Según el actual Ministro de Defensa de Chile, el Segundo Comandante de las Fuerzas Internacionales de la ONU en Haití, Ludovico Eduardo Aldunate Herman, «estuvo en la CNI [organismo represor de la dictadura sucesor de la fatídica DINA] haciendo un curso de investigaciones en labores operativas» entre enero y noviembre de 1978. En otros términos, […]
Según el actual Ministro de Defensa de Chile, el Segundo Comandante de las Fuerzas Internacionales de la ONU en Haití, Ludovico Eduardo Aldunate Herman, «estuvo en la CNI [organismo represor de la dictadura sucesor de la fatídica DINA] haciendo un curso de investigaciones en labores operativas» entre enero y noviembre de 1978. En otros términos, Aldunate Herman recibió entrenamiento durante 10 meses en las «labores operativas» que le eran propias y prioritarias a la <>CNI y, por ende, a la dictadura militar en la época: la represión del «enemigo interno», los ciudadanos que rehusábamos someternos al imperio de la bota militar, que nos oponíamos a los secuestros, torturas y asesinatos, los que fuimos perseguidos con la prisión y la tortura, los que fuimos exonerados arbitrariamente de nuestros empleos, los que fuimos <>obligados a buscar el exilio para poder sobrevivir con nuestras familias, los que denunciábamos el terrorismo de Estado implementado precisamente a través de organismos como la DINA y la CNI.
De acuerdo a toda la información recopilada en el Informe Oficial del Gobierno de Chile sobre Verdad y Reconciliación, también conocido como el Informe Rettig, la CNI fue una organización de naturaleza claramente criminal. Esto no está en cuestión. Por tanto, resulta absolutamente inconsecuente por parte del Gobierno de Chile endosar como «impecable» la carrera de un militar como Aldunate Herman que estuvo adscrito a dicha organización haciendo precisamente «un curso de investigaciones en labores operativas» que eran propias a tal organismo. En este contexto corresponde, además, tener en cuenta que el Ejército de Chile tenía en la época, tal como actualmente mantiene, un organismo de formación profesional, la Academia de Guerra, que institucionalmente no actuó como organismo represor hasta donde se ha podido determinar. El hecho que el mencionado «curso de investigaciones en labores operativas» haya sido ofrecido por la CNI y no la Academia de Guerra, es indicativo de que fue un curso en las funciones represivas de la CNI. De lo contrario habría sido ofrecido a través de la Academia de Guerra. Considerando que cursos de esta naturaleza no se ofrecen de manera unipersonal, a estas alturas y dada la relevancia del tema para la mantención y preservación de los DD.HH. en Chile, el Gobierno debería dar a conocer los nombres y rangos de todos los individuos que participaron en dicho curso, como así mismo los nombres de sus instructores y las materias específicas del entrenamiento.
Dados los antecedentes arriba señalados, resulta absolutamente <>inexplicable e injustificable que un individuo como Ludovico Eduardo Aldunate Herman haya llegado a General de la República durante un Gobierno que se proclama democrático y a favor del respeto y protección de los DD.HH. Sin embargo, el hecho es que Aldunate Herman fue ascendido a General el año 2003, cuando era Ministra de Defensa Michelle Bachelet, la actual candidata a «Presidenta de Chile» de la coalición de partidos políticos en el gobierno. Pero como si esto fuera poco, además ostenta nada menos que la Condecoración «Presidente de la República» en el grado de «Gran Oficial». Aunque el curriculum vitae de Aldunate Herman que era público hasta hace poco en el sitio digital del Ejército de Chile no indica el año en que el Presidente de la República le confirió dicha condecoración, aquí hay ciertamente responsabilidades políticas por las cuales el gobierno debe responder. Desde luego, también debe responder la ex Ministra de Defensa Michelle Bachelet por el ascenso al Generalato del año 2003. A menos que, desde luego, sea precisamente por dichas responsabilidades que el gobierno protege y defiende al general de marras. De hecho, no hay gato que por mojado que esté, no trate de tapar sus excrementos.