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El dirigente campesino de Chaparral (Tolima) llevaba dos años preso por un montaje judicial

Liberado José Norbey Lugo Caballero

Fuentes: Rebelión

Finalmente ha salido a la calle José Norbey Lugo Caballero, dirigente campesino del corregimiento de La Marina (Chaparral), afiliado a la Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima (ASTRACATOL). Salió libre cinco días después de que el Juez Primero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Chaparral, Tolima, le otorgara la libertad. Una destacada […]

Finalmente ha salido a la calle José Norbey Lugo Caballero, dirigente campesino del corregimiento de La Marina (Chaparral), afiliado a la Asociación de Trabajadores Campesinos del Tolima (ASTRACATOL). Salió libre cinco días después de que el Juez Primero Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de Chaparral, Tolima, le otorgara la libertad. Una destacada participación en este proceso lo tuvo el abogado William Acosta de la Fundación Lazos de Dignidad, organización de derechos humanos que en todo momento ha acompañado a los campesinos afiliados a esta organización sindical perseguidos por su actividad en defensa de los derechos de los pobres del campo. También jugaron un rol quienes desde la solidaridad, tanto local como internacional, acompañaron a José Norbey y su familia en este calvario que duró más de dos años.

Poco después de que fuera arrestado el día 13 de Febrero del 2012, fue vinculado al proceso de otros siete dirigentes comunales y campesinos de ASTRACATOL del sur del Tolima, casi todos de La Marina, entre los que se encontraba su hermano Edwin Lugo Caballero [1] . En este proceso, se reveló el entramado existente entre el Batallón Caicedo del Ejército y autoridades judiciales, como la Fiscal María Isabel Núñez Villalba, quienes han recurrido a un verdadero cartel de testigos, del que sacan acusaciones espurias tal cual los magos sacan conejos de su sombrero. El montaje judicial ha sido tan burdo que algunos de los falsos exguerrilleros que denunciaban a los presos ni siquiera estaban registrados en el programa de desmovilizados [2] .

Pese a que le montaje judicial por el que lo tenían preso había caído definitivamente el 12 de Julio, José Norbey fue el único de ese proceso que no fue liberado [3] . ¿La razón? Pues que bajo presión y tratos degradantes, solo, sin asesoría jurídica, se había declarado culpable del delito de rebelión. «Cuando me capturaron los del ejército de la móvil 20, ellos me dijeron que si no aceptaba el cargo de rebelión ellos sabían dónde estaba mi familia. Por eso fue que yo acepté, eso se lo dije al juez acá de Chaparral cuando me retracté, porque yo acepté bajo amenazas, y si le amenazan a uno la familia entonces es algo muy difícil, ¿usted me entiende?«.

Esta injusticia debió haberse corregido en el mes de Septiembre, pero las audiencias se fueron postergando, prolongando el sufrimiento de José Norbey [4] . Como explica el abogado William Acosta, «hubo dilaciones injustificadas en las audiencias, el proceso se había alargado bastante. Entonces, a principios de enero, presenté la solicitud por escrito al Juzgado porque había vencimiento de términos. La fiscalía no pudo mantener la acusación y se logró la libertad. El proceso continúa, ahorita viene la audiencia preparatoria el 25 de marzo y luego la audiencia de juicio oral y estamos convencidos que llegaremos a buen término, porque no hay evidencia sólida para sostener este proceso «. Aún la liberación de José Norbey se dilató injustificadamente: las autoridades esperaron hasta el último momento para soltarlo, cinco días después, a las 10 de la noche.

En todo este tiempo que pasó tras las rejas, este campesino que no ha tenido más que sus manos para ganarse la vida, perdió todo lo que había conseguido en su vida. «No pues, esto la verdad es muy duro, porque uno perdido ahí con todo lo que uno tenía en la finca cultivado y todo se perdió, hemos quedado como se dice en la mera calle. Uno que lo cojan injustamente sin tenerle pruebas, sin uno hacer nada, entonces es bien duro«.

Las condiciones en Picaleña son fiel reflejo del estado del sistema carcelario colombiano, que puede ser considerado una forma de tortura permanente, física y moral, en contra de los reclusos: hay escasez de agua corriente y un hacinamiento infernal, no hay materiales de higiene básicos, se les niegan muchas veces medicamentos y el maltrato es permanente. Por estas condiciones bestiales, es que ocurren hechos como los que sufrió José Norbey apenas un día antes de declararse su liberación, cuando le robaron una de las pocas pertenencias que aún tenía: «La semana pasada nos dejaron sin qué ponernos, a mí me robaron toda mi ropa, me dejaron apenas con lo puesto«. Literalmente, el injusto encierro ha dejado a José Norbey literalmente en la mera calle, como él mismo dice.

Pero nada le quita la alegría de disfrutar nuevamente de su libertad «es un re encuentro muy grande. Gracias a Dios y a ustedes que yo he salido a re encontrarme con mi familia, gracias a su trabajo se destapó lo que está pasando en el sur del Tolima. La verdad es que no tengo palabras para agradecerles a todos los que nos apoyaron«. Tampoco nada de esto ha logrado doblegar ni el espíritu ni la conciencia de José Norbey. Cuando le preguntamos si va a retomar su labor en ASTRACATOL, su respuesta es inequívoca: «Si señor, claro, hay que seguir trabajando, hay que seguir luchando… esto es una lucha que toca seguir porque no es simplemente nosotros los que estamos con tantas dificultades, es mucha gente acá en el sur del Tolima que le está pasando lo mismo que a nosotros«.

Ahora José Norbey está libre una vez más, libre para seguir luchando, organizando y amando. Y seguiremos firmes exigiendo la liberación de los otros presos políticos en La Marina (Yeison Orlando Castañeda Rojas, Wilmer Javier Pérez Parra, Isidro Alape Reyes, Bilman Useche Pava, Enzo Fabían Díaz) y de los ocho presos de ASTRACATOL en Dolores, todos presos en montajes judiciales con falsos testigos a sueldo de la red de informantes.

 

NOTAS:

[1] Sobre los presos de La Marina, se puede revisar los siguientes artículos http://anarkismo.net/article/24716 ; http://anarkismo.net/article/25438 ; http://anarkismo.net/article/25694

[2] Sobre los falsos desmovilizados, consultar http://anarkismo.net/article/25345

[3] Sobre la liberación de los presos, consultar http://anarkismo.net/article/25903 ; http://anarkismo.net/article/25916 ; http://anarkismo.net/article/25923

[4] Revisar http://anarkismo.net/article/26397

(*) José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda, donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile), así como del sitio web internacional www.anarkismo.net.  Autor de «Problemas e Possibilidades do Anarquismo» (en portugués, Faisca ed., 2011) y coordinador del libro «Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América
Latina
» (Quimantú ed. 2010). 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.