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Las acciones terroristas del gobierno colombiano

Fuentes: Rebelión

Traducido para Rebelión por Aldo de Vos

El secuestro del dirigente colombiano Rodrigo Granda, el 13 de diciembre en territorio venezolano y con la complicidad de los soldados de ese país, es parte de la acción terrorista contra el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez en América del Sur, donde Colombia, gobernada por el presidente Álvaro Uribe, es un país bajo la intervención y el control político de los militares de los Estados Unidos.

La organización terrorista «Casa Blanca» usa dos territorios ocupados en América del Sur: Colombia y Ecuador. La mayor parte de las acciones del territorio estadounidense en esta parte del mundo es a partir de Colombia.

La decisión del presidente Hugo Chávez de suspender proyectos de colaboración con el gobierno de Uribe y de no aceptar conversar antes de una explicación clara y concisa sobre el secuestro de Rodrigo Granda, o sólo conversar si ese asunto es aclarado, es la reacción natural de un gobierno que sabe estar acosado por el fundamentalismo del mundo de los negocios que, por consecuencia, controla la organización «Casa Blanca».

Los propósitos del líder terrorista George W. Bush son simples: derrotado en todas las acciones en contra del gobierno de Chávez y conocedor del apoyo mayoritario del pueblo venezolano a su presidente, Bush quiere intentar impedir la reelección de Chávez, aceptada por la mayoría de los observadores internacionales que acompañan el curso normal del proceso político en ese país.

El plan terrorista de Washington tiene objetivos simples: crear un escenario de conflicto entre Colombia y Venezuela a través de acciones militares como el secuestro de Granda y llegar a un punto de inestabilidad, empujando a Chávez a desistir de su proyecto de reelección.

Para eso el gobierno de Bush cuenta con el brazo diplomático de su red terrorista, en este caso, la Organización de los Estados Americanos (OEA). Bush quiere atraer países como Brasil para el escenario de una crisis diseñada, con el definido propósitos de buscar el viejo diálogo de preservar la democracia, desde que eso signifique el control del petróleo de Venezuela y el corte de toda y cualquier ligación de un futuro gobierno pro-Estados Unidos con Cuba.

La democracia en este caso es la de los negocios.

El gobierno terrorista de los Estados Unidos enfrenta dificultades en América del Sur y el líder fundamentalista cristiano quiere imponer reglas de dominio antes que la cosa se escape del control.

La reacción del pueblo peruano al gobierno de Alejandro Toledo. La propuesta Argentina del pago del 25% de la deuda de los países como forma de cumplir sus compromisos, o la permanencia de la moratoria de la deuda vencida. La perspectiva de un gobierno popular en Bolivia. La ascensión de Tabaré Vázquez en Uruguay.

Ese conjunto de hechos puede llevar al gobierno del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva a retomar un discurso de centro-izquierda, dejando de lado sus posiciones neoliberales, hasta porque corre el riesgo, dependiendo del rumbo tomado en la mayoría de los países sudamericanos, de disputar con el presidente Lagos de Chile el título de mayor amigo de Bush en esta parte del mundo.

Los próximos cuatro años serán decisivos para la resistencia de los pueblos latinoamericanos, sobretodo para Cuba y Venezuela, llevando en cuenta que el gobierno terrorista de los Estados Unidos asumió el compromiso de aumentar el nivel de barbarie y de acción recolonizadora.

América Latina y el Medio Oriente serán los principales blancos de la Casa Blanca. Bush asumió el compromiso con los fundamentalistas cristianos de su país de deliberar que el Grand Canyon surgió en el diluvio y que los pueblos bárbaros del resto del mundo recibirán a Jesús. Y por extensión a las compañías petrolíferas de la «familia».

Bush quiere el control de los negocios, sobre todo el petróleo. En esta parte del mundo la continuidad de la dictadura terrorista de Álvaro Uribe es vital para los proyectos norteamericanos.

Chávez y Castro son un impedimento que Bush buscará remover a cualquier precio.

El peligro está en que estos tipos concluyan que Sharon Stone es cosa del diablo, y Marilyn Monroe fue obra de Lucifer.

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