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Las miserias del paraíso neoliberal

Fuentes: Rebelión

La economía chilena, la más neoliberal de América Latina muestra una vitrina luminosa y llena de juegos de artificio: un superávit de 13 mil millones de dólares para el período 2007, y un PIB que eleva el per cápita a casi 13 mil dólares anuales. Es la vitrina de un país cada vez más rico. […]

La economía chilena, la más neoliberal de América Latina muestra una vitrina luminosa y llena de juegos de artificio: un superávit de 13 mil millones de dólares para el período 2007, y un PIB que eleva el per cápita a casi 13 mil dólares anuales. Es la vitrina de un país cada vez más rico. Tiene sus bolsillos llenos de plata o más apropiadamente cobre; sin embargo, y, siendo lo anterior cierto, resulta sorprendente que por doquier surjan problemas aparentemente insolubles: desempleo juvenil, inequidad creciente, deterioro ambiental galopante, demandas económicas reiteradas una y otra vez y nunca resueltas, economía esencialmente mono exportadora, una masa salarial que sigue disminuyendo su participación en el total del PIB (Entre el 2003 y 2006 cayó 5,5 puntos porcentuales.). Salarios pauperizados reales generalizados que no llegan a los US $ 6.000 anuales, lejos de los US $ 10.000 a 13.000 que muestra la vitrina de las cifras oficiales.

Entonces la pregunta es ¿bajo este modelo económico son insolubles los problemas o son incompetentes los gobernantes y dirigentes?

La verdad, creemos, es que ninguna de estas posibilidades es cierta: ni los problemas son insolubles ni los dirigentes y gobernantes incompetentes. El tema es que ellos resuelven los problemas que a la clase dominante, de la que son sirvientes, le interesa resolver. Para su servicio se ha diseñado e implementado el modelo económico y su expresión concentrada que es el modelo político. Recuérdese que la economía chilena fue diseñado por el Fondo Monetario Internacional y aplicado con la asesoría de economistas de la Universidad de Chicago y con la mano de gato de los llamado «Chicago boys» . Como decía el padre del actual Presidente Busch: Se hace lo que nosotros decimos. («What we say goes».)

Entonces los exitosos indicadores macroeconómicos tienen que ver con la satisfacción de esta clase. Porque ¿qué es lo que ha cambiado en lo esencial en la economía chilena para el conjunto de chilenos que no pertenece a la burguesía? Creemos que nada. Sigue siendo el paraíso de la inequidad, de la desigualdad. Y todos los sectores de punta de la economía manifiestan esta desigualdad, que sigue siendo creciente.

¿Hay en el país una reconstruida ética del trabajo? No. Y no lo será mientras la economía, o mejor dicho los economistas oficiales y a quienes sirven sigan poniendo como telón de fondo el hecho de que las cosas valen no por el trabajo incorporado sino por una conclusión metafísica que nos dice que el valor de las cosas se produce no por el trabajo sino por la llamada «utilidad marginal». Entonces es más rentable vender drogas, asaltar bancos, vender su alma al diablo en la televisión, prostituirse, convertirse en cantante populachero, futbolista, sacarse la lotería, dedicarse a la política como sinónimo de buenos negocios, etc., etc. Todo antes que un trabajo perseverante de toda una vida.

¿Hay en el país una disposición real para hacer de la educación un elemento de transformación real de la sociedad? No. La elite de estudiantes que termina la enseñanza media y manifiesta explícitamente sus aspiraciones a seguir estudiando en el sistema formal universitario muestra que la brecha educacional entre los colegios municipales y los particulares pagados aumentó en un 3 % (Informe del Demre Universidad de Chile). Mientras en la admisión 2006 el 58 % de los alumnos de colegios públicos obtuvo sobre 450 puntos, en los colegios privados lo hizo el 91 %. En el 2007, el 57 % de colegios municipales superó este puntaje; en cambio, de los pagados, el 93 %. Esta situación es peor en regiones.

¿Hay en el país después de décadas de aplicación del modelo un proceso consolidado de invención de nuevos procesos y productos? No. Si se siguen destinando a Investigación y Desarrollo un 0,67 del PIB no hay nada de que hablar. Seguiremos siendo en lo esencial exportadores de materias primas. Ya a noviembre del 2007 las exportaciones totales de cobre representaban más del 54 % del total. Esta cifra es determinada para el período alrededor de US $ 35.703 millones, esto es un aumento del 18 % con respecto a igual período del año pasado. (Cifras B. Central). Los montos alcanzados se sustentan en el alto precio promedio del cobre a nivel internacional, pero también en los aumentos de producción que pasaron de 5,36 millones de toneladas en el 2006 a 5,5 millones el 2007. Estas cifras debieran ser motivo de alta preocupación tanto para el conjunto del país como para los trabajadores del cobre, pues dada la estructura de propiedad de la industria, ellas conllevan un nivel de depredación del recurso sin parangón en la historia y que además implican, dadas las grandes granjerías para las empresas privadas del sector, una sangría criminal de los ingresos del que esta produce.

Mientras se liquida la División Talleres de El Teniente (El Siglo Nº 1378), Quiñenco el conglomerado de inversiones e inmobiliaria perteneciente al Grupo Lucksic finaliza negociaciones con la empresa Nexans la mayor fabricante de cables del mundo, permitiendo que los franceses vengan a procesar el cobre en Chile. ¿Para qué formamos ingenieros en nuestras universidades? Han vuelto a ser los capataces del capital extranjero como lo eran en los tiempos del la Anaconda Cooper Mining. Para ser capataz no se necesita ser ingeniero. No hay política de desarrollo nacional. Ni siquiera en Codelco existe una política clara y determinante de proveedor nacionales que incentiven polos de quiebre de la dependencia tecnológica e industrial. Le es más fácil a los gestores tomar el teléfono y hacer pedidos a empresas extranjeras. No importa que la industria nacional termine de sucumbir.

El desequilibrio productivo existente se manifiesta en todas las cifras. Así por ejemplo las exportaciones forestales aumentaron en el período (Enero-Noviembre) llegando a US $ 4.204 millones representa la octava parte de las exportaciones de cobre, la celulosa con US $ 2.222 millones representa la décimo segunda parte. Todo el sector silvoagropecuario con US $ 2.850 millones tampoco pesa mucho más en el marco exportador. La industria salmonera con aproximadamente US $2.700 millones también es un la décima tercera parte de las exportaciones cobre. Y esta última industria de desarrollo galopante en los últimos años ha sido calificada por los productores noruegos como «parásitos irresponsables» por su desprecio por las normas productiva y de comercialización. No estamos ni lejanamente que estas industrias no sean relevantes en la economía nacional sólo llamando la atención de los desequilibrios estructurales que las cifras implican y el grado de explotación tanto hacia el medio ambiente como hacia los seres humanos en que ellas están asentadas.

No está demás decir que el sector silvoagropecuario se está produciendo en forma acelerada un proceso de concentración del ingreso nunca antes visto. Existe ya una brecha enorme entre los grandes conglomerados económicos (la mayoría transnacionales) de megaempresas que establecen carteles con concertaciones de precios, convirtiendo el postulado de libre competencia del modelo en una mera ficción y donde los pequeños agricultores no tienen ninguna posibilidad.

El modelo económico, dado la inexistencia de gas y petróleo en el país ¿ha construido una matriz que le permita resolver la demanda creciente? No, no lo ha hecho. Chile con un crecimiento del 5 % anual requerirá en la próxima década alrededor de 15 mil Mwe, es decir 3 mil más que los ya instalados y la única alternativa real de solución prevista es la que da cuenta de los intereses de las generadoras transnacionales basadas en la depredación de los recursos hídricos de la región de Aysén. De la diversificación energética sólo parches.

¿Es el modelo económico neoliberal parte del futuro del país? No, no lo es. El modelo no considera el futuro que son los jóvenes. La tasa de cesantía entre los jóvenes en promedio durante la aplicación del modelo ha oscilado entre el 15 y el 20 % en promedio

El gobierno ha creado la falsa imagen de que la irrestricta aplicación del modelo económico le provee al país de una invulnerabilidad económica. Esto no es así. Todo descansa en lo fundamental en los altos precios creado por la alta demanda de materias primas de países que si se están desarrollando. En Chile el crecimiento oculta la falta de desarrollo.

Ninguna economía transnacionalizada como la chilena ha logrado un nivel de desarrollo sustentable. Nuestro déficit respecto al trabajo es enorme, tanto en remuneraciones como en participación. Por ejemplo en Alemania, los dirigentes sindicales, por ley, deben integrar los directorios de las empresas. En Japón el grado de planificación central de la inversión y de control gubernamental provocaría una crisis nerviosa a nuestros neoliberales y dueños de empresas.

Así todo el año 2007 es nuevamente una muestra de los dolorosos y persistentes problemas que el gobierno amarrado al modelo no tiene la voluntad ni la capacidad política de fondo en resolver si no está dispuesto a enfrentar los intereses del imperialismo ni al capital transnacional.

Patricio Malatrassi A. es Economista y miembro del Frente Amplio Profesionales de Izquierda