Corren vientos de lucha en Chile. El letargo en el que hemos estado sumergidos en las últimas dos décadas, comienza a cambiar. La forma velada en que se ha expresado la lucha, se supera de a poco, pero con paso firme. En los últimos dos años, y especialmente, en los últimos meses, hemos sido testigos-protagonistas […]
Corren vientos de lucha en Chile. El letargo en el que hemos estado sumergidos en las últimas dos décadas, comienza a cambiar. La forma velada en que se ha expresado la lucha, se supera de a poco, pero con paso firme.
En los últimos dos años, y especialmente, en los últimos meses, hemos sido testigos-protagonistas de un alza sostenida en las luchas reivindicativas. El basta ya, es tema recurrente de la sociedad chilena y un porcentaje significativo de ésta, lo esta expresando en algunas formas de organización y descontento.
Fue en el extremo sur de nuestro país donde se encendió la chispa. Los primeros días de Enero de 2011, la ciudad de Magallanes, situada en el último rincón de Chile y el mundo, se levantó para decir no al alza del gas natural y exigir una vez más descentralización y autonomía de las regiones que conforman el país. El gobierno planteó un alza del 16, 8 %, en el recurso de esta necesidad totalmente básica, utilizada para apalear las frecuentes temperaturas bajo cero del extremo sur de Chile. Luego de días de paralización, la asamblea de Magallanes consiguió que el aumento fuese de sólo un 3%, que corresponde a la variación del IPC. Este triunfo del pueblo de Magallanes se expresó como un indicador de lo que ocurriría en el transcurso del año.
La lucha por la preservación del medio ambiente se ha incluido en la agenda de todos los luchadores sociales: el año pasado logramos doblarle la mano a la multinacional Suez Energy, prohibiendo la implementación de una central termoeléctrica a carbón en la caleta de Punta de Choro, en la cuarta región. En la misma trinchera, pero en el otro extremo del país, en la región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, las cinco centrales hidroeléctricas del proyecto Hidroaysén no tiene el camino fácil aunque la institución jurídico-ambiental este hecha a la medida de los intereses de las transnacionales. En el mes de mayo, miles de chilenos se movilizaron para impedir la aprobación de este mega proyecto. La oposición de la inmensa mayoría que estamos en contra de las instalaciones de represas que dañan irreparablemente nuestra Patagonia, no descansará hasta lograr que este proyecto duerma en el olvido.
Los trabajadores del sistema público, en este momento están peleando por un reajuste digno, por el incentivo al retiro, pero sobre todo, por estabilidad laboral. En el Chile piñerista, ya son más de diez mil los trabajadores que han perdido su empleo, volviendo la razzia política tan frecuente en tiempos de dictadura.
La nación mapuche, anexada ya hace dos siglos al estado de Chile, esta siendo duramente reprimida en su justa lucha por la recuperación de sus tierras ancestrales. Más de cinco siglos continuos de resistencia configuran a este pueblo como un arquetipo indómito. Sus dirigentes están presos en las cárceles del estado chileno, sus comunidades están cercadas por anillos represivos. Los derechos humanos al parecer no cubren en su extensidad, a nuestros pueblos originarios. Independiente de lo anterior, la nación mapuche no se cansa de luchar.
De la lucha por una Asamblea constituyente, un nuevo sistema político, la re-nacionalización del cobre y reforma tributaria, hablaré mas adelante, siendo todas las anteriores reivindicaciones, no solo compartidas por el movimiento estudiantil, sino que incorporadas a los petitorios generales.
Me detendré unos segundos para contarles sobre las asambleas territoriales, comunales y populares que están floreciendo por todo Chile: En los últimos meses han surgido de forma sostenida estas experiencias embrionarias de poder popular en distintos rincones del país. Más que de forma programada, estos órganos han nacido de manera espontánea frente a la diversas necesidades que nos emplaza el actual contexto de la lucha de clases, dando espacio a la articulación de distintos actores sociales que se encuentran en la lucha, en un mismo espacio geográfico, siendo en su mayoría de carácter comunal. La memoria histórica nos devuelve una y otra vez nuestros espacios de organización. Muchos de nosotros, sin ser protagonistas presenciales por un problema etario, se nos vuelve presente el escenario de la Unidad Popular, consagrado desde abajo, por sus rica experiencia de Poder Popular, como lo fueron los consejos comunales y cordones industriales.
Cuando un pueblo no sólo se plantea exigir al estado sus derechos, sino que comienza a crear sus propias instituciones de poder alternativo, aunque sea de forma embrionaria con la finalidad de ir superando la institucionalidad burguesa, estamos hablando de un pueblo que se propuso por un lado, archivar en lo más recóndito de la historia los vestigios del estado capitalista, y por el otro, llevar adelante un proceso de transformación radical de la sociedad.
Después de realizar una breve pincelada general de algunas luchas que está dando el pueblo chileno, vamos al tema que nos convoca, el que hoy, con su visibilidad y ribetes, rompe las fronteras latinoamericanas y los océanos que nos separan del llamado primer mundo: El movimiento estudiantil chileno.
Antes que todo, el movimiento estudiantil no se puede analizar fuera de un contexto de luchas que se están dando en todo el país. De ahí la necesidad del anterior breve resumen sobre las contiendas populares que hoy se están expresando en el acontecer nacional.
En los últimos meses los estudiantes chilenos, y hoy la sociedad en general, han puesto en el tapete los paradigmas del sistema educacional neoliberal. La palabra educación y sus apellidos reivindicativos «gratuita» «de calidad» y «desmunicipalizada», entre otras, han sido levantadas como banderas de lucha en cada rincón de nuestro largo y angosto país. Los cacerolazos revivieron desde el inconsciente colectivo. Las marchas asumieron un carácter multitudinario jamás visto, superando las cien mil personas sólo en la ciudad de Santiago. La creatividad volvió como forma de lucha y se asume como un rol protagónico en las movilizaciones. Ya no hay miedo para responder con autodefensa a las agresiones y represiones de la policía. El nivel de aprobación de estas demandas superan cualquier porcentaje antes visto en la encuestas. Solo falta gritar con más fuerza «que se vayan todos, que no quede uno solo».
Hay diversos factores que confluyen y gatillan las actuales condiciones favorables de lucha para el actual escenario de movilizaciones a nivel nacional, y principalmente del Movimiento estudiantil chileno, tales como la falta de legitimidad del sistema imperante, el escenario político coyuntural (que se abre con el ascenso de Sebastián Piñera a la primera magistratura del país), una nueva generación de luchadores sociales, la crisis mundial y la indignación de las mayorías y la experiencia acumulada en los últimos 10 años. Si bien estas no son las únicas, a mi parecer, son las más importantes.
Antes de examinar la configuración de las causales que gatillaron el alza del movimiento estudiantil, es necesario aclarar que este responde a un cambio de etapa del actual periodo de estancamiento de las luchas del pueblo.
Chile hace más de dos décadas se sumerge en un periodo de estabilización de la lucha de clases. No hemos cambiado de periodo y es un error gigantesco pensar que nos encontramos en un estado pre-revolucionario, como lo plantean algunos. Sí podemos afirmar que, dentro del actual periodo, se han abierto ventanas que nos indican que vamos avanzando significativamente a un nuevo tipo de sociedad.
Luego de este paréntesis, detengámonos a examinar los factores anteriormente mencionados.
– Factor de carácter estructural: Este es el factor más importante a mi parecer. La falta de legitimidad política del actual modelo político, económico, social y cultural imperante hasta la actualidad en Chile, el famoso y odiado neoliberalismo.
Este sistema dominante, impuesto por la dictadura empresarial-militar de Pinochet, no solo se realizó a las espaldas del pueblo, sino que además bajo las premisa de «sangre y fuego» contra miles de nuestros compatriotas, ¿Cómo puede ser legitimo un sistema impuesto bajo esta premisa?, ¿Cómo puede ser legitimo un sistema que tiene en sus espaldas el asesinato sistemático de miles de hombres y mujeres, que muchos de ellos hasta la actualidad permanecen desaparecidos? No olvidemos también la enorme cifra de compañeras y compañeros que vivieron la prisión política, la tortura y tantas otras prácticas siniestras. ¿Cómo puede ser legítimo un sistema que nos arrebata nuestros recursos naturales, que privatiza y lucra con nuestra salud, educación y vivienda en pro de intereses extranjeros.
En la última década del siglo XX, la otrora enemiga de la dictadura militar, La Concertación de Partidos por la Democracia, conglomerado de centro izquierda, que aglutina hasta el momento al Partido Socialistas (PS), Partido por la democracia (PPD), Partido Radical Social Demócrata (PRSD) y la Democracia Cristiana (DC), asumen la tarea de llevar adelante la transición a la «democracia», con el lema «Chile: La alegría ya viene».
La Concertación, a través de una salida pactada con los militares, a la dictadura mas sangrienta que ha conocido Chile, asume la tarea de llevar adelante el proceso de profundización del sistema neoliberal, privatizando en los gobiernos de Alwin, Frei, Lagos y Bachelet, lo poco que dejó libre la dictadura de Pinochet. La otra tarea, que asumió durante dos décadas la concertación, fue legitimar el sistema neoliberal avalando:
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Desde lo político, el sistema binominal, el cual excluye a cualquier fuerza política que no este en la Concertación o en la Coalición por el Cambio (la derecha tradicional).
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Desde lo económico, mostrándose como el jaguar de Latinoamérica, manteniendo un crecimiento económico sostenido, que ya comprobamos, no disminuye en un ápice la brecha de la distribución de los ingresos.
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Desde lo represivo, fortaleciendo el legado dictatorial, legalizando el histórico sistema de coaptación del movimiento popular, a través del exterminio de cualquier expresión de rebeldía en los años 90, apresando, torturando, desterrando a todos los grupos que se negaron a legitimar la «democracia pactada» y criminalizando la protesta social.
La tarea de imponer el modelo neoliberal, es responsabilidad de la dictadura militar, pero su profundización y legitimación, es de los partidos de la concertación.
¿Cómo no iba a entrar en crisis la legitimidad del sistema? ¿Alguien pensó que esto no iba a estallar?
Factor Político Coyuntural: Por otro lado «mientras tanto abajo se baila, arriba se mueve y se teme». Se le acabaron las vacaciones a la derecha chilena. Después que Piñera derrota en la urnas al candidato de la concertación, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el primer año de su mandato estuvo marcado por dos hechos que tuvieron copada la agenda nacional: El terremoto del 27 de febrero del 2010, y la tragedia de los 33 mineros, convertida en un show mediático, donde su director y protagonista fue el mismísimo presidente de Chile. Estos hechos vienen a producir un año menos tenso de lo pronosticado, lo que favoreció enormemente al recién asumido primer mandatario… Pero nada dura para siempre. Cuando existe un presidente que figura dentro del ranking de los millonarios más importantes del país (que generó su fortuna en base a la especulación financiera), que no teme declararse abiertamente de derecha (hay muchos concertacionistas de derecha que se camuflan en el centro), y que representa en sí mismo a la injusticia social, no se puede esperar un pueblo calmo por mucho tiempo.
Frente a lo anterior, está comprobado que es más fácil detectar a los enemigos del pueblo cuando una sola persona tiene el rol de empresariado multinacional (explota por fortuna) y es el representante máximo de la clase política (resguarda para explotar).
Mientras, En la otra vereda de la clase política dominante, la Concertación como bloque no ha encontrado su brújula, y en el año del bicentenario (2010) se caracterizó porque sus principales dirigentes la trataron de dar por muerta a lo menos una veintena de veces. En este año de lucha no le ha quedado otra que sumarse al movimiento social, el que estoy seguro, no tolera mimetizarse, con los responsables políticos del desastre neoliberal de los últimos 20 años.
En los últimos años la concertación ha tenido una constante migración de caudillos y militantes, quienes también son responsables de lo ocurrido en el país. Estos grupos están dando un giro a la izquierda, pero tienen mucho que demostrar aún, principalmente, que no nacen para ser meros satélites concertacionistas.
Factor Generacional: Una nueva generación de luchadores sociales se ha presentado en la escena nacional. Estos jóvenes tienen características distintas a los de antaño. En el caso del movimiento estudiantil, nos referimos a personas entre 14 y 26 años. Los más, nacieron en «democracia» y los menos, no deben tener recuerdo alguno del régimen militar. De las diferencias con generaciones anteriores, este elemento es importante desde el análisis como factor frente a las secuelas de la dictadura. Gran parte de los militantes que lucharon en esos tiempos por un Chile mejor, sufrieron las terribles prácticas de la dictadura gorila de Pinochet. Las vejaciones de la tiranía no solo buscaban información sobre las organizaciones populares, sino que también crear un ambiente sostenido de terror, que generara un miedo al organizarse. Este miedo a organizarse no lo tienen los jóvenes actuales, al contrario, su extrema rebeldía se acentúa con cada generación que va apareciendo. La frase de Salvador Allende toma nuevamente su lugar histórico, «ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica».
Factor Internacional: El fantasma de la indignación esta recorriendo todo el mundo. Para entender lo que ocurre en Chile, no nos podemos ver como una isla sin relación con el mundo exterior.
El capitalismo esta en crisis, y desde la otra vereda, las luchas comienzan a asomarse. Los indignados han copado las plazas y parques en el primer mundo. Los estudiantes de Colombia y Puerto Rico, están en la misma situación que los chilenos. El pueblo griego lucha contra los planes de austeridad. Los indígenas en Latinoamérica, están luchando más que nunca por sus derechos ancestrales, y la primavera árabe, recién comienza y ninguna invasión imperialista la detendrá, entre otros procesos.
Este factor no es menos importante. El capitalismo ataca en cada rincón del mundo, por que lo que hoy se nos vuelve un imperativo moral internacionalizar la lucha. Debemos solidarizar con cada uno de los combates que estén dando nuestros pueblos. Hoy no tenemos tiempo para tener miedo. Debemos prepararnos, luchar y triunfar por otro mundo.
Factor Experiencia: El movimiento estudiantil chileno, cuenta con décadas de experiencias de lucha. La aparición de los estudiantes secundarios, como sujetos políticos de cambio, los han vuelto protagonistas también del acontecer nacional. En el año 2001 los estudiantes secundarios, despertaron para siempre. El mochilazo, nombre que se designó a las movilizaciones secundarias de ese año, en la lucha por la rebaja del pase escolar y la tarifa de la locomoción colectiva. Desde ese momento, todos los marzos de cada año, los estudiantes secundarios salen a la calle a luchar por sus derechos.
El 2006, también es un año trascendental. La Revolución Pingüina, se ganó la atención de toda la sociedad. Las reivindicaciones ya comenzaban a ser de corte estructural. La todavía falta de experiencia, le pasó la cuenta a los estudiantes del año 2006, quienes bajaron las movilizaciones creyendo en las falsas promesas del gobierno de Bachelet.
Lo ocurrido en el año 2006, aún permanece fresco en la conciencia de cada estudiante movilizado. Cada vez que el gobierno propone acuerdos de futuro, con el objeto de cercenar las movilizaciones, el estudiantado ha dicho que no.
La experiencia aparece como un factor fundamental de este movimiento y nos deja como enseñanza que la mejor forma de aprendizaje popular, es la lucha misma, con sus triunfos y derrotas.
Con la combinación de estos factores, se ha abierto un proceso rico en experiencia de lucha, para nuevas generaciones de combatientes populares, los que han madurado políticamente en este año, tal vez más de lo que han aprendido en toda su vida.
Ahora pasemos a analizar de forma somera, las principales características del movimiento estudiantil.
Este movimiento hereda una extensa tradición de lucha del movimiento popular chileno, pero pinta características nuevas, asumiendo una tonalidad específica. El movimiento estudiantil chileno en este 2011 se caracteriza por una desbordante masividad, por una interesante creatividad, por su permanencia en el tiempo, por su autonomía de la política clásica, por su transversalidad en la demanda. Pasemos a analizar estas características:
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La creatividad: Se ha manifestado con la necesidad de poder visibilizar el movimiento, alejándose de acción radicales, que generan desmedro muchas veces, de otras características, como la masividad y transversalidad de este. Algunos ejemplos del sello creativo de este proceso, fueron el suicidio masivo por la educación, el FUA por la educación, la besatón por la educación, y las 1.800 horas de corrida por la educación alrededor de la casa de gobierno por nombrar algunas de las más connotadas. La creatividad del moviendo, le ha entregado un capital importante a la cuenta de apoyo nacional e internacional de éste.
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La masividad: nunca antes en la historia de Chile, se había visto tanta gente en las calles. La idea no es hacer una radiografía de las marchas, sólo afirmar que durante meses, las convocatorias a marchas han superado en el país los centenares de miles de personas.
La masividad también se ha expresado en que la mayor parte de las universidades del consejo de rectores, han permanecido en paro y toma. La situación en los liceos y colegios es muy parecida.
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Temporalidad: Este movimiento partió en el mes de abril de 2011, y hasta la fecha se mantiene en pie, con la llagas típicas de la rutinización, pero moralmente convencidos de que Chile va a cambiar.
Independiente de que la universidades y liceos sigan o no en toma, este no es factor desequilibrante para plantear la continuidad del movimiento estudiantil. El movimiento estudiantil chileno, ya dejo marcado su camino y no existe ninguna duda de que el año venidero será nuevamente de lucha, recargado con nuevas tácticas.
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Autonomía: Esta característica es fundamental. La independencia del movimiento estudiantil frente a los partidos políticos, es producto de un largo camino de democratización de este. En el presente año, otra característica del movimiento, la masividad, ha configurado una base participativa, que no tolera las maquinas partidistas. El mejor ejemplo de esto, es cómo el Partido Comunista ha tratado varias veces de bajar las movilizaciones y los propios estudiantes han cuestionado su forma de actuar y los han llamado a respetar el mandato popular. Esto a la larga, le pasará la cuenta a los que traten de partidizar a este movimiento.
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Transversalidad: Todos y todas están con las demandas de los estudiantes. Cómo no estarlo, se preguntaran, si en Chile el costo de la educación pagadera mensualmente, es mucho más cara que el sueldo mínimo. Cómo no estarlo, si la usura ya no tiene nombre y la calidad de las educación esta muy por debajo de los estándares internacionales.
Todas las encuestas burguesas le dan al movimiento estudiantil y sus demandas un apoyo superior al 80 %. Existe un apoyo transversal de la sociedad chilena a los estudiantes, por que también se entiende, que la educación en Chile, es un problema estructural y general, que repercute en la mayoría de las aristas de la vida colectiva.
Para finalizar, comentaré las principales banderas de lucha que hoy se están impulsando y que se expresan en el pliego de exigencias del Movimiento Estudiantil:
El petitorio transversal-estudiantil per se, ya es uno de los grandes triunfos de este movimiento. La capacidad de poder insertarse en el inconciente colectivo, que a la vez es concientización que nos entrega solo la lucha, es pilar fundamental en el engranaje, del complejo sistema de emancipación, que utiliza como gasolina, la experiencia -que no es mas que es acumulación de fuerzas- para enfrentarnos a los pleitos futuros.
La educación gratuita, hoy es una reivindicación general. Hace un año atrás, el único sector que impulsaba esta bandera, era la izquierda revolucionaria. El resto de la izquierda se conformaba con el arancel diferenciado, lo que tuvo que cambiar principalmente por la exigencia del movimiento social. Para ser justos, esta reivindicación se integra a lo medular del petitorio, por una parte, por una exigencia histórica de la izquierda revolucionaria, y por la otra, porque los cientos de miles de estudiantes, sobrepasaron con esta demanda, los petitorios tradicionales del movimiento estudiantil.
La calidad de la educación pública y privada en Chile es bastante mala. Cuando la educación se vuelve un negocio, la calidad pierde importancia. Esta reivindicación es importante, ya que las mejoras del sistema educativo chileno, no solo deben pasar por un mejor acceso a él, sino también, por mejorar los contenidos y las metodologías, para generar una educación mas integral.
En la educación superior universitaria, según la ley, el lucro no esta permitido, pero en realidad, los consorcios educativos internacionales, tienen copado de ofertas con muy mala calidad de universidades privadas. La lucha es por que nunca mas se lucre con la educación.
La desmunicipalización es otra de las reivindicaciones planteadas. Esta afecta a los estudiantes de enseñanza media. La lucha es por que el estado se haga cargo de los liceos, y de forma igualitaria, apoye el desarrollo de cada uno de ellos.
Los contenidos del petitorio, siendo la educación, una problemática estructural, perteneciente como ya lo vimos, a un sistema ajeno a legitimidad de las grandes mayorías, no podía-puede asumirse desde un trinchera gremial, por lo tanto, su reivindicación asume la profundidad de la injusticia nacional, en diferentes ámbitos.
Esto se expresa en que el movimiento impulsa e integra dentro de su petitorio, demandas generales, como una nueva Constitución para Chile, recuperar el cobre para los chilenos y una reforma tributaria que pueda costear los planes sociales.
Analicemos estas demandas:
Asamblea Constituyente: Se adhirió al petitorio estudiantil, la demanda de una nueva constitución, de carácter originaria, con preponderancia de la participación popular-ciudadana. El grito de asamblea constituyente, se siente en cada rincón de Chile, y a mi parecer, para bien o para mal, es inevitable en los próximos años. Quiero aclarar el para bien o para mal: Para bien, porque Chile requiere una nueva constitución, con nuevo sistema político. Para mal, porque los mismos de siempre, la pueden utilizar, como es de costumbre, como nuevo instrumento de legitimación del modelo, como ya lo hizo la concertación, haciéndole modificaciones y poniéndole la firma en el año 2005 a la constitución de Pinochet.
Reforma tributaria: Chile tiene uno de los impuestos a las empresas más bajos del mundo. Es el paraíso para el empresariado nacional y multinacional. Los estudiantes, no solo plantearon problemáticas este año, sino también soluciones. Con una verdadera reforma tributaria, donde los ricos paguen más, es posible tener una educación 100% gratuita. Algunos se preguntan por qué los ricos deben estudiar gratis. Con una reforma tributaria, los ricos no pagarán aranceles, pero con lo que pagarán en impuestos, no solo cancelarán la educación de sus hijos, sino la de todo el pueblo.
Re-nacionalización del Cobre: En el año 1971, el presidente Salvador Allende le devolvió el cobre al pueblo chileno, pero con la llegada de la dictadura empresarial de Pinochet, el sueldo de Chile, se fue nuevamente a manos del capital transnacional. Hoy, la recuperación de nuestro principal recurso de las manos extranjeras, se vuelve fundamental para llevar adelante un proceso de transformación social, que tenga hincapié, en mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo.
Algunas conclusiones:
La patria de Recabarren y Allende ya cambió y no retrocederá en esta ocasión. Este cambio se sitúa en el contexto de un Chile movilizado, que en estos últimos meses, nos ha demostrado que la conciencia no se borra, solo se esconde en un rincón de nuestras cabezas, como bombas de tiempo, que se activan con sobredosis de injusticias.
El fenecimiento de más de dos décadas de letargo popular, comienza dar a luz una nueva etapa en la lucha por la construcción de un Chile igualitario, libre, democrático y popular.
Corren vientos primaverales de lucha en Chile, que sólo serán cortados por el intenso y transformador sol de emancipación que cubre por estos tiempos nuestra patria grande, nuestra América morena, nuestra Latinoamérica indómita. Gracias por la invitación camaradas.
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Texto presentado en Sao Paulo, Brasil para el Seminario Internacional del P-SOL (diciembre de 2011): http://psol50.org.br .
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.