Locuaz, irónico, políticamente incorrecto, charlatán, lúcido, ágil. Y extremadamente visionario: Jon Hall, apodado maddog o «perro loco» (se lo pusieron sus alumnos de la Universidad de Stanford por su mal carácter) recorre el mundo de punta a punta elogiando las ventajas de los programas de código abierto -aquéllos que pueden ser copiados y modificados libremente- […]
Locuaz, irónico, políticamente incorrecto, charlatán, lúcido, ágil. Y extremadamente visionario: Jon Hall, apodado maddog o «perro loco» (se lo pusieron sus alumnos de la Universidad de Stanford por su mal carácter) recorre el mundo de punta a punta elogiando las ventajas de los programas de código abierto -aquéllos que pueden ser copiados y modificados libremente- y criticando las patentes de software. Haya donde haya una feria, un evento, una invitación, Maddog representa a Linux Internacional con su barba superlativa y sus argumentados puñetazos contra el monopolio de Microsoft. Con cada una de sus palabras incendia una imprevisible guerra asimétrica entre usuarios y multinacionales. De momento, el programa más popular de software libre, Linux, que comenzó con apenas 140.000 usuarios, tiene ya 70 millones en el mundo. Perro Loco -barba mesiánica, humor ácido- conoce al enemigo a la perfección. Y por eso le ataca donde más le duele: el libre mercado, las leyes capitalistas. «La propia economía va a derrotar a las multinacionales informáticas. Con Linux nos ahorramos millones. Y también, como servicio podemos hacer más dinero que ellos como propietarios», afirma con ironía. Perro Loco, que repite incesantemente en la entrevista las palabras «esclavitud informática», se confiesa con Público en São Paulo.
Convénzame para que use Linux y no Windows…
¡Facilísimo! Que tu ordenador funcione con un sistema de fuentes abiertas y con software libre te permite tener el control, las herramientas para mejorarlo, repararlo, adaptarlo. No dependes de empresas que cambian sus políticas, programas y técnicas. Ahorras bastante dinero en licencias. Tu ordenador irá más rápido. ¡Dejarás de ser un esclavo del software! Además, ¿cuántos usuarios envían dudas a Microsoft y nunca reciben respuestas?
Pero todos mis amigos usan Windows… ¿Seré la oveja negra?
¡Amigo, además puedes hacerte rico! Con software libre no sólo ahorras dinero, sino que ganas dinero. Yo le llamo la técnica del cirujano. ¿Cómo se hace rico un cirujano? Siendo muy bueno. A nosotros no nos interesa el concepto de software propietario. Fomentamos que el dueño del software lo licencie, con código abierto. Pero sí nos interesa ofrecer software libre como servicio. Cobrar por adaptarlo, repararlo, mejorarlo. Sobre todo adaptarlo, hacerlo perfecto para una necesidad concreta.
Seguro que Microsoft nunca le ha invitado a dar una conferencia…
Bueno, a Microsoft sólo le interesa Microsoft, no la gloria de la humanidad ni los consumidores. Ellos prefieren que se compre software pirata a que se use software libre, porque de alguna manera fomenta sus productos. Lo único a lo que aspiran es a eliminar la competencia… Nosotros estamos en contra de la piratería.
¿Cree que la política de patentes informáticas de las multinacionales ha modificado o incluso frenado el desarrollo de la informática?
Cuando yo empecé, a finales de los años 60, con el ordenador no podías hacer nada. Pero todo estaba abierto, los códigos, el lenguaje. No existía ese concepto de propiedad sobre los programas. El ordenador servía para poco. Hasta la calculadora era más útil. Hoy en día, la informática mueve el mundo. Sin ella, se pararía. Los semáforos, los transportes. La vida. Por eso tienes que ser independiente.
¿Está hablando de libertad individual o incluso de política?
Hay una relación importantísima entre independencia tecnológica y política. Mire Venezuela y Brasil. Hugo Chávez [presidente de Venezuela] se dio cuenta de que si quería ser independiente de Estados Unidos no podía funcionar con el sistema del enemigo. Apostó por el software libre. ¿Y si Estados Unidos entrase en guerra y el enemigo usa sus sistemas? No habrá emancipación del tercer mundo si dependen de la tecnología registrada del primero. Brasil está dando una lección. Todas las instituciones públicas están usando software libre. Ahorran dinero y son independientes.
La mayoría de los ordenadores vienen con Windows preinstalado. ¿No tienen perdida la batalla?
Cada vez se venden más ordenadores baratos con Linux. Incluso la marca Dell comercializa ordenadores sólo con este sistema operativo. Otra cosa importante es la facilidad con que Linux y el software libre en general se adaptan a las culturas del mundo. Por ejemplo, Microsoft presume de tener sus sistemas en 50 idiomas. Nosotros tenemos más de 200. Cuando ellos incluyeron el etíope, nosotros ya lo hacíamos. Y funciona muy mal en algunos idiomas. Si quieres hacer reír a un turco, lo mejor es pronunciar dos palabras: Microsoft turkish. ¡Se mueren de risa! ¡Es tan difícil usarlo que prefieren hacerlo en inglés! ¿Eso es diversidad cultural?
¿Quiere usted decir que el software libre ayuda a la preservación de la multiculturalidad, pero el software propietario, no?
Le doy otro ejemplo. Un pueblo que habla swahili, que tienen 50 millones de hablantes en África, nunca puede usar un editor de texto en su propia lengua. Ellos entraron en contacto con los programadores de OpenOffice [un conjunto de programas de ofimática gratuito y de código abierto] y contrataron un programador para hacer el trabajo. Ahora, OpenOffice no sólo tiene una versión en swahili, sino de sus cuatro dialectos. La respuesta es obvia.
Pero sus enemigos dicen que usted es peligroso, que no cree en el ‘copyright’. Si invento un software, ¿usted querrá que lo venda gratis?
No creo en el sistema de patentes de programas informáticos. Lo que no podemos hacer es patentar todos los caminos, porque nadie va a poder usarlos. Imagine que Miguel Ángel está pintando la Capilla Sixtina y alguien le dice: «Miguel Ángel, para. Los pinceles están registrados, no puedes usarlos. La pintura tampoco». Imagínese que un artista patenta el pincel o cierta posición de notas en una partitura. Con sus patentes, las compañías detienen la creatividad y el desarrollo. Y lo que es peor, alejan del usuario la tecnología y el conocimiento. Por eso nos esforzamos en conseguir que la palabra «elección» tenga su significado. Es necesario que cada usuario tenga verdadera libertad de elección.
Usted ha afirmado en numerosas ocasiones que el modelo de Microsoft es insostenible, que tiene los días contados. ¿Por qué lo dice?
Su modelo está basado exclusivamente en los beneficios. Pero ha llegado un momento en el que gastan más en abogados, en proteger sus supuestos derechos, que en investigar. Y sus programas, que venden carísimos, funcionan mal. Nosotros tenemos programas parecidos, incluso más eficientes, realizados por un precio ínfimo.
¿Una última razón ideológica para pasarme al software libre?
Las patentes son leyes hechas por los gobiernos y deberían estar pensadas para beneficiar a las personas, no a las empresas. Microsoft quiere patentar absolutamente todo lo que le esté permitido patentar. Las patentes son básicamente dañinas, porque hay mucho trabajo que ha sido realizado y distribuido con anterioridad.