Recomiendo:
0

Plan Colombia

Las FARC rechazan afirmaciones de The New York Times

Fuentes: APM

Una nota publicada en el diario norteamericano refiere al «fracaso» del Plan Colombia. El gobierno colombiano, a través de su ministro del Interior, también expresó su desacuerdo

El gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) coincidieron en refutar un informe del The New York Times, que considera que el Plan Colombia fracasó en su objetivo de reducir los cultivos de coca en el país sudamericano.

Las FARC afirmaron mediante un comunicado divulgado en Internet, que el Plan Colombia contra las drogas es un fracasado porque Estados Unidos no combate el consumo de sus «32 millones de adictos».

Para el movimiento guerrillero «la llamada guerra contra las drogas es la excusa que esgrime el gobierno de Estados Unidos para continuar su injerencia en los países andinos, en donde se cultiva la mata de coca -que no es cocaína- y obedece a la doble moral estadounidense».

Agregó que Washington «por un lado adelanta la guerra en los países productores, pero no combate la distribución -manejada por la mafia estadounidense- ni el consumo, representado en más de 32 millones de adictos, siendo ésta una de las causas del fracaso del mencionado plan».

Las FARC manifestaron en el comunicado que el Plan Colombia no está dirigido a erradicar las drogas sino a combatir a la guerrilla, no obstante aseguraron que las FARC están «cada día más fuertes». Según el grupo armado, «el tráfico de drogas produce 750 mil millones de dólares al año» y «el 85 por ciento se queda en el sistema financiero de Estados Unidos».

El matutino The New York Times había publicado el sábado un extenso artículo en el que detalla que el Plan Colombia, financiado y patrocinado por Estados Unidos, no ha logrado su objetivo. Este plan se creó en 2000 a fin de reducir a la mitad los cultivos ilícitos de coca en Colombia en un plazo de cinco años. La nota se titula «Colombia’s Coca Survives U.S. Plan to Uproot It» (la coca colombiana sobrevive los planes de USA para destruirla) y lleva la firma de Juan Forero, reportero del matutino norteamericano en distintos países de América Latina.

En los últimos seis años la Casa Blanca ha invertido 4.700 millones de dólares en su lucha antidrogas en Colombia, pero sin haber bajado las cifras de consumo, por lo tanto -afirmó NYT- el Plan Colombia fracasó. El informe puntualizó que la estrategia norteamericana de fumigación aérea a larga escala, no ha logrado cambiar «el precio, la calidad y la disponibilidad de la cocaína en las calles de Estados Unidos», informó el diario estadounidense.

«En su lugar, dicen expertos en política de drogas, el cultivo de coca ha sido redistribuido a zonas más remotas y a parcelas más pequeñas (de Colombia)», lo que dificulta su detección y destrucción. El precio de la coca en Estados Unidos sigue siendo estable -el kilo gira en torno a los 35 mil dólares- y su pureza continúa subiendo, dos claros indicadores de que se mantiene alta la disponibilidad de la droga.

Desde 2000, los aviones fumigadores han rociado en Colombia el equivalente a 2.600 veces la extensión del Central Park de Nueva York, el «pulmón verde» que tiene una superficie de 340 hectáreas.

El saliente ministro del Interior y Justicia de Colombia, Sabas Pretelt de la Vega, rechazó la información del matutino y especificó que se han fumigado 132 mil hectáreas, que sumadas a las 38 mil que fueron erradicadas manualmente, totalizan 170 mil hectáreas. En declaraciones al diario bogotano «El Tiempo», agregó que: «si no lo hubiéramos hecho (las fumigaciones y la erradicación manual), Estados Unidos y Europa estarían, literalmente, inundados de coca», expresó el funcionario.

Según el ex ministro, en Colombia había 160 mil hectáreas de cultivos ilícitos en 2000 y en la actualidad esa cifra se redujo a la mitad.

Acotó que durante su gestión al frente del ministerio ha firmado la inédita cifra de 502 resoluciones de extradición, que demuestra la voluntad de combatir el narcotráfico.

Sabas Pretelt de la Vega añadió que ningún país incautó tantos bienes adquiridos con fondos ilícitos, como Colombia lo hizo frente al flagelo del narcotráfico. «Les quitamos 3.700 casas, 800 empresas, 7.000 vehículos, 300 mil hectáreas de tierra, y todos los años incautamos cerca de 220 toneladas de coca, cosa que no hace otro país. Si a eso le llaman fracaso, entonces que nos digan qué es el éxito», agregó.

Pretelt destacó que en Colombia cada año se están incautando, en promedio, entre 200 y 220 toneladas de cocaína, «precisamente para que no salgan al exterior».

«En Colombia, en las 85.750 hectáreas sembradas de hoja de coca producen anualmente 776 toneladas métricas de cocaína, 279 toneladas más de las que estimaba la Policía Antinarcóticos colombiana y 231 más que las que USA tenía en sus cálculos», afirmó el subdirector de la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE), Carlos Medina en el marco de una cumbre con el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, el pasado 5 de junio junto a miembros de la Policía Antinarcóticos colombiana y de la Agencia Antinarcóticos de la embajada estadounidense. Las cifras se desprenden del Sistema Integrado de Monitoreos de Cultivos Ilícitos (SIMCI), dependiente de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC, por sus siglas en inglés).

El vicepresidente Santos concluyó la reunión arengando «Muévanse, señores. Las cifras son contundentes, que no se diga ahora que el estudio está mal hecho, porque fue realizado por colombianos».

Sin embargo, los expertos de la DNE consideran que estas cifras no guardan relación con un indicador clave: el precio del kilo de coca en Estados Unidos y Europa -35.000 dólares y 50.000 euros respectivamente-, se mantiene estable, y la calidad del alcaloide, no se ha deteriorado.

En el marco del Plan Colombia se han realizado continuas fumigaciones con el herbicida glifosato en las plantaciones de coca en diversas zonas, especialmente cerca de la frontera con Ecuador.

Esa política fue duramente criticada por organizaciones ambientalistas y defensoras de los derechos humanos de Colombia, por el riesgo que el uso de un herbicida tan tóxico significa para la vida humana.

En síntesis, la disminución de la superficie cultivada no necesariamente indica el éxito de la lucha antidrogas.

[email protected]