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Entrevista con Manuel Elkin Patarroyo

«Las grandes multinacionales financian los poderes políticos para que las sigan nutriendo»

Fuentes: Rebelión

En los últimos tres años ha reportado más de un centenar de publicaciones sobre su nueva vacuna sintética contra la malaria, acaparando diversas portadas de las principales revistas científicas internacionales. Pese a las múltiples dificultades atravesadas tras el embargo de su centro por una entidad bancaria y la creación de la Fundación Instituto de Inmunología […]

En los últimos tres años ha reportado más de un centenar de publicaciones sobre su nueva vacuna sintética contra la malaria, acaparando diversas portadas de las principales revistas científicas internacionales. Pese a las múltiples dificultades atravesadas tras el embargo de su centro por una entidad bancaria y la creación de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia; el Premio Príncipe de Asturias Manuel Elkin Patarroyo acaba de aterrizar en España para inaugurar en el municipio madrileño de Parla un Instituto de Enseñanza que llevará su nombre, desde donde viajará a Salamanca para hacer lo propio con el nuevo Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de su prestigiosa universidad.

¿Qué significado tiene para usted tener en Parla un Instituto de Enseñanza con su nombre? Si no me equivoco, no es la primera institución en España que lo lleva…

Es un honor inmensamente grande que el pueblo español hace a Manuel Elkin Patarroyo y a Colombia. Más aún cuando supe que en la selección del nombre participaron tanto estudiantes, como profesores (especialmente Juan-Carlos Lerones), padres y autoridades académicas y educativas de Parla. Resulta muy grato que la gente de la Comunidad de Madrid acepte que un Instituto lleve el nombre de un científico colombiano como yo. Es cierto que en España existe también un parque en Tarragona, una calle en Granada y un monumento en Sesma (Navarra) mi pueblo adoptivo.

¿Cómo ha logrado sobreponerse al terrible sobresalto que le supuso el embargo del Instituto de Inmunología por una entidad bancaria española?

No nos hemos repuesto todavía. Íbamos muy rápido para encontrar soluciones a estos problemas de salud universal que a mí tanto me preocupan y aportarlas y entregarlas a la gente que más las necesita. Y en este embargo, perdimos todo en menos de dos meses. Lograr reconstruir una infraestructura que se había demorado 27 años en crear, no es fácil. Eso toma mucho tiempo… En esencia, hemos perdido de tres a cuatro años. Recuerdo perfectamente que prometí entregar la nueva vacuna para antes del 2005 y en circunstancias normales hubiéramos podido hacerlo. Prueba de ello son todas las publicaciones científicas en que íbamos detallando pedacito a pedacito, y colocando fragmento a fragmento los componentes de Colfavax. Esas circunstancias son las que nos han mandado al año 2008. Todo ese tiempo más que daño a Patarroyo significa daño para la Humanidad.

Aunque resulte recurrente, ¿podría decirme en qué estado se encuentran actualmente sus investigaciones científicas en torno a Colfavax, su nueva vacuna contra la malaria?

Originariamente la primera -Spf66- llevaba sólo cuatro manitas. Hoy en día gracias al conocimiento del genoma del Plasmodium falciparum, sabemos que en la invasión de este parásito de la malaria al glóbulo rojo participan por lo menos medio centenar. Nosotros las teníamos identificadas ya hace tiempo, y las hemos ensayado todas en monos. Esto nos otorga la ventaja de la inmediatez sobre los estudios de campo que involucran a seres humanos directamente desde el tubo de ensayo, con sus componentes ético-científicos, muy difíciles de manejar. Además, hicimos la genomica de estos micos y averiguamos cómo están hechas las moléculas de su sistema inmune, encontrando que son entre el 90% y 100% idénticas a las humanas. De este modo, la información que obtenemos de ellos la podemos extrapolar inmediatamente a los seres humanos.

Parece que entre sus próximas sorpresas se incluirá la posibilidad de administrar su nuevo antídoto en una sola dosis, en lugar de -como viene siendo habitual- tres. Una labor en la que está involucrada la Universidad del País Vasco. ¿Cuáles serán las ventajas de Colfavax?

Los trabajos que adelantamos con los científicos de la Universidad del País Vasco entre los cuales destaca el doctor José-Luis Pedráz, y también el doctor Jaiver Rosas del Instituto de Inmunología de Colombia nos permitieron diseñar una metodología para administrar la vacuna exclusivamente en una sola dosis. Eso ya está publicado en las principales revista internacionales de vacunología y los últimos datos que están escribiéndose nos muestran que con una sola dosis podemos llegar a tener una duración en títulos de anticuerpos como mínimo de seis meses. De esta manera podríamos vacunar a las madres gestantes para que les transmitan anticuerpos a sus hijos con uno o dos meses de anterioridad al parto, y así tener cubierta esa ventanita que es la de mayor influencia del paludismo en los países en vías de desarrollo. Pero, esta metodología sólo sirve para vacunas sintéticas, porque las moléculas deben ser precipitadas con ácidos fuertes para involucrarlas dentro de las microesferas; algo difícil de hacer con moléculas biológicas, porque éstas se desnaturalizarían.

Hace algunas fechas leí una entrevista con el Vicepresidente de GlaxoSmithKlineBeecham, Peter Goodfellow, donde manifestaba que su multinacional se había dado cuenta que la síntesis química -su método- era el más eficaz y desde finales de 1999 estaba usándola para desarrollar sus nuevos fármacos. Salvo… en lo concerniente a la vacuna de la malaria… ¿No le resulta extraño este modo de actuar?

La verdad es que entiendo bien a los demás. La semana pasada apareció una publicación científica del grupo de la Universidad de Oxford -el cual recibió 50 millones de dólares de la primera donación de Bill Gates- donde llega a la conclusión que debido a la tremenda variabilidad genética del parásito, no tiene sentido agregar una más otra más otra variante, porque la una puede suprimir la acción de la otra; y que -en definitiva- debe trabajarse con las manitas conservadas. Quienes quieran que hayan escuchado nuestros planteamientos científicos en universidades, foros, etc… saben que hace ya catorce años que venimos realizando esos trabajos. De la misma manera hace veinticinco años postulamos el concepto de las vacunas químicamente hechas. A mi me llama mucho la atención y me satisface enormemente que después de tanto tiempo, estos grupos se estén dando cuenta que el camino correcto es el nuestro.

Este año se cumple el décimo aniversario del Centro de Salud de Manhiça, en Mozambique, creado a finales de 1995 por la AECI «para el desarrollo de la Spf66 y futuras generaciones». Parece que los responsables de gestionar su presupuesto se hubieran adueñado del mismo, y que desde 1998 esté sirviendo para fines distintos siendo un lugar de ensayo de vacunas diferentes a la suya ¿tiene constancia de acuerdos posteriores que anulasen los originarios firmados en su día entre los gobiernos de España y Colombia?

Hay una cosa importante. Es cierto que la AECI asignó esos presupuestos para ese cometido como sabemos y podemos demostrar documentalmente: hacer investigaciones con respecto a nuestras vacunas; pero, luego todo eso se desvío. No sé porqué razón. Yo a esto no tengo nada más que agregar.

El año pasado los responsables de la Malaria Vaccine Initiative (MVI) divulgaron que la RTS,S que se está ensayando en Mozambique, protegía 18 meses. Tanto como hace 14 años lo hizo la Spf66. ¿Funciona tan bien la actual vacuna de GSK como el doctor Pedro Alonso manifiesta constantemente a los medios?

En este tiempo nos dedicamos a buscar lo que hacía falta. Valga la pena mencionar que desde hace 12 años no vacunamos a ninguna persona con Spf66 y que eso realmente es algo que muestra la seriedad de nuestro trabajo. Nosotros hubiéramos podido continuar vacunando con un producto que tiene el 38% de capacidad protectiva. De una forma muy responsable, decidimos científicamente buscar lo que hacía falta conociendo todas las razones inmunológicas que hacen que una vacuna que tiene sólo el 38% no sea totalmente eficaz y pueda llegar a conducir a mayores problemas más adelante.

Entre las críticas a la Spf66 alguien dijo que no acabo funcionando por la diversidad de resultados y porque no estaba suficientemente estandarizada. Sin embargo, según determinaron las correspondientes resonancias nucleares magnéticas todas las partidas que salieron de Colombia en lotes de 100 y 200 gr. fueron similares. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Eso fue un mito que se volvió verdad. Si hay algo que realmente funcione bien es la química. Con ella uno puede saber en cualquier momento dónde está cada átomo. Con las biológicas, que están utilizando; uno no puede caracterizar prácticamente nada. Efectivamente todos nuestros grandes lotes producidos fueron absolutamente reproductibles y así consta en los documentos de la OMS. No sé de dónde ha surgido esa falacia; ni que intereses han llevado a divulgar internacionalmente que la Spf66 colombiana nunca fue reproductible. Lo que si me gustaría es que me demostraran que las vacunas biológicas a nivel atómico son idénticas; como se le exigió a la nuestra.

¿Por qué cree que se ha difundido que su vacuna no funcionó, cuando los mismos que han hecho circular esta información han tardado 14 años en obtener similares resultados a los suyos? ¿Considera que la vacuna que ensaya el Clinic de Barcelona en Mozambique «ha demostrado un buen perfil de seguridad y tolerancia», como ha publicado en The Lancet?

Cuando hicimos hace 20 años los estudios con Spf66 involucramos gente de Colombia, Ecuador, Venezuela, Brasil, etc…Eran personas de distintas partes del mundo. En Colombia inmunizamos población negra, en Ecuador mestizos, en Venezuela blancos. Fueron cerca de treinta mil personas las que recibieron la vacuna. Entonces, que no nos vengan tras tanto tiempo con un producto que tiene una eficacia máxima similar a la nuestra. Es curioso que cuando trabajábamos con nuestra vacuna todos los grupos del mundo estaban representados en su evaluación. Durante cinco años, el Coronel Médico W. Ripley Ballou, fue el Director del Comité de Evaluación de la Spf66. Jamás intuí que hubiera nada equivocado -ni juegos de poder, ni movimientos, ni segundas cartas- en su designación. Consta en las actas de la OMS. De este modo obtuvo toda la información interna de nuestra vacuna para luego decir que no funcionaba, y tres meses después decir que había descubierto una nueva, -la suya- la RTS;S. Curiosamente, jamás nos han invitado a participar en la evaluación de ninguna de las que han ensayado; muchas de las cuales han fracasado. Con la experiencia que tenemos y lo mucho que les hubiéramos podido ayudar para que no cometieran errores; pero nunca hemos sido invitados. En temas de salud pública y cuando tratamos con seres humanos, los errores son vidas.

Mirando hacia el continente africano, se tiene la sensación de que la realidad supera ampliamente la dureza de la trama tejida por John Lecarre en «El Jardinero Fiel»; que «cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia»; y que los países más pobres del planeta continúan siendo colonias de determinadas potencias para ensayar en ellos toda clase de productos. ¿Qué opina al respecto. Considera mi visión quizá demasiado pesimista?

Nosotros que estuvimos vacunando en África, conocemos cómo son las reglas del juego y agradecería enormemente a los comités de ética del mundo desarrollado que mirasen qué criterios se están utilizando para hacer vacunaciones y ensayos clínicos en los países pobres. Nosotros vacunamos en Colombia a colombianos -decenas de miles de compatriotas- antes de salir a inyectarla en otros países. Yo no hablo ni denigro de las personas. No me interesa. Simple y llanamente hablo de ciencia.

¿Cómo valora usted que en Febrero de 2005 una publicación de la US Army difundiera que el coadyuvante ASO1A, usado en Mozambique, no satisfizo los objetivos del ejército de EEUU, pero que GSK cuenta con el «prometedor» coadyuvante ASO1B? Además, algo que me llama mucho la atención es la constante aparición del Coronel Ripley Ballou en la historia de la RTS,S: en el Walter Reed Army Institute Research (WRAIR), en GlaxoSmithKline, en el Path Malaria Vaccine Initiative (MVI) de la Fundacion Bill Gates.

No me voy a meter en esa discusión.

También me dejó perplejo leer que el verdadero interés del ejército de EEUU en este producto radica en «vacunar soldados desplazados en misiones a zonas tropicales». ¿Podría ser que la Spf66 hubiera sido desplazada y España estuviera subvencionando el desarrollo de un Programa Militar Norteamericano? De ser cierto esto, ¿en qué lugar quedaría el discurso del epidemiólogo español responsable de los ensayos, vendiendo que está vacuna está destinada a salvar niños del África Subsahariana?

Respeto que España haya decidido entre las líneas prioritarias de su política, financiar la investigación de una vacuna del ejército de los Estados Unidos y de una de las más grandes multinacionales farmacéuticas.

En los últimos tiempos el doctor Pedro Alonso ha reconocido que puede que la RTS,S no sea la vacuna de la malaria definitiva; aunque la futura si contendrá alguna de sus piezas. ¿A qué trozos específicos cree que se refiere: la proteína de la universidad de New York, la patente del Walter Reed Army Institute Research, los coadyuvantes de GlaxoSmithKline o el vector adenovirus 35 de Crucell?

Sistemáticamente me niego a hablar de cualquier persona porque eso me parece de poca estatura intelectual. Por consiguiente sólo discuto de ciencia. Es la única cuestión sobre la que opino y así seguiré haciéndolo. Mis argumentos están en los más de doscientos artículos científicos, publicados y que cualquiera puede encontrar en internet (www.pubmed.net).

Otro punto de máximo interés es la formulación universal para la elaboración de toda clase de vacunas. ¿En qué estado se encuentra ese proceso de «manitos, deditos y dale la vuelta»?

La verdad es que andamos desde hace mucho tiempo embarcados en la búsqueda de una manera universal de hacer vacunas. El concepto de las vacunas químicamente hechas es nuestro desde hace más de 25 años y eso nos permite saltar a otro nivel tal como es el de la estructura física y matemática, y en ese contexto estamos yendo muy bien. Los problemas se pueden resolver uno a uno o universalmente. Pero de uno en uno, nunca jamás se llegará; mientras universalmente podemos resolverlos todos con pequeños ajustes característicos de cada patología.

¿Qué opinión le suscita el hecho que en la última Asamblea General de la OMS -con presidencia española- el principal invitado haya sido el magnate norteamericano Bill Gates?

Poderoso caballero es don dinero.

Nuestros políticos proyectan y diseñan objetivos a mayores o menores plazos, y cada vez que hacen balance, los propios promotores se confiesan más lejanos de ellos. ¿Cómo considera que podríamos revertir esta situación?

Lo que pasa es que desafortunadamente los poderes siempre se asocian. El económico financia el político y las grandes multinacionales financian los poderes políticos para que las sigan nutriendo, y así sucesivamente. Eso es como una serpiente mordiéndose la cola. Los científicos debemos trabajar por resolver problemas para el bienestar de la Humanidad. Y para eso, la gente seria tenemos que dedicarnos a producir soluciones.