Estamos a punto de inaugurar la librería Contrabandos en Lavapiés, en la Calle Amparo 76 (en la esquina con la Calle Provisiones). Aunque todavía estamos en el proceso de construcción de unas estanterías que albergarán más de 7000 títulos. Y queremos ¡que nos ayudes a llenarlas! ¡Te invitamos a que nos propongas qué libros ofrecer! […]
Estamos a punto de inaugurar la librería Contrabandos en Lavapiés, en la Calle Amparo 76 (en la esquina con la Calle Provisiones). Aunque todavía estamos en el proceso de construcción de unas estanterías que albergarán más de 7000 títulos. Y queremos ¡que nos ayudes a llenarlas! ¡Te invitamos a que nos propongas qué libros ofrecer!
Somos editores y hacemos libros, aunque también los acompañamos en su circulación. También hemos constatado que buena parte del pensamiento emancipado crece entre libros, y por eso esta librería será un lugar para trabajar los libros, subrayarlos, copiarlos, trabajarlos, escribirlos.
Nos gustan además los libros, no los archivos electrónicos, y nos gusta hacernos cargo de sus tiradas. Estamos muy orgullosos de los libros de las editoriales que componen Contrabandos y todo ese fondo se encontrará en la librería (El viejo topo, Icaria, Bellaterra, Txalaparta…). Pero también nos interesan multitud de libros de otras editoriales, bien tratados o maltratados por ellas, que queremos que nos acompañen en esta aventura.
Tenemos el propósito de acoger en la librería grupos de lectura autoorganizados, donde en función de las voluntades del grupo invitar a autores. Queremos leer sí, pero sobre todo queremos escribir sobre lo que leemos así que en la página abriremos un blog para que estos grupos vayan narrándose (pedagogía, materialismo, usos culturales, ecología, islam, cine colectivo, poesía crítica, trans*, filosofía…), serán algunos de los grupos que iniciaremos. Animaremos también el sustento de esos grupos, pasar la gorra, hacer bizcochos, o punto, trocarse libros, todo puede ser negociado (menos el precio nominal del libro nuevo, que es fijo, y menos mal…).
Quienes nos haremos cargo de esta librería, que somos también editores de La Oveja Roja, tenemos el firme propósito de animar un grupo para pensar y hacer una nueva edición. Queremos discutir las políticas del libro, a los gremios, a las distribuidoras… y creemos que es responsabilidad nuestra intentar incidir sobre las formas, también políticas y locales, de hacer cultura.
También tenemos el propósito de ser la periferia en el centro, periferia porque aquí acogeremos libros en el resto de lenguas del estado y del mundo y sobre todo, en muy poco tiempo, tendremos títulos de editoriales latinoamericanas con casi nula distribución en Madrid. Nos interesa no sólo meter en el centro todo lo que queda más allá de la M-30. Ya apuntalamos Contrabandos en Moyano 20, ya somos hermanas del Espai Contrabandos y nos ayudará no poco la red de librerías de «Con Tarima», «Sin Tarima», «La fugitiva»…
Por otro último, el mayor propósito de esta librería es ser una zona de «cultivo de libros», en el sentido de ser un lugar donde producir cultura, donde la cultura no te la dan ni te la autorizan, la haces y de este modo pones obra en el mundo. Porque un libro es un «lazo social, un encuentro, un objeto poético social y político». En esta librería le pondremos cara y palabras a la cadena de producción de los libros, para si corresponde ir escribiendo en tanto leemos, y luchando porque está en riesgo la posibilidad del saber que es también la posibilidad de seguir viviendo.
«Si nos organizamos, leemos todxs.»
PD. un aperitivo de un manifiesto que adoramos, el de los 451.
«Uno de los mitos persistentes que nos gustaría cuestionar con el Llamamiento de los 451 se basa en la creencia generalizada según la cual las ideas son algo aparte de la economía, como si se movieran en un mundo etéreo, desconectado de la realidad. Y, sin embargo, desde el mismo momento en que una idea sale de la esfera de lo íntimo y lo privado, se convierte en un objeto, susceptible de ser transformado, comercializado y negociado por métodos artesanales o industriales, en economías mundializadas o a pequeña escala. Para reflexionar sobre la reapropiación de las competencias dentro de las que se inscribe la producción intelectual hemos comparado el libro con un tomate.
Efectivamente, existe un paralelismo sorprendente entre la historia de la producción agrícola y la del libro: en ambos sectores nos hallamos frente a los mismos procesos de producción en masa, de descenso de la calidad, de aristocracia del gusto y de monopolización».