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Las elecciones de la minoría

Las FARC-EP llaman al pueblo a abstenerse en las elecciones regionales

Fuentes: Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL.info)

La mayoría del pueblo colombiano no cree en la democracia representativa en este país manchado con tanta sangre y por ende no votará mañana domingo. La guerrilla de las FARC llama al pueblo a abstenerse y promete que hará todo lo posible para impedir a los candidatos paramilitares que se postulen pese a ser autores de tantas masacres. Permitir que esa gente acceda a puestos institucionales sería un acto de complicidad con el crimen organizado. Esto deja bien marcada la diferencia entre la democracia o gobierno del pueblo y la democracia tutelada, sometida, genuflexa a los grandes intereses multinacionales.

Casi 31 millones de colombianos eligen este domingo 30 de octubre a 32 gobernadores, 1.103 alcaldes, a centenares de concejales municipales y diputados departamentales, así como a miembros de juntas administradoras locales (JAL). En las elecciones anteriores hasta los muertos «votaban» o mejor dicho, todo cambió cuando llegó el jefe paramilitar a «visitar» a los fiscales de las mesas receptoras de voto, preguntando por la lista del padrón electoral, lo cual de por sí representó un amedrentamiento indudable.

MÚLTIPLES DECLARACIONES de los jefes paramilitares muestran que el paramilitarismo, en alianza con caciques locales-regionales y nacionales, estaban y están creando un estado mafioso. El presunto desarme o la desmovilización falsa del paramilitarismo, bajo el gobierno de Uribe, fue reemplazado por esos genocidas bajo un nuevo nombre; BACRIM. La meta es la misma, cooptar el poder local y regional para que el crimen organizado y el poder político sean intocables y permanezcan intactos. Los ocho años de mandato de Uribe reforzaron el poder de la mafia colombiana, extendiéndolo hacia los distintos departamentos. Nada ha cambiado en el fondo de ese Poder Fáctico. Cada tanto la administración de Santos envía un narco para Estados Unidos. No se habla, como durante el régimen de Uribe, sobre el paramilitarismo, ahora se cambio el término por el de «delincuencia común», cosa que los organismos de derechos humanos nacionales e internacionales rechazan rotundamente, ya que es clarísima la diferencia entre ambos términos. Es en el marco de esa situación que una minoría del pueblo irá a las urnas mañana para elegir autoridades locales.

SE HA ESPECULADO MUCHO
en los medios y sectores políticos colombianos sobre cual será la posición de la guerrilla. La insurgencia ha sido estigmatizada por haberse involucrado en las luchas populares que en Colombia, últimamente, se han intensificado en forma impresionante y no es para menos. No debería sorpender a nadie que la guerrilla con sus milicianos, estén en la misma pelea política, más bien debería considerarse algo lógico ya que la guerrilla, en si misma, es un movimiento político-militar y así se ha declarado desde su génesis. Estamos seguros que sin base social la guerrilla no sería nada, y sin trabajo político tampoco habría acciones armadas. El régimen de Santos presiona militarmente cada día más, los propios analistas que responden al aparato, así como los comentaristas aliados a ese poder nefasto como son las Fuerzas Militares, están preocupados por la creciente desmoralización de sus propias tropas. Como dato puntual, podemos asegurar que la guerrilla ha reestructurado su propio ejército popular y su accionar para ser menos vulnerables frente a la tecnología militar de punta que el Pentágono está suministrando a las Fuerzas Militares más poderosas y grandes de America Latina. Es importante destacar que pese a su despliegue no han logrado cumplir su cometido: el exterminio de la insurgencia.

Las siete bases gringas en Colombia

La guerrilla no se concentra en grandes campamentos y se mueve en unidades de seis guerrilleros para evitar grandes pérdidas humanas en los bombardeos. También ha tomado nuevas medidas de protección, para evitar que personas que entren a un campamento no puedan hacerlo con algún «chip» introducido en su ropa y que pueda ser rastreado por la aviación. Con esto decimos, que han ganado experiencia, luego de sucedidos algunos errores, evitando en lo posible, que vuelvan a cometerse.

EN LOS PARTES DE GUERRA publicados tanto en los medios colombianos como en los propios partes de la guerrilla, los resultados fueron en varios casos desastrosos para las FF.MM. colombianas que sólo en la semana pasada, pudo contar y registrar más de 30-40 militares dados de baja por la guerrilla y muchos más heridos en combates. En varias acciones la tropa oficial ha caído en campo minado o en emboscadas al clásico estilo vietnamita. Es decir, pese a la impresionante tarea de inteligencia de las FF.MM., la guerrilla ha recuperado gran parte de la capacidad militar que tenía entre los años 2007-2008, cuando podía movilizar grandes contingentes de tropas, con 500-600 guerrilleros. Hoy cambió su modalidad dados los avances de la aviación sustentada por los gringos y esto lo hacen utilizando nuevas prácticas, evitando ser presas fáciles de los intereses movilizados contra la organización popular en armas.

Desde su posición de fuerza es que la guerrilla se pronuncia públicamente sobre las elecciones de mañana y lo hace a través de un comunicado publicado ayer mismo, casi en las vísperas de esa contienda electorera. En ese comunicado la guerrilla critica a la Registraduría Nacional del Estado Civil. Según las FARC, la entidad encarna a «la oligarquía que mal gobierna al país» por cuanto «es uno de sus mayores exponentes» dado «el clientelismo, fraudes, trapisondas, manipulación y engaño a través de los medios de comunicación, compra de votos, traslado de votantes, utilización de cédulas falsas y de personas fallecidas». Todo ello fácilmente comprobable, porque sabemos que en Colombia jamás las elecciones fueron verdaderos actos democráticos.

IRONÍA SOBRE LOS COLOMBIANOS más corruptos, es decir los congresistas. Tengamos en cuenta que una considerable parte de ellos están detrás de las rejas, sentenciados por la Corte Suprema de Justicia en casos de «Para-política». Fueron esos casos que por más que se haya pretendido silenciar, la evidencia los dejó al desnudo. Cómplices emblemáticos de haber sido los mismos patronos o capos del para-militarismo, que fuera utilizado como fuerza asesina local o regional en las campañas electorales anteriores. Y nada indica que no actuarían de la misma manera en esta campaña que culmina mañana «Un ´honorable´ senador y gran elector, lo resumió para la posteridad en letras de piedra: «Una sola alcaldía es mejor negocio que el narcotráfico». Eso da idea del tamaño de la corrupción en Colombia. (…) Ellos mismos y sus jefes empotrados dentro del aparato del Estado, pretenden endosarle a la guerrilla revolucionaria el saboteo al acto «democrático», desviando el foco de la atención y engañando de esta forma a la opinión», dicen las FARC-EP con claridad sarcástica.

ANTE ESA GRAVE SITUACIÓN LA GUERRILLA llama a la población a abstenerse en las elecciones, por no brindar garantía el estado, mucho menos instituciones honestas. En vez de aceptar billetes por un voto comprado por el terrateniente, el ganadero o los industriales, las FARC-EP convocan a las masas populares a reforzar e intensificar la lucha político-social: «Coherentes con estos razonamientos y consecuentes con nuestros planteamientos a lo largo de esta larga jornada por la democratización y liberación de nuestra patria, llamamos al pueblo colombiano a la abstención. A persistir en la movilización de masas por la defensa de sus reivindicaciones y de sus derechos e incrementar la lucha por el cambio de las costumbres políticas en nuestro país». Las FARC-EP hacen una importante distinción en su llamamiento al pueblo. Exigen que no repriman a la izquierda legal en la contienda electoral, una izquierda que ha pagado una terrible cuota de sangre por ejercer el derecho constitucional a ir a las urnas, enterrando miles de los mejores cuadros del pueblo en la guerra sucia no declarada de una oligarquía asesina en Colombia: «Y llamamos a aquellos que han decidido participar, a no votar por los representantes de los partidos de la oligarquía, enemigos del pueblo y verdaderos responsables de la violencia, corrupción e injusticias que azotan a Colombia. (…) De nuestra parte respetaremos la voluntad ciudadana de votar por quien se desee».


ESTO MARCA UNA DIFERENCIACION ENTRE
los candidatos que no son paramilitares o servidores del Poder Fáctico local, que muchas veces se mueven en los mismos senderos de la mafia o el crimen organizado. Las FARC-EP aseguran que harán todo lo posible para impedir la elección de representantes paramilitares: «Impediremos sí, la presencia de candidatos reconocidos del paramilitarismo en nuestras áreas de influencia y nos opondremos por todos los medios a que cualquier candidato nos utilice en sus campañas, o para apoyar candidatos de los partidos del oficialismo, a la vez que contribuiremos a la creación de mecanismos de control popular que fiscalicen la gestión de los elegidos, de forma permanente».

Reproducimos a continuación el contenido íntegro del comunicado de la guerrilla de las FARC-EP:

FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA-EJÉRCITO DEL PUEBLO FARC – EP

Se aproxima el 30 de octubre y con él la fecha de los comicios electorales en los que se elegirán «representantes» a los cuerpos colegiados de Asambleas Departamentales y Concejos Municipales, Alcaldes y Gobernadores. Se presume que en dichas elecciones, el pueblo elige a sus gobernantes y que estos gobernaran en nombre y por voluntad de los gobernados. Aparentemente, estos comicios son un acontecimiento democrático en el que se «renuevan» las instituciones y se eligen los «representantes» del pueblo. Pero, vale la pena preguntarse: ¿realmente esto sí es así? ¿Será que esos «representantes», sí representan al pueblo colombiano, como suele decirse? ¿Será que el alcalde sí es el representante de los intereses de toda la municipalidad y el Gobernador quien representa a todos sus gobernados?

En nuestra opinión y en la de muchos otros colombianos, esto no pasa de ser uno más de los mitos estatales con los que se trata de ocultar una verdad de a puño: que la «democracia representativa» es el gobierno de la clase dominante y de la clase en el poder. Por lo menos en Colombia nadie podrá negar, en primer lugar, que las elecciones son tramposas y que sus resultados son espurios, en segundo lugar, que la mal llamada «representación», excluye al pueblo del gobierno de la nación, y, en tercer lugar, que la gestión pública queda siempre en manos de los testaferros políticos, de las mafias del narcotráfico, de las mafias de la corrupción, de las mafias de los contratistas, de las mafias paramilitares, o de las mafias que defienden intereses de multinacionales extranjeras y, otra vez, de las clases dominantes.

Nuestro pueblo no puede seguir dejándose engañar más. Con muy pocas y honrosas excepciones de representantes de partidos y movimientos de izquierda, la verdad es que la totalidad de los representantes de la coalición gobernante, no son portadores de ideas ni de programas que beneficien la nación, solo aspiran a lograr posiciones. Son electoreros, empresas electorales y nada más. Participan en las elecciones con el fin de obtener una curul o un puesto público para enriquecerse, o para servir a intereses de los enemigos del pueblo. Ya un «honorable» senador y gran elector, lo resumió para la posteridad en letras de piedra: «Una sola alcaldía es mejor negocio que el narcotráfico». Eso da idea del tamaño de la corrupción en Colombia.

Dentro de las muchas instituciones podridas que en Colombia sirven de sostén a este régimen tan injusto de las mafias y de la oligarquía que mal gobierna al país, la Registraduría es uno de sus mayores exponentes: clientelismo, fraudes, trapisondas, manipulación y engaño a través de los medios de comunicación, compra de votos, traslado de votantes, utilización de cédulas falsas y de personas fallecidas, violencia de la fuerza pública y participación abierta del paramilitarismo, (incluyendo la participación desvergonzada de sus jefes desde las cárceles), etc., así como la ausencia de garantías para adelantar una real oposición al régimen político y al establecimiento, son los componentes que al final determinan los resultados, y no la voluntad popular. Toda esta podredumbre, per sé y de ahora, ilegitima los resultados, cualquiera que ellos sean, y es esta realidad, de la que son cómplices la mayoría de los dirigentes y partidos políticos participantes, los verdaderos saboteadores del proceso eleccionario, pese a lo cual, ellos mismos y sus jefes empotrados dentro del aparato del Estado, pretenden endosarle a la guerrilla revolucionaria el saboteo a las mismas, desviando el foco de la atención y engañando de esta forma a la opinión.

Coherentes con estos razonamientos y consecuentes con nuestros planteamientos a lo largo de esta larga jornada por la democratización y liberación de nuestra patria llamamos al pueblo colombiano a la abstención. A persistir en la movilización de masas por la defensa de sus reivindicaciones y de sus derechos e incrementar la lucha por el cambio de las costumbres políticas en nuestro país. Y llamamos a aquellos que han decidido participar, a no votar por los representantes de los partidos de la oligarquía, enemigos del pueblo y verdaderos responsables de la violencia, corrupción e injusticias que azotan a Colombia. De nuestra parte respetaremos la voluntad ciudadana de votar por quien se desee. Impediremos sí, la presencia de candidatos reconocidos del paramilitarismo en nuestras áreas de influencia y nos opondremos por todos los medios a que cualquier candidato nos utilice en sus campañas, o para apoyar candidatos de los partidos del oficialismo, a la vez que contribuiremos a la creación de mecanismos de control popular que fiscalicen la gestión de los elegidos, de forma permanente.

SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR Montañas de Colombia, Octubre de 2011
¡CONTRA EL IMPERIALISMO – POR LA PATRIA ¡ ¡CONTRA LA OLIGARQUÍA – POR EL PUEBLO! ¡HASTA LA VICTORIA- SOMOS FARC-EP!

http://anncolprov.blogspot.com/2011/10/las-farc-ep-llaman-al-pueblo-abstenerse.html