El 6 de marzo se cumple un año del fallecimiento de la militante más carismática y consecuente en la historia del partido comunista de Chile: Gladys Marín. La magia del destino hizo que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Gladys renaciera entre las multitudes rodeada de un millón de personas que caminando […]
El 6 de marzo se cumple un año del fallecimiento de la militante más carismática y consecuente en la historia del partido comunista de Chile: Gladys Marín.
La magia del destino hizo que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Gladys renaciera entre las multitudes rodeada de un millón de personas que caminando por las calles de Santiago la acompañaron en sus funerales bajo un cielo cubierto de banderas roja y negras, que cantaban y coreaban canciones y consignas unitarias y revolucionarias.
A un año de su muerte, sus ideas políticas e ideológicas, su legado político, está más vigente y actual que nunca. Por el carácter proletario y revolucionario del partido, su consecuencia en la lucha por la democracia y el socialismo, Gladis es un ejemplo y un aliciente para los militantes del partido y para la juventud que no aprueban ni están de acuerdo con las posiciones políticas de la dirigencia del partido que conllevaron al apoyo de la candidata de la concertación y que han contribuido entre otras cosas a reafirmar la política neoliberal y antidemocrática que esta coalición ha implementado en todos sus gobiernos. Es absurdo desde la perspectiva política de los dirigentes del partido, que protestaran del nuevo gabinete por ser «neoliberal». ¿Qué esperaban? Cuando llamaron a votar por la concertación eran conscientes que estaban apoyando un gobierno que no sólo ha continuado con el sistema económico heredado de la dictadura, sino que lo ha profundizado y desarrollado.
Gladys Marín, fue de las que nunca claudicaron de sus ideas y convicciones, es de las imprescindibles, de las que lucharon cada día, cada año, toda su vida.
«En mi vida hay amores, personas, ideas que amé y amo a las cuales dedico mis días y mis pasos. He viajado mucho, pero siempre con mi corazón y mi mente puestos en un lugar, en una historia de la liberación de las cadenas de explotación e injusticia que atan la vida de mi pueblo y los pueblos. Pero cada día es un descubrimiento de rutas, un volver a nacer, un sumergirse, un respirar de nuevo para seguir haciendo camino».
Su alma valiente, fue a toda prueba, no sólo contra de la dictadura, sino también a la «democracia» del gobierno de la concertación. Fue conmovedor hasta la ternura ver su actitud y su coraje cuando la llevaban detenida. La ropa mojada y rota, humillada y vejada por las fuerzas represivas. Les mentó la madre a ellos y a todo lo que representaba el gobierno de la concertación.
En Gladys la teoría y la práctica revolucionaria eran una verdad incuestionable, eran como las dos caras de una misma moneda. Se enfrentaba al mundo con coraje y irreverencia.
«El mundo hay que enfrentarlo con irreverencia y protesta. Tenemos que hacernos sentir. ¿Quienes?. Aquellos que señaló Martí: «los pobres de la tierra». Sí, los pobres que son ricos de espíritu. Tenemos que transformar la realidad porque sin transformaciones políticas radicales será imposible el desarrollo económico, la soberanía nacional y la paz en el mundo»
En relación a cual hubiese sido la posición política e ideológica de Gladys ante la disyuntiva de decidir el apoyo a la concertación en la segunda vuelta. Su posición y la del partido hubiesen sido desde posiciones de principios, consecuentes con los intereses de los más pobres, los más desposeídos, porque con respecto a Lagos y a la concertación Gladys dijo en el Foro de Porto Alegre en enero del 2003:
«El Gobierno de Lagos representa a los sectores que asumieron como propio el proyecto de la dictadura, aplicando algún parche para que siguiera todo igual, adscribiéndose plenamente al neoliberalismo y profundizando en el modelo. Este es un gobierno que no tiene nada de progresista o de izquierda, sino que es profundamente neoliberal, autoritario y represivo. Ha abandonado su programa de cambios democráticos, manteniendo la misma constitución pinochetista. Un sistema electoral binomenal que sólo permite la representación de los dos bloques que están en el sistema, han instalado la inmunidad en todos los planos, convirtiéndose en un gran instrumento de permanencia del modelo».
Gladys seguirá haciendo camino porque nos ha dejado un legado de consecuencia política, claro y concreto. Es un legado de lucha junto a los pobres, a los más desposeídos, una lucha por la libertad y la democracia popular, una lucha por el socialismo, una lucha por un mundo más justo y solidario.
– Norton Contreras Robledo es comunicador social en Chile.