Con una copa y unos canapés se inauguró la VIII Muestra de Cine y Trabajo que organiza la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo de CC.OO. de Madrid. Se trató de un cóctel solidario contratado con la cooperativa de inmigrantes Subiendo al sur que se dedica al comercio justo o mercado digno. CC.OO. de Madrid, […]
Con una copa y unos canapés se inauguró la VIII Muestra de Cine y Trabajo que organiza la Fundación Ateneo Cultural 1º de Mayo de CC.OO. de Madrid. Se trató de un cóctel solidario contratado con la cooperativa de inmigrantes Subiendo al sur que se dedica al comercio justo o mercado digno. CC.OO. de Madrid, muestra así su compromiso universal con todos los trabajadores, vengan de donde vengan. Terminado el cóctel y ya sobre el escenario del Auditorio Marcelino Camacho, Blanca Casado, directora del Ateneo Cultural 1º de Mayo, se dirigió a los asistentes con unos versos del poeta Miquel Martí i Pol que dicen «No calienta el fuego de ayer, ni calienta el fuego de ahora, y tendremos que hacer un fuego nuevo» porque es necesario hacer un fuego nuevo que impida un mundo basado en las desigualdades y en crisis permanente. Un fuego nuevo que nos permita construir un sociedad justa. El escenario donde se está desarrollando nuestra democracia resulta desalentador: corrupción política, justicia muy conservadora y politizada, crisis económica que pagamos los trabajadores, amenaza a las pensiones y los derechos laborales, privilegios e injerencia de la iglesia católica, impresentable proceso contra Garzón de la mano de la misma Falange, brutalidad policial en el Cabanyal… Por eso desde el Ateneo Cultural se propone una cultura con implicación, con conciencia, con denuncia, porque así es como entienden su labor cultural. Las películas que veremos hasta el domingo en esta Muestra reivindican una rebelión cívica. Muchos de los largometrajes que se proyectarán son estrenos en España, varios en Madrid; un cine que no ha llegado a las grandes salas porque se muestran reacias a este tipo de compromiso. Son directores y directoras que van al arte como si lo hiciesen a un trabajo diario en la fábrica. Es el suyo un cine que, a través de un lenguaje tan artístico como humano, nos ofrece un mayor conocimiento del mundo del trabajo. El objetivo de la Muestra es el de conmemorar el 1º de Mayo y su significado obrero, de clase y de lucha.
A la par, y de la mano, se proyectarán con las películas de la Muestra, los 12 cortometrajes seleccionados en la convocatoria del III Certamen de cortometrajes Express! Trabajos valorados, respetados y defendidos con orgullo desde el Ateneo Cultural. Lo de Express está totalmente justificado, pues la norma principal es que los participantes deben recoger un viernes de 10 a 12 un objeto que la Fundación les entrega y que deberá incluirse visiblemente en la realización del corto, se valora además que dicho objeto forme parte de la trama. A partir de aquí, los participantes disponen de 48 horas para rodar, grabar y editar el cortometraje, ya que el domingo a las 12 horas deben entregarlo. Los trabajos no debe exceder de los cuatro minutos.
A continuación se proyectó La doctrina del Shock, película de los directores Michael Winterbottom y Mat Whitecross que se basa en el libro del mismo título escrito por la periodista Naomi Klein. La película documental se presentó en la pasada Berlinale y habla de las barbaridades cometidas por el neoliberalismo a ultranza de los seguidores de las teorías del economista Milton Friedman y sus Chicago Boys. Teorías llevadas a la práctica por Pinochet, Videla, Thatcher, Reagan, Bush (padre e hijo), Gorbachov, Yeltsin…
La película habla de un capitalismo que propone una privatización de todos los recursos del Estado, al que prohíbe toda injerencia. Y nos habla de los shocks, sin los cuales nadie aceptaría el sistema. Necesita de golpes que debiliten las sociedades, para que éstas terminen aceptando comulgar con ruedas de molino. Guerras, invasiones, huracanes…, en definitiva, situaciones que convierten a las personas en frágiles e inoperantes individuos, que asumen aquello que va contra el sentido común por el mero momento histórico que se les superpone.
El documental arranca con otra investigación. Estudian el efecto de los electroshocks en las personas, como mecanismo de reeducación dirigida y como avance en sistemas de tortura más efectivos. Aquellos estudios los promovió la C.I.A. Eran experimentos inhumanos a todas luces. A estas otras políticas neoliberales, les ocurre lo mismo. Hablan de Chile, primer país donde estas ideas toman cuerpo. Se extienden a Argentina, en tiempos de Videla. Nixon no llega a aplicarlas, pues resultan impopulares, pero Thatcher, desde Inglaterra, las usa en su política y cuando su imagen cae, utiliza la guerra de la Malvinas para seguir apretando la máquina. Reagan las aplica en los Estados Unidos de Norteamérica, donde también las emplearán los Bush. Gorbachov comienza a desmantelar un estado comunista que Yeltsin remata. Se invade Afganistán y se descubre que reconstruir un país produce grandes beneficios económicos a las empresas. Se invade Irak. El Katrina desola Nueva Orleans. Cada uno de estos hechos silencia a los ciudadanos que asimilan estas teorías capitalistas desmedidas como el mal menor por el que sacrificar todo lo logrado. Cada catástrofe, cada desgracia, cada desastre, es una oportunidad nueva para un capitalismo que borra la memoria del pasado y trata de escribir nuevas ideas sobre una mente vacía.
¿Qué produce estas ideas neoliberales? Desigualdades en la sociedad, ya que su servidumbre se atiene en exclusiva a multiplicar los beneficios de los ricos; y lo hace a costa de aumentar el número de pobres. La miseria es la cara B de este disco, la canción que no suena en las radios, porque el éxito de la cara A es el único que interesa transmitir. Para proteger, conservar y hacer crecer esas grandes fortunas hace falta silenciar a los Estados, convencerles de que, si a unos pocos les va bien, nos va bien a todos. Proponen un liberalismo salvaje y que nadie pueda regularlo, aceptan las crisis periódicas que se producen como sistema de ajuste, y se olvidan de las víctimas. Qué alguien me explique cómo el bienestar de unos pocos debe defenderse con cualquier medio y a cualquier precio. ¿Por qué los gobiernos se van convirtiendo en cómplices silenciosos de ese camino de avaricia? La riqueza amasada produce poder de decisión. Nuestro mundo ha cambiado, se ha hecho global, por eso las decisiones que se toman lejos de nuestra casa nos afectan. El tablero de juego es universal y las piezas no importan para los que juegan la partida, para quienes dictan las normas que todo lo sintetiza en el bien de la economía. ¡Qué lejos estamos los ciudadanos de poder decidir nada!
La doctrina del shock nos habla del miedo, del terror incluso, como vehículo de control. Hacer daño es la mejor manera de doblegar, por eso no es extraño que estas oligarquías se aprovechen tras cada catástrofe para que lo privado expolie lo público. Privatizar lo de todos es cambiar el recurso social por una fuente de enriquecimiento personal que un día se convertirá en privativa además de privada. Dinamitar lo público es entregar nuestro patrimonio, perdiendo su control y su objeto, y desentenderse de nuestras sociedades, dejarlo en manos de quien no sabe hacer otra cosa que amasar dinero y poder.
La doctrina del shock nos muestra un capitalismo que saca partido del desastre. Cuenta, por ejemplo, como nuestro miedo se ha convertido en beneficio para que las empresas de seguridad crezcan y se expandan desde el cero a superar a la industria de la música y el cine juntas. Enseña que las invasiones de Irak y Afganistán son un negocio para las empresas que luego reconstruyen esos países; aunque tengan contrato para realizar 126 hospitales y sólo construyan seis con el dinero recibido, nadie les pide cuentas. El documental acude al ejemplo y de esa manera se hace tangible y doloroso. Nos muestra las paradojas, como es la de que tras la actual crisis sean los Estados quienes hayan puesto el dinero de todos para entregarlo a quienes la causaron, como si estos empresarios y banqueros hubieran encontrado un filón financiero gratuito, dinero fresco al que no tenían acceso. Capitalismo y desastre van unidos, unas veces por los que produce y otra por los beneficios que le aportan.
Winterbottom trata de mover conciencias o al menos de avisar, para que esos shocks no nos pillen por sorpresa, para que seamos capaces de reaccionar y tengamos las manos desatadas a la hora de enfrentar y defender lo público. Winterbottom, Whitecross y Klein tienen esperanza, piensan que desde la calle se puede ganar al capitalismo feroz.
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