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Lenin y las izquierdas hoy

Fuentes: Público

En los últimos tiempos, varias iniciativas políticas de entendimiento/desacuerdo, alianza/ruptura entre diversos partidos de izquierda en varios países de Europa y de América Latina han llamado la atención de los analistas. En este caso, me concentraré en el caso portugués y en las difíciles relaciones entre los tres partidos de izquierda con escaño en el Parlamento: el Partido Socialista (PS), el Partido Comunista Portugués (PCP) y el Bloco de Esquerda [Bloque de Izquierda] (BE).PUBLICIDAD

Entre 2016 y 2020 estos tres partidos se articularon a través de un documento escrito con el objetivo de hacer viable un gobierno liderado por el PS, el partido de izquierda más grande, aunque minoritario en el conjunto político portugués. Esta experiencia fue exitosa y me llevó a escribir el pequeño libro Izquierdas del mundo, ¡uníos! (Icaria, 2018), donde, además de la experiencia portuguesa, analicé las experiencias de España, Brasil, Colombia y México. En lo que concierne al caso portugués, en noviembre de este año, tras el debate y la votación del Presupuesto de Estado (OE, por sus siglas en portugués) para 2021, se consumó el fin del entendimiento entre los partidos de izquierda. El Gobierno minoritario del PS logró que se aprobara el presupuesto con la abstención del PCP, pero el BE votó en contra, poniendo formalmente fin al entendimiento con el PS.

Durante este periodo, leí de nuevo una de las obras de Lenin, La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismoescrita hace exactamente cien años. Mi objetivo era tratar de aclarar el comportamiento de los partidos. El libro de Lenin es una obra de 1920 que refleja tiempos muy diferentes a los nuestros y formas de lucha por una sociedad más justa en las que hoy no nos vemos. A pesar de ello, adquiere una actualidad flagrante cuando observamos el comportamiento de los partidos de izquierda en la época más reciente. Lenin escribió el texto en vísperas del II Congreso de la Internacional Comunista con el objetivo de llamar la atención sobre lo que llamó «desviaciones izquierdistas» por parte de los partidos revolucionarios occidentales. Estas desviaciones consistieron en el rechazo de tales partidos a participar en las luchas sindicales y los Parlamentos, por considerarlas formas de acción política obsoletas y atrasadas, y en el rechazo de compromisos con partidos socialistas o burgueses porque veían esto como una traición a los objetivos revolucionarios de la clase obrera.

Como es fácil de ver, nada de esto está en tal forma en la agenda política de nuestros días. Sin embargo, el texto de Lenin puede sernos muy útil para entender las negociaciones y compromisos que tuvieron o no tuvieron lugar durante las recientes discusiones del presupuesto para 2021 en Portugal y para evaluar las consecuencias que se puedan derivar. En dicho texto impresiona el profundo conocimiento de las dinámicas sociales, la gran lucidez sobre prioridades y procesos, el enorme pragmatismo con el que se debe hacer avanzar las luchas (teniendo en cuenta que tendrán avances y retrocesos) y cómo se deben evaluar los errores a los que todas las organizaciones políticas están sometidas.

Una lectura atenta del texto muestra, tal vez sin sorpresa, que el PCP sigue con mucho cuidado las advertencias y los análisis de Lenin, mientras que el BE las ignora o rechaza a la ligera. Si le damos a Lenin el beneficio de estar en lo cierto, los dos partidos tendrán trayectorias muy diferentes en un futuro próximo. Para la mayoría de los ciudadanos, que no pertenecen a ninguno de estos partidos, lo importante es saber cuáles serán las consecuencias para el país en su conjunto.

Compromisos y compromisos. Usando la metáfora del asalto, Lenin distingue «al hombre que entregó a los bandidos su bolsa y sus armas, con el fin de disminuir el mal causado por ellos y facilitar su captura y ejecución, del hombre que da a los bandidos su bolsa y sus armas para participar en el reparto del botín». Es decir, Lenin distingue entre compromisos que evitan un mal menor (que recomienda siempre que sea necesario) y compromisos que implican rendición (que condena en todas las situaciones). Todo indica que la decisión del PCP de hacer viable el presupuesto se orientó por la idea del primer tipo de compromiso, mientras que la posición contraria del BE, por la del segundo tipo. En el análisis que sigue procuro demostrar que el PCP tomó la mejor decisión, tanto para el partido como para el país.

El deseo y la realidad. Lenin dice: «Las ‘izquierdas’ de Alemania tomaron su deseo, su actitud político-ideológica, por la realidad»; y añade pedagógicamente: «Tienes la obligación de acompañar con sensatez el estado real de la conciencia… precisamente de toda la masa trabajadora (y no solo de sus elementos más avanzados)». Las encuestas de opinión en Portugal siempre han dicho que los votantes del BE (como ciertamente los votantes del PCP) querían que el BE fuera parte de la solución y no de la crisis. La desaprobación del presupuesto significaría una crisis política que se sumaría a la crisis sanitaria y la crisis social provocadas por la pandemia. La dirección del BE decidió en sentido contrario, y se aisló. Por otro lado, con poco conocimiento sociológico, llegó a pensar que era útil una oposición de izquierda al gobierno socialista, dado que, según el BE, el presupuesto «no sirve a los intereses del país». Se olvidó de que fue por pensar en la oposición de izquierda que comenzaron las protestas en Brasil en 2013 contra el gobierno del PT. Sin embargo, el análisis del big data de las redes sociales reveló que en los días siguientes la derecha y la extrema derecha se habían apropiado del mensaje y las protestas. Y las consecuencias son conocidas. La confusión del deseo con la realidad nos lleva a pasar por alto el contexto de ascenso del conservadurismo y del reaccionarismo en el que nos encontramos.

Alianzas y oposición. Dice Lenin: «Hay que aprovechar cualquier posibilidad, incluso la más pequeña, para conseguir un aliado de masas, aunque sea temporal, inestable, inseguro y condicional…; con los mencheviques estuvimos formalmente varios años sin interrumpir jamás la lucha ideológica». Al contrario de lo que dicen los comentaristas, la alianza entre los partidos de izquierda (la «geringonça», como quedó conocida) fue para modelar este aspecto de promover acuerdos pragmáticos y efectivos, precisamente porque son limitados. El PCP, una vez más, lee mejor la situación que el BE y, por tanto, a diferencia de éste, puede ser simultáneamente opositor e imprescindible.

Cometer errores, perseverar en el error. Lenin dice: «De un pequeño error se puede siempre hacer un error monstruosamente grande, si se insiste en el error, si está profundamente arraigado, si se lo «lleva hasta el final'». Y, más adelante, subraya que «reconocer abiertamente el error, poner al descubierto sus causas, analizar la situación que lo generó y discutir detenidamente los medios para subsanarlo, ese es el indicio de un partido serio, el cumplimiento de sus obligaciones». Lo que está en juego es la profundización de la crisis política que tanto quieren las fuerzas políticas de derecha porque saben que se beneficiarán de ella. Y quieren la crisis con más ganas porque saben que lo que realmente cuenta no es el presupuesto de 2021, sino los dineros europeos en el ámbito del Plan de Recuperación y Resiliencia (2021-2026). Si logran sus metas, serán ellas, una vez más, como en la época de Cavaco Silva, las que administren los dineros de la abundancia, el despilfarro y la corrupción. En definitiva, la gestión del retraso al que el país será condenado por segunda vez.

A la luz de lo que está en juego, el PCP no se ha equivocado ahora, pero puede que lo haga en el futuro. Puede, por ejemplo, cambiar un mal menor (quizás las elecciones municipales que se realizarán en 2021) por un mal mayor (elecciones generales anticipadas). Si esto sucede, habrá malinterpretado las posibles consecuencias del crecimiento de la ideología anticomunista. Esta ideología no se limita a los partidos de derecha y está muy presente en toda la opinión publicada en los medios. Por eso, aunque el peso electoral del PCP fluctúa como el de cualquier otro partido, los comentaristas no se cansan de hablar del «inexorable declive» del partido, y hablan de su fatal envejecimiento a pesar de que la militancia se ha venido rejuveneciendo. A su vez, el error del BE, si no fue pequeño, aún puede volverse «monstruosamente grande» (la victoria de la derecha en elecciones anticipadas) si persevera en el error. Si ello sucede, pagará un precio alto, especialmente considerando que su electorado es oscilante. Muchos se preguntarán: si el partido no sirvió para ayudar a afrontar una crisis de salud muy grave y, además, contribuyó a que cayéramos en manos de una derecha revanchista, ¿por qué votar por él? La candidata del BE en las elecciones presidenciales a realizarse en enero de 2021, Marisa Matias, puede convertirse en cordero de sacrificio. De modo inmerecido, dado su notable talento político y su larga experiencia de participación, de negociación y de compromiso en el Parlamento Europeo.

Fiel a su principio de hacer análisis concretos de situaciones concretas, Lenin estaba preocupado en su texto principalmente ante el avance imperialista y las consecuencias del fracaso de la revolución alemana. Hubo avances importantes en el movimiento revolucionario internacional, pero el contexto aconsejaba con prudencia que no debían existir retrocesos que los pusieran en peligro. Hoy el contexto internacional es muy diferente, pero igualmente hostil a las fuerzas progresistas que luchan por más justicia social, por la profundización de la democracia y por el fortalecimiento de las políticas sociales del Estado. Es un contexto en el que aumentan la desigualdad social, el racismo y el sexismo, prosperan las ideologías y los partidos conservadores y avanzan las fuerzas políticas reaccionarias de extrema derecha. Las organizaciones políticas de izquierda que mejor analicen el contexto y saquen las conclusiones adecuadas serán las que mejor servirán a la democracia.

Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez.

Fuente original: https://blogs.publico.es/espejos-extranos/2020/12/03/lenin-y-las-izquierdas-hoy/