Reciban todas y todos un fraternal saludo, junto con nuestro deseo de que en esta hora de final de la guerra preserven la vida y esfuerzos, para la construcción colectiva, junto con la nación entera, de días mejores para Colombia y sus gentes. Nos dirigimos a Ustedes, en nuestra condición de ciudadanos del común, pero […]
Reciban todas y todos un fraternal saludo, junto con nuestro deseo de que en esta hora de final de la guerra preserven la vida y esfuerzos, para la construcción colectiva, junto con la nación entera, de días mejores para Colombia y sus gentes.
Nos dirigimos a Ustedes, en nuestra condición de ciudadanos del común, pero también en la de exmilitantes del ELN, organización revolucionaria en la que luchamos y compartimos sueños, esfuerzos, sacrificios y dolores, y por la que seguimos teniendo grandes afectos, a pesar de que el tiempo y la opción por caminos de lucha distintos nos hayan separado.
Nos dirigimos a Ustedes para compartir algunas reflexiones, con el propósito de contribuir en la búsqueda del camino que conduzcan a Colombia entera, a poner punto final a la guerra que ha llenado de sangre, dolor, desgarraduras sociales y atraso al conjunto de la sociedad; y a que todas y todos, sin exclusiones ni excepciones, construyamos amplias avenidas por las que la sociedad transite en la búsqueda de la reconciliación y por las que acudamos al trabajo colectivo de la justicia, la equidad y una paz sostenible y duradera.
La sociedad, tras décadas de violencia, de diferentes maneras ha hecho sentir su hastío de la guerra y hoy se expresa mayoritariamente a favor de la salida dialogada del conflicto armado interno y al trámite de los demás componentes del conflicto integral, como son el conflicto económico, político y social; a través de la palabra y la acción política sin armas, en un contexto de posconflicto armado, que se caracterice por el ejercicio de la acción política en el marco de una nueva legalidad, plena de garantías, para profundizar la democracia y hacer del Estado un real Estado social y de derecho.
Los diálogos de La Habana, han alcanzado niveles de irreversibilidad, que elevan los niveles de optimismo en los colombianos, porque configuran una salida posible de la guerra y una hoja de ruta hacia la paz, en el marco de una oportunidad histórica, que siéndolo para las partes lo es más para el país.
La Comunidad Internacional y de manera particular los países fronterizos y de la región, agrupados en la UNASUR, la CELAC, la ALBA-TCP, pero también las grandes potencias del mundo y organismos multilaterales como la ONU, la OEA, la UE, han expresado sus apoyos irrestrictos, a los esfuerzos que hoy hacemos los colombianos en poner punto final a la guerra y que seguiremos haciendo para sostenerla y cuidarla, como un bien común.
La paz del país solo es posible concebirla como una paz que se pacta y construye con todas las partes del conflicto armado, en un contexto de paz única y nacional, en la que el Gobierno Nacional y el ELN deberán hacer sus mayores y mejores esfuerzos, para crear el escenario de una paz con todos, para que haya un cierre definitivo del conflicto armado y para que la implementación de los acuerdos, reconciliación y la construcción de la justicia social, se realice en todo el territorio nacional e involucre a la nación entera.
Las dificultades evidenciadas para la conclusión de la fase exploratoria, no pueden ser nada más que un mal momento en el complejo trabajo de lograr entendimientos; porque no es importante quien salga ganando de una desavenencia pasajera, cuando está de por medio el futuro del país. Por ello les pedimos a Ustedes y al Gobierno Nacional, ponderar el momento, no involucrarse en una guerra de papel, superar el intercambio de dires y diretes, que por lo general no sirven para aclarar la situación, volver al trabajo secreto de encontrarse, para tratar las diferencias y concluir la fase de exploración satisfactoriamente, de una vez por todas, que es lo que toda Colombia desea y espera.
Con sentimiento de hermanos nos despedimos y les decimos que aquí afuera estamos esperándolos, para continuar juntos la lucha por las transformaciones que el país necesita, y por las que hace más de 50 años luchara Camilo y diera su vida.
¡Ni un paso atrás, por la paz la vida misma!
Colombia, 02 de febrero de 2016
Carlos Arturo Velandia
Gerardo Bazante
Harvey Hernández
Medardo Correa
Román
Juan de Dios Silva
Gulliver
Jorge «el flaco» – Valle del cauca
Orlando Agudelo
Pablo o Elías
Marco Fajardo
Francisco Galán
Vladimir Zabala
Luis Eduardo Celis
Carlos Olarte – Marcha Patriótica
Mónica Lara (En memoria de Ricardo Lara Parada)
Alonso Ojeda Awad
Jorge Clavijo
José Aristizabal