Las organizaciones irlandesas Christian Aid Irlanda, Grupo Raíces (Grúpa Fréamhacha), Justicia para Colombia Ireland, LASC y Trócaire hacen un llamado al parlamento irlandés para que no ratifiquen el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y la Unión Europea, el cual probablemente será votado en Junio. Un poco de historia sobre el Tratado de Libre Comercio […]
Las organizaciones irlandesas Christian Aid Irlanda, Grupo Raíces (Grúpa Fréamhacha), Justicia para Colombia Ireland, LASC y Trócaire hacen un llamado al parlamento irlandés para que no ratifiquen el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y la Unión Europea, el cual probablemente será votado en Junio.
Un poco de historia sobre el Tratado de Libre Comercio UE-Colombia
Este acuerdo de libre comercia se ha venido negociando desde el 2007; en un primer momento, se le llamó Acuerdo de Asociación y estaba siendo negociando con la Comunidad Andina (Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia). Finalmente, las negociaciones terminaron por romper la Comunidad Andina y a la Unión Europea a presionar Tratados de Libre Comercio (TLC) bilaterales con Perú y Colombia. Desde el comienzo, estos acuerdos fueron criticados por presionar una agresiva agenda neoliberal en temas de servicios y comercio; también se le criticó por sus disposiciones sobre temas sensibles como la propiedad intelectual, además de su énfasis en los agro-negocios y la industria extractivista, las cuales de la mano con el libre aperturismo, podrían arruinar al campesinado colombiano, que no recibe ninguna clase de subsidios. De hecho, este TLC fue moldeado en base al TLC de Colombia con Estados Unidos, el cual fue implementado el 2012, llevando a millones de colombianos a protestar a mediados del 2013 debido a que las importaciones subsidiadas de los EEUU están destruyendo la economía y la producción campesina. En Diciembre del 2012 el Parlamento Europeo ratificó el TLC con Colombia y con Perú, pero ahora los parlamentos nacionales de los Estados miembros de la UE necesitan aprobarlo. Tenemos esperanza que con suficiente presión, en Irlanda podemos detenerlo.
Echando leña al fuego del conflicto colombiano
La situación es particularmente delicada en Colombia, país en el cual se espera que las negociaciones actuales entre el gobierno y rebeldes de las FARC-EP pongan término a más de seis décadas de conflicto. El trasfondo de este conflicto es la cuestión agraria y un despojo masivo de tierras que ha empujado a los campesinos a una violencia que ha terminado por permear todas las esferas de la vida. Las dimensiones humanitarias de este conflicto no pueden subestimarse. Según Karol Balfe, de Christian Aid Irlanda, «Colombia tiene más desplazados que ningún otro lugar en el mundo. Se estima que hay entre 4,9 y 5,5 millones de personas desplazadas de sus territorios. Además, al menos 70.000 civiles han sido asesinados o desaparecidos en Colombia durante los últimos 20 años. Estas violaciones a los derechos humanos, que son extendidas y sistemáticas, se vinculan de manera directa con la extremadamente desigual distribución de la tierra, del poder y de la riqueza. Pese a ser un país de ingreso medio, uno de cada tres colombianos vive en la pobreza. Un estudio reciente de la ONU indicó que un 1% de la población posee el 52% de la tierra, lo que convierte a Colombia en uno de los países más desiguales del mundo«.
El proceso de paz en Colombia está en un momento crucial, como lo reconoce Hilary Daly, de Trócaire: «cualquier acuerdo comercial que perjudique los derechos de los campesinos, tendrá un efecto negativo para el proceso«. Existe un creciente consenso emergiendo desde las negociaciones de que se debe fortalecer la economía campesina, pese a que «cuestiones clave como la reforma agraria aún no se hayan acordado«. Sin embargo, el espíritu del TLC va en sentido contrario a este consenso.
Sindicalistas en la mira
También es importante tener en cuenta que los negocios en Colombia se realizan en condiciones de trabajo muy precarias, y que éstas son susceptibles de deteriorarse gracias al TLC, como ya ha ocurrido con el TLC de Colombia y EEUU, pese a un espurio Plan de Acción Laboral que no es sino un gesto simbólico en el mejor de los casos, habiendo fracasado estrepitosamente en mejorar las condiciones laborales y la preocupante situación humanitaria para el sindicalismo. El 60% de los sindicalistas asesinados el pasado año en todo el mundo, fueron asesinados en Colombia (alrededor de 3000 sindicalistas han sido asesinados desde 1986 en este país), y la situación no está mejorando. «Durante una visita de dos semanas a Colombia representando a Justicia para Colombia Irlanda en la delegación asutriana-irlandesa, visitamos la hermosa y turística ciudad de Cartagena, donde tuvimos el honor de ser recibidos por el secretario general de la CUT en esa región, Luis Alberto Plazas Vélez«, nos comenta Mick Dowling, sindicalista irlandés jubilado. «Hemos recibido recientemente la terrible noticia de un atentado en contra de este querido amigo y compañero. Afortunadamente tenía un guardaespaldas que lo protegió, ya que sin él, lo más probable es que ahora estaría muerto. Estos asesinatos no son la excepción sino la regla para los sindicalistas activos, que solamente tratan de representar a otros trabajadores en la lucha por una mejor vida«.
Enviemos una señal clara al parlamento de Irlanda contra este tratado
13 países de la UE ya han ratificado el acuerdo (Alemania, Dinamarca, Eslovaquia, España, Estonia, Finlandia, Holanda, Hungría, Letonia, Polonia, Reino Unido, República Checa y Rumania), sin embargo, quedan 14 países por ratificar y ahí aún estamos a tiempo de hacer algo. Necesitamos enviar una señal clara al parlamento de Irlanda para que entienda que no es aceptable que este acuerdo vaya adelante pese a las consecuencias negativas que puede tener para millones de personas. Necesitamos una Europa que se comprometa de manera clara con los derechos humanos y que apoye de manera inequívoca el proceso de paz colombiano, mediante acciones concretas. Irlanda debería mostrar liderazgo en este sentido, debido a su propia historia de conflictos y lucha por la paz. Necesitamos un comercio al servicio de la mayoría del pueblo tanto en Colombia como en Europa, un comercio sostenible y respetuoso del medio ambiente y de las generaciones venideras. Por estas dos poderosas razones, ayúdenos a enviar una clara señal al parlamento de Irlanda para que no ratifiquen el TLC con Colombia.
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(*) José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda, donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile), así como del sitio web internacional www.anarkismo.net. Autor de «Problemas e Possibilidades do Anarquismo» (en portugués, Faisca ed., 2011) y coordinador del libro «Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América
Latina» (Quimantú ed. 2010).
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