Sobre la defensa de los derechos de las mujeres obreras de la industrial textil de Neuquén.
Entre la bronca por la impunidad empresaria, asoma el calor de la solidaridad que reciben.
«Cada día nos emocionamos más. El lunes, cuando subimos a la ruta a hacer fondo de huelga, muchas de nuestras compañeras no lo habían vivido nunca. En la ruta hicimos 45 mil pesos, eso muestra el apoyo que la comunidad, tanto de Neuquén como de Centenario, le está dando a las textiles. Pasa gente que nos trae un kilo de azúcar, de yerba, una docena de medialunas o de tortas fritas», relató Mariana Catilao, una de las 36 que en la noche del martes 31 de enero llegó a los portones de Textil Neuquén para ver cómo la dejaban vacía.
«Cuando entramos, fue un momento muy doloroso y desolador al ver la fábrica que estaba vacía, cada compañera se acercó al lugar donde estaba su máquina llorando, porque nunca nos imaginamos algo así«, contó Marina.
En noviembre, habían denunciado en la subsecretaría de Trabajo provincial, a cargo de Jorge Seguel, las intenciones empresarias. Los mismos hermanos Huerta dijeron en diciembre que continuarían la producción. La semana pasada mandaron un documento de una carilla a la misma oficina, para decir que en el marco de la crisis de la industria textil nacional tenían que cerrar.
Con eso, la provincia consideró oficializado el cierre. «Lo único que han hecho es presentar un escrito que fue una sola hoja, diciendo en palabras, porque no han presentado ni un solo papel. Eso no es oficializar un cierre, hay distintos procedimientos, tienen todas las leyes a su favor y no las han usado, porque están acostumbrados a tener una impunidad absoluta por parte del gobierno, que en definitiva ha hecho negocios millonarios con estos empresarios», denunció la abogada de las trabajadoras, Mariana Dermi.
En noviembre, la empresa que provee a tiendas de la misma familia y a gran parte del estado provincial tuvo ingresos por 9 millones de pesos y en diciembre, por 16 millones. Claro, las facturaciones se hacían a nombre de otras -varias- firmas de la familia Huerta, por lo cual, esta razón social fue vaciada de «modo fraudulento e ilegal», como denunciaron las trabajadoras a la justicia. De hecho, las máquinas que los empresarios se llevaron formaban parte de la prenda inicial del crédito que el estado provincial, a través del IADEP (Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo de la Provincia de Neuquén), otorgó hace una década por 11 millones de pesos, y del que todavía adeudan buena parte.
Aún así, fueron los Huerta quienes las denunciaron por usurpación, pero el fiscal Marcelo Jara archivó la causa, al tratarse de una ocupación pacífica. Mientras el gobierno provincial insiste con que la empresa pague la indemnización, el miércoles las trabajadoras exigieron, en la subsecretaría de Trabajo, que se garanticen sus empleos. Reclaman las herramientas.
Mujeres de entre 30 y 58 años, en su mayoría empleadas de la Textil desde que abrió. Muchas de ellas, jefas de hogar. En la fábrica, pernoctan con sus hijos, unos 20 niños y niñas. Mientras tanto, el abogado de la empresa, Pablo González, les recriminó que quieran convertirse en una «Zanón 2», por la fábrica de cerámicas recuperadas por sus trabajadores. «Le dije que no, que sólo queremos trabajar, pero que no era un insulto porque para nosotras Zanón es una bandera de lucha», dijo Marina a Las 12.
Y si la ficción de La Leona parecía sólo una novela en los albores del gobierno nacional actual, hoy se actualiza en las luchas de las mujeres que no son personajes de telenovela sino mujeres dispuestas a defender sus derechos.
Fuente:https://www.pagina12.com.ar/19183-las-leonas-de-la-vida-real-obreras-de-textil-neuquen
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