Emparentado con una familia ligada al poder económico, político y académico, es nieto del fundador de la Universidad Adolfo Ibáñez, sobrino del creador de lo que sería D&S, la mayor cadena de supermercados, donde trabajó 22 años hasta que su primo Nicolás Ibáñez le pidió la renuncia. Aunque no tiene militancia política por sus venas […]
Emparentado con una familia ligada al poder económico, político y académico, es nieto del fundador de la Universidad Adolfo Ibáñez, sobrino del creador de lo que sería D&S, la mayor cadena de supermercados, donde trabajó 22 años hasta que su primo Nicolás Ibáñez le pidió la renuncia. Aunque no tiene militancia política por sus venas corre sangre de RN.
Todo en familia. Cristóbal Lira Ibáñez estudió en la Escuela de Negocios de Valparaíso que fundó su abuelo Adolfo Ibáñez Boggiano. Hizo su carrera profesional en la cadena de supermercados que creó su tío Manuel Ibáñez Ojeda. Su actual jefe, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, milita en Renovación Nacional, partido del cual otro de sus tíos, el ex senador por Valparaíso, Pedro Ibáñez Ojeda, fue uno de sus fundadores y financistas. Primero se llamó MUN y, más tarde, Renovación Nacional.
El nuevo jefe de la División de Seguridad Pública lleva el poder en la sangre, aunque es un hombre de bajo perfil al que todos coinciden en describir como una persona sencilla y de muy buen trato. «Hace las cosas bien, pero uno no sabe por qué. No es de pontificar; es más bien callado, no tiene los clásicos rasgos del líder, de esos que uno escucha y quiere seguir, pero es muy eficiente», sostiene un miembro de la Universidad Adolfo Ibáñez, sucesora de la Escuela de Negocios de Valparaíso.
Otro de los rasgos que destacan es que trabaja como hormiga. Así fue escalando: primero en Almac, luego en Ekono, hasta llegar a ser gerente general de D&S, la mayor cadena de supermercados del país. Cuando sus primos Nicolás y Felipe Ibáñez le vendieron el 23,4% en US$ 620 millones a Walmart, Lira también participó en la operación. Su tío Manuel -padre de los ex controladores de la cadena- era su padrino y le regaló acciones de Almac, a las que se sumó otras que compró por su cuenta y que vendió a la empresa de retail más grande del mundo.
Exequiel, su hermano mayor, recuerda sus inicios laborales: «Le dijeron no se ponga corbata ni chaqueta por lo menos durante dos años, porque no las va a necesitar. Partió trabajando en la sección de fiambrería, ordenando estanterías, revisando la bodega. Cristóbal puede pasar por la fiambrería y darse cuenta inmediatamente si algo se cobró mal o si alguien se comió un pedazo de jamón».
Durante los 22 años que trabajó en D&S, Lira se ganó un nombre, fue reconocido por sus pares, pero su carrera no tuvo un final feliz. En enero de 2002 Ibáñez lo nombró gerente general y tomó distancia de la empresa. Una decisión que se originó por el reportaje de La Nación Domingo que reveló la querella por violencia intrafamiliar presentada por Carolina Valera, la ex mujer de Nicolás Ibáñez, quien después la retiró.
Lira alcanzó a ocupar el cargo hasta septiembre de 2004 cuando Ibáñez le pidió la renuncia. La estrategia de «Precios Bajos Siempre», que había sido ideada por Ibáñez, pero implementada por Lira, no arrojó los resultados esperados. Las utilidades de la empresa cayeron un 75% e Ibáñez despidió a su primo hermano.
Durante un año no se hablaron, aunque se topaban en la junta directiva de la UAI, en la que Lira ocupaba la presidencia.
Las redes post terremoto
«Es bastante sorpresivo lo que ha pasado con Cristóbal. Nadie pensó que iba a participar en algo público. Él estaba armando sus negocios, dedicado a navegar, a la universidad y terminó sentado en La Moneda», cuenta uno de sus amigos.
Los contactos de Lira con ministros, intendentes, alcaldes y las policías fueron, a la postre, determinantes para su nuevo nombramiento. «Administrar la división de seguridad pública no es fácil. Requiere capacidad de gestionar, de mucha cooperación intersectorial con Justicia, Educación, alcaldes, Carabineros, la PDI», explica Juan Carlos Jobet, jefe de gabinete del ministro Hinzpeter.
El terremoto fue la génesis de este giro abrupto. Su llamado para ofrecer ayuda recolectando fondos coincidió con la necesidad de un recién asumido Sebastián Piñera de repartir alimentos en las zonas afectadas. Era urgente montar un sistema logístico y Lira -buen conocedor del tema porque una pieza fundamental en los supermercados es la distribución-, asumió el programa 4X4 (comida para cuatro personas durante cuatro días).
Cuando hubo que formar un Comité de Emergencia, Hinzpeter -quien había observado su trabajo- le propuso el nombre a Piñera. Y entonces fue nombrado secretario ejecutivo de la nueva instancia que se encargó de repartir carpas, alimentos, construir 80 mil mediaguas junto a un Techo para Chile y reponer el agua potable.
Pese a la magnitud de la obra, que no estuvo exenta de críticas (por las cifras y calidad de las mediaguas del gobierno y las de Un Techo), su labor pasó bastante desapercibida para la opinión pública. David Gallagher escribió en su columna mercurial que escuchó a Lira en una charla en el Centro de Estudios Públicos y lamentó la falta de cobertura: «Lo que contó, con infinita modestia, me pareció impresionante. Que me sorprendiera sobremanera lo atribuí a mi ausencia del país, hasta que vi que todo el mundo estaba sorprendido. Eso que era un público informado».
Los contactos de Lira con ministros, intendentes, alcaldes y las policías fueron, a la postre, determinantes para su nuevo nombramiento. «Administrar la división de seguridad pública no es fácil. Requiere capacidad de gestionar, de mucha cooperación intersectorial con Justicia, Educación, alcaldes, Carabineros, la PDI. Por carácter y personalidad, Cristóbal despierta mucha confianza y tiene buenas relaciones interpersonales», explica Juan Carlos Jobet, jefe de gabinete del ministro Hinzpeter.
Lira sintonizó bien con el ministro del Interior, quien lo mantuvo como asesor en algunas materias pendientes del terremoto y de un proyecto de denuncias anónimas traído de Brasil. «El gobierno, cuando él termina su pega, hace un cosa bien inteligente: lo mantiene adentro pensando que lo iba a colocar en alguna parte», señala un conocido.
No tener militancia política fue clave, ya que con su antecesor, Jorge Nazer, la UDI se enfrascó en una disputa con Hinzpeter por la escasa influencia que tenía Nazer en la agenda de seguridad. Cosa que esta vez Hinzpeter quiso evitar.
El bichito de la política
Su padre, Exequiel Lira fue un reconocido cirujano que llevaba a sus hijos a los hospitales públicos donde operaba. Les tocó ver muchos pacientes graves, otros desahuciados y muchos que morían, recuerda Exequiel hijo. Esa cercanía con el dolor hizo que ninguno de los cinco hermanos de su primer matrimonio con Ismenia Ibáñez estudiara medicina y se inclinaran por la ingeniería comercial.
Exequiel trabaja en la corredora Larraín Vial; Felipe en Córpora con su primo Pedro Ibáñez Santa María, alma Mater de la Adolfo Ibáñez y dueño de los hoteles Explora. Rosita es una conocida galerista, y Margarita trabaja en la oficina de su hermano Cristóbal.
Exequiel bromea con que la rama paterna no puede competir con los Ibáñez «Hay que saltarse hasta la Guerra del Pacífico. Hubo unos soldados Lira Errázuriz que eran parientes nuestros».
Cristóbal Lira fue candidato a la dirección ejecutiva de TVN cuando terminó su trabajo en el comité, lo que ocurrió en julio, pero su falta de conocimiento del negocio televisivo hizo que su nombre no prendiera. Tampoco sabe de seguridad, «pero va a terminar siendo el más experto, porque es muy aplicado», dice una fuente de la UAI.
Lira es un hombre de muy buen pasar. La última y más importante inversión es el 5% que posee en Cruzados SADP, dueña del equipo de la UC, de la cual fue director hasta entrar al gobierno. Fue uno de los aportantes del fondo liderado por Luis Felipe Lehuedé y Carlos Fell, hijos de dos ex gerentes de El Mercurio, a través del cual compró Glasstech, fabricante de productos de vidrio. Lo hizo acompañado de Guillermo Agüero, ex gerente general de Sodimac, y de Luis Concha, ex gerente de finanzas de Sodimac, gran amigo de Lira que murió este año. Vendieron su participación el año pasado, pero los tres ya habían montado Lounge, una marca de accesorios femeninos que cuenta con 35 puntos de venta. En forma independiente Lira entró a la propiedad de Ditec, la concesionaria de Volvo, Jaguar, Land Rover y Porsche, cuyo controlador es la familia De Cárcer. En los negocios fue siempre un socio pasivo.
Ahora Lira ingresó al círculo del poder político. «Cuando entras te empieza a gustar. No me cabe duda que su motivación es distinta a la que tenía cuando se ofreció generosamente a ayudar. Vaya a saber si tiene una motivación ejecutiva o política, pero ya no es un trabajo voluntario», dice un analista.
Mientras un amigo cercano acota: «Todos quisieran ser ministros por el glamour, pero Cristóbal se hizo cargo de la oficina de seguridad. Él tiene un buen currículum, fue gerente de la mayor empresa de supermercados, no sé que otra persona con sus condiciones hubiera aceptado ese puesto».