su momento político otra vez, están en transformación sin salirse de sus ejes. Hay modos de ser distintos, ideas que circulan con fuerza y luego se apagan, después regresan, nunca se van para siempre, marcan hitos de desobediencia cuando hay leyes injustas y mantienen vivo el espíritu de rebelión.

      El concepto de universidad tradicional, nacida hace ya 1000 años en Bolonia, Oxford, luego París, Cambridge, Salamanca, sentaron las bases, combinaron estética, ética y saber en extensos campus con árboles, flores, aguas, aves, museos, bibliotecas, imprentas, laboratorios, auditorios, paraninfos, salas de estudio y de conciertos, que hoy se completan con plataformas tecnológicas, internet, publicaciones y repositorios, que la transforman. Los campus pasan a segundo plano, se reduce la vida presencial y el ser universitario a tiempo completo. Hace 50 años no se concebía a un profesor sin estudiantes o sin discurso pedagógico sobre su saber, como tampoco a un estudiante sin campus y sueños de cambio, ni había protesta sin hondas discusiones previas, ese modo de ser está cambiando.

      La tendencia es de menos campus y rígidas edificaciones, menos vida colectiva y más ecosistemas hiperconectados, flexibles y con más tecnologías disponibles. El sueño de infraestructuras en todos los rincones da paso a nodos que interconectan, como siguiendo un modelo de shopping. Cada universidad tendrá el reto de reorganizar su modelo, ir a donde quiera con bajas inversiones en cemento y dependerá de su capacidad creativa diseñar su futuro, sin perder de vista sus raíces ni misión actual conducida por el derecho a la educación afirmado en mayo del 68 que proclamó libertades y condenó tiranías, dogmas y violencias. La que pierda el sentido o se “clientelice”, quedará en modo mercantil y la filosofía, el arte o la historia tendrán poco valor. Repensarse libre dentro de la sociedad global de mercado, le permitirá mantenerse relevante, inclusiva y comprometida con la sociedad presente, formando humanos libres, rebeldes, críticos y humanizados, capaces de rechazar un genocidio y derrotar una tiranía, pero también de construir bienestar con la ciencia que conoce.

     La tecnología y la digitalización impactan la vida y dinámicas de la universidad, introducen otras formas de acceso al conocimiento, ponen a disposición en línea millones de datos, profesores destacados, premios nobel, científicos, intelectuales del mundo pueden entrar a un mismo tiempo a la pantalla de una clase para abordar un tema, sin campus, ni reglas comunes, ni colectivo. Basta un link, un enlace. Tiza, marcador, tablero, video beam, desfilan hacia el museo, como ya lo hicieron el stencil, las máquinas de escribir Brother y Remington y las hojas de cuaderno.

        El modelo presencial, del profesor con una vida media estable, eternamente atada a la institución, sentado en el cafetín con estudiantes, discutiendo por horas junto a libros amontonados, que tenía formación sindical y cooperativa, que estaba preparado para el mitin y la asamblea, se ha diluido entre productos, artículos y ponencias, del modelo competitivo que empuja a producir, a ser “universitarios productivos”, sumar 6, 8, 10 artículos por año en revistas indexadas en las que muchos pagan de 2000 a 5000 dólares (asunto ético por discutir y mercantil a reprochar), pero que sienten la angustia del “ser docente”, enfrentado a otro tipo de reglas y estudiantes. El impulso por producir se toma los escenarios, más artículos, más eventos, metas, puntos, escalones, indicadores, “hacer más” hasta olvidar el porqué de ese afán. Hay prisa por producir más rápido y lentitud para pensar la institución.

      El sistema de aprendizaje de contenidos inamovibles y exámenes intensos está siendo reemplazado por educación en línea, cursos masivos abiertos (MOOC), plataformas como Coursera y Khan Academy, certificaciones por demanda. Universidades que desafían límites geográficos y normativos y centros de negocios que se camuflan para disputar estudiantes con ofertas de programas de contenidos simplificados, menos asignaturas y seminarios, más estudiantes por grupo y uso intensivo de inteligencia artificial con herramientas como ChatGPT que completan o reemplazan funciones alterando roles tradicionales, eliminando tareas, evaluaciones, tutorías y reduciendo la repetición de contenidos, que logran encajar en la lógica de jóvenes que buscan conocimiento y habilidades prácticas que solucionen sus necesidades más rápido, con flexibilidad y periodos cortos de estudio, no centrados en grandes relatos, ni en largos plazos, tienen otras agendas. Demandan planes de estudio adaptables a sus intereses, ponen en cuestión las relaciones interpersonales, desconfían de las inercias institucionales- El profesorado va rápido tras el artículo, el estudiante también tras un sueño a cumplir.  

      Los gobiernos universitarios, se autodefinen más como gestores, administradores y gerentes, conforme el modelo privado que impone el mercado. En el diálogo universitario es notable la reducción del sentido político de construir en colectivo y de la movilización gremial y de estamentos. Asambleas y debates casi han desaparecido y los campus apenas sí conservan huellas y murales de libertades amenazadas o alusión a las víctimas (en Colombia fueron 588 universitarios asesinados en el conflicto y cientos de desaparecidos de sus campus, Comisión de la verdad). Las energías ante las desigualdades del tercer país más desigual del mundo están centradas en financiamiento y asuntos laborales (70% del profesorado es a contrato y 50% de funcionarios es provisional o a contrato). El debate por las ideas sobre el tipo de sociedad o de estado y soberanía, es superado con cientos de eventos que no representan debates, pero ofrecen resultados en la web. En el profesorado hay cierto agobio y fatiga por la exacerbada intromisión del modelo privado de gestión, centrado en mecánicas y conductismo de metas e indicadores. La acción del poder que, aunque no se percibe, ni parece propio de nadie, está ahí, conduce las reglas del capital para producir y reproducir sus dictados.   

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.