Asusta a la ternura que la ceguera y la adulación también formen hoy barrotes, en una aleación más dura que el platino y el hierro. Si nos quedamos callados, habrá más entregas de perseguidos políticos: y la cacería humana continuará intensificándose, amordazando el pensamiento crítico y alejando las esperanzas de paz mientras se acrecienta el genocidio contra el pueblo colombiano.
Nos haces falta, ternura, amiga, vuelve a acariciarnos; no te vayas. Sé que te quieres ir… ya sé que esto no lo soportas ternura, amiga de los caminos más duros, ya sé que este camino rebasa tu ser. Tus pasos siempre han andado en las sendas más duras, han sido el aliciente para continuar; pero las esquirlas que desgarran la ética esta vez cortan tus pies, y a cada mentira, a cada calumnia, se agrieta tu ser.
Ternura amiga, consuelo de niños palestinos que buscan a su familia tras un bombardeo israelí; Ternura amiga en los abrazos de las madres colombianas que buscan a sus hijos en las fosas del horror mientras los generales celebran el asesinato de civiles; Ternura amiga de los maestros hondureños gaseados por defender la vida; Ternura amiga de las adolescentes mexicanas que transitan de la maquila a la casa y de la casa al miedo; Ternura amiga del pueblo Libio impactado por las cínicas bombas de la codicia; Ternura de una mano que acaricia en los corredores de los hospitales de Irak, devastados de malformaciones y amputados; Ternura amiga que aún puede reconfortar la parte no asesinada del niño congoleño que mira cómo el cadáver de su madre yace junto con otros millones en el altar de la codicia por el Coltán. Ternura: la amiga de los peores momentos, la que nos abraza y nos cuida, la que nos empuja hacia adelante… Hoy dices que esta vez ya no puedes seguir con nosotros los humanos… te vas porque lo que no soportas es esta indiferencia, esta crueldad traicionera de los que eran hermanos: no soportas más que se unan los cobardes en el sacrificio de un ser humano y de un pueblo. Dices que si los hermanos ocultan la ética en cuevas de calumnias y mentiras, ya nada vale, que tu depones el color de la esperanza. No te vayas Ternura, yo también me siento árida y recortada por la hipocresía, por los eufemismos y por la crueldad de los que forman ahora una franja impenetrable para impedir la verdad y la justicia.
No te vayas Ternura, ven y elevemos un deseo, una especie de grito de pajarito que asfixian pero que impulsa su corazón a la vida levantando con su bombeo las manos de quienes lo quieren hacer callar:
Deseo
Ojala caminemos por la vida echando abajo jaulas y cárceles
Porque en estos momentos, me pesan las celdas,
me pesan como tapias al cariño, como guillotinas a la verdad,
Me pesa la cárcel que enjaula a los justos,
Me pesa la boca cosida de un preso, y de miles,
Me pesa la cárcel de la censura,
Me pesa la cárcel del chantaje emocional,
Me pesa que la ceguera y la adulación también formen hoy barrotes, en una aleación más dura que el platino y el hierro
Me pesan los estigmas como chapas de plomo en el alma
Me duermo en la cuneta de la palabra «Ultras» lanzada para amordazarnos,
Me despierto en la tristeza de la insolidaridad,
Y busco escapar, a cada instante, de las palabras celdas, aquellas que designan al pensamiento como enemigo
Y sé que el pensamiento siempre ha sido enemigo de los opresores,
Y lo que hoy me arde es que algunos hermanos crean que el pensamiento puede llegar a ser su enemigo
Me pesa el miedo que avanza a pasos agigantados,
el miedo que nos arrincona y transita ahora también los corredores de la traición.
Escucho en medio del silencio la carcajada de aquellos que torturaron a mi hermano,
Tiendo la oreja y me dicen los hombres siniestros: «ahora estamos más cerca, porque ni tus amigos han sabido serlo»
Y me pregunto: ¿hasta dónde podemos disfrazar las verdades?
A lo lejos viene la música del poeta, subo el volumen, lo escucho, lloro,
me acurruco sobre el suelo frío, y se acerca a mí la ternura,
ella se acurruca a mi lado y le veo las llagas:
ha sufrido la ternura…
ha sufrido la muerte
la tortura
el destierro
el miedo
la persecución
la cacería humana
la traición
y además, la censura
Y… no lo sé hasta dónde me va estirar el pecho para contener la indignación y la justicia silenciada.
Hasta dónde me va a estirar el pecho sin que explote por saber y ver que esto es sólo el principio de muchos más trofeos humanos, si no alzamos la voz para decir que nosotros apoyamos un proceso, que nosotros apoyamos las medidas justas; pero que no apoyamos pactos con los genocidas; que no podemos apoyar ciegamente que se entregue a la tortura a quienes han entregado su vida por la humanidad, por nosotros,
yo no puedo,
yo, no puedo,
prefiero morir ahora mismo
que apoyar la cacería humana firmada además tras frases falsas y engaños,
porque nos venden, una vez más, la muerte, la represión y la guerra disfrazadas por palabras
que amamos: asistimos al secuestro de la palabra «paz»; al secuestro de las palabras «unidad latinoamericana»;
Y mi dignidad de ser humano grita:
¡No! la paz no es acuerdos para enjaular periodistas,
la unidad latinoamericana no es la unidad en pactos de Buitres o de Cóndores, no es la unidad de circulares rojas en virtud de las cuales eligen saltarse todas las leyes; no es la unidad de cazar a los más golpeados; no es la unidad para empujar a las fauces del imperio a los perseguidos políticos… secuestrados, ofertados, amarrados, y mutilados por juicios montados en el país de las computadoras mágicas.
La unidad debe ser otra, en justicia: sin pisar, sin moler, sin enjaular, sin censurar, sin chantajear, sin neo-macartismos
La unidad es la de los pueblos, la que logren construir desde la solidaridad, la ética, la verdad, la justicia; y nunca, nunca, desde la traición.
Nota:
Aquí estoy yo, una de los que cometen el pecado de solidaridad, que se niegan a apoyar pactos espurios de cacería humana: eso no lo haré jamás. Porque esos pactos deben ser denunciados, esa es tarea de quienes dicen amar la vida y la revolución: me lo dice mi corazón, me lo grita el sentido común, me lo asegura la inteligencia: esa tan perseguida y señalada, por unos, y ahora… hasta por algunos hermanos.
· Contexto y Análisis
Este texto poético fue escrito en relación a la detención, secuestro y entrega en violación al DIH y a las leyes venezolanas del periodista Joaquín Pérez Becerra (1). Y en relación a la censura desatada sobre este hecho en Venezuela, por parte de la derecha del PSUV; censura replicada por fanáticos y también por personas honestas cooptadas por los censores que ven en la crítica un peligro, cuando en realidad la crítica y la verdad fortalecen los procesos de emancipación.
Joaquín Pérez Becerra es un periodista de 55 años, sobreviviente al exterminio del partido político Unión Patriótica en Colombia: el exterminio consta ante la CIDH. Más de 5000 personas asesinadas por las herramientas del Estado colombiano, para callar la reivindicación social e impedir toda posibilidad de cambio social por la vía política (2). La esposa de Joaquín Pérez fue víctima del exterminio.
Joaquín Pérez Becerra se encuentra hoy preso en las cárceles colombianas, acusado de «terrorismo». Esta injusta detención hace parte de una práctica de criminalización de la lucha social y de cualquier tipo de disidencia que denuncie la violación a los DDHH en Colombia. Esta estrategia de criminalización y judicialización implica «sembrar» pruebas falsas y múltiples formas de manipulación judicial y mediática.
Hay que saber que solo en el 2011 han sido asesinados por tortura y denegación médica 5 presos políticos en las cárceles colombianas (3).
El gobierno de Santos afirma que las «pruebas» que comprometen a Pérez Becerra fueron encontradas en las supuestas computadoras del líder guerrillero Raúl Reyes, tras el ataque que violó la soberanía del Ecuador y tuvo como saldo la muerte de Raúl Reyes y de unas 20 personas más, entre las cuales un civil ecuatoriano y 4 estudiantes mexicanos internacionalistas. Las tres mujeres sobrevivientes denunciaron que tras el terrible bombardeo desembarcaron soldados colombianos y remataron a los heridos a quemarropa, las autopsias lo han confirmado. En relación a los supuestos correos, encontrados en los supuestos computadores aducidos como «pruebas» para encarcelar a pensadores críticos, periodistas y defensores de DDHH, hay que precisar que se rompió la cadena de custodia de dichas «pruebas», y la misma Interpol ha tenido que reconocer que hay miles de archivos creados o manipulados en fechas posteriores al bombardeo. Con lo cual, o los creó el fantasma de Raúl Reyes, o algún agente de la policía colombiana. Pese a la invalidez legal de tales «pruebas», el sistema judicial las usa para enjaular al pensamiento crítico.
· La entrega del periodista se hubiera podido evitar: respetando las leyes
Lamentablemente, habiendo podido evitar la entrega del comunicador amparándose en la leyes; las autoridades venezolanas eligieron saltarse las leyes venezolanas y el DIH (4), y entregar al periodista al régimen colombiano, habiendo sido previamente incomunicado, privado de abogados y de acceder a la representación consular sueca. Los abogados en Venezuela, ante el secuestro de facto por el SEBIN, tuvieron incluso que interponer un Habeas Corpus. El cual tampoco fue respetado. Había otra opción que secuestrar y entregar así al periodista: era la opción legal. El gobierno venezolano no estaba «entre la espada y la pared», como aducen los medios oficialistas venezolanos y los que le temen al pensamiento, martillando esa inexactitud hasta en cansancio para tapar la gravedad de lo cometido, y para tapar lo que esto pone de relieve: los acuerdos Chávez-Santos.
· Genocidio
El periodista Joaquín Pérez Becerra pasa a engrosar la lista de más de 7.500 presos políticos en Colombia, que la convierten en un país record en prisioneros políticos. Cabe recordar que Colombia ostenta trágicos ‘récords’: «En Colombia se cometen el 60% de los asesinatos de sindicalistas que se presentan en todo el mundo (…) una violencia histórica, estructural, sistemática y selectiva que se convirtió en pauta de comportamiento del Estado colombiano: esta violencia deja por lo menos desde 1986, 2.778 sindicalistas asesinados, 196 desapariciones forzadas y más de 11.096 hechos de violencia, que constituyen un genocidio contra el movimiento sindical colombiano.» (CUT) (5)
Asimismo el crimen de Estado de desaparición forzada de la «democracia» en Colombia ha rebasado las dramáticas cifras de las dictaduras de Argentina y Chile reunidas: sólo en 3 años el Terrorismo de Estado ha desaparecido a 38.255 personas, según un informe de Medicina legal. Para una estimación total en los últimos 20 años de 250mil personas desaparecidas, según lo denunció Piedad Córdoba ( 6). Las estimaciones de desaparición forzada son obviamente minimizadas desde el Estado, sin embargo ha debido reconocer la existencia de al menos 51.000 desaparecidos: «Al mes de noviembre de 2010, las estadísticas oficiales del gobierno de Colombia registran más de 51.000 Desapariciones» señala un reporte de 2011 de la US office on Colombia (7). En enero 2011 la Fiscalía publicó un informe (8): tiene documentados 173.183 asesinatos y 34.467 desapariciones forzadas, entre otros crímenes cometidos entre junio de 2005 y el 31 de diciembre de 2010 por la herramienta paramilitar. El informe de enero 2011 confirma las estimaciones de Piedad Córdoba de al menos 250mil personas desaparecidas. Del informe de Medicina legal y del de la Fiscalía se deduce un promedio de 13.000 desaparecidos al año, perpetrados entre fuerza pública y herramienta paramilitar.
Igualmente el asesinato de civiles a manos de militares ha rebasado todo límite del horror en la figura de los «falsos positivos»: asesinatos de civiles perpetrados por militares que luego disfrazan sus cadáveres de «guerrilleros abatidos en combate», ya hay 3.000 casos documentados de estos asesinatos que son impulsados por las recompensas que reciben los militares por cadáver presentado como una forma de incentivar el manejo de la barbarie y de aumentar las «victorias de guerra» por parte del estado colombiano (9). En mayo 2011 el CINEP publicó un informe en el que evidencia que los asesinatos de civiles a manos de militares, lejos de disminuir, han aumentado bajo la presidencia de Santos (10). Igualmente en Colombia se encontró en diciembre 2009 la mayor fosa común del continente americano, con 2000 cadáveres de desaparecidos: la gigantesca fosa se encuentra detrás del batallón de la fuerza Omega del Plan Colombia, que goza de estrecha asesoría estadounidense (11). Posteriormente, finalizando el año 2010, se encontró otra fosa gigantesca con más 1500 cuerpos de desaparecidos:» Denuncian el hallazgo de al menos 1.505 cuerpos más en fosas comunes en Colombia, en el Meta, en la misma región que la mayor fosa común del continente (…) cuyos cadáveres son cuerpos de desaparecidos y asesinados por el ejército, como quedó evidenciado en las Audiencias públicas a testigos y familiares de desaparecidos» (12)
La barbarie se sigue intensificando día a día, y la herramienta paramilitar continúa asesinado, desapareciendo y masacrando, como lo denuncia el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado: » Acciones del gobierno de Santos para encubrir el paramilitarismo (…) En la Política de Prosperidad Democrática la persistencia de los Crímenes de Lesa Humanidad se encubre bajo la denominación de Bandas Criminales, que es parte de la reingeniería paramilitar y la falsedad del espectáculo de las desmovilizaciones. Persistiendo el poder mafioso, político y empresarial en las estructuras paramilitares. (…) Continúa la criminalización de la protesta social, la judicialización de campesinos, estudiantes y defensores de DDHH, con la prolongación de la práctica de la desaparición forzada, la violencia sexual, del control militar de la vida y del pensamiento crítico» (13).
· Colombia: Callar a la prensa alternativa, una cacería humana
Pese a estas evidencias, el mundo mira para otro lado. Es solamente ahora que se empiezan a hacer oír las voces a través del mundo en solidaridad con los 7.500 presos políticos encarcelados bajo montajes judiciales.
En este cuadro de genocidio que sufre el pueblo colombiano a manos de un estado que utiliza la herramienta paramilitar para aterrorizar, callar y desplazar poblaciones en masa* parece más que evidente que las voces del periodismo alternativo, como la Joaquín Pérez son vitales. *(otro récord: Colombia es el país del mundo con más desplazados, junto con Sudán: 4,9 millones de personas según el último informe de CODHES).
Por eso a Joaquín Pérez Becerra el estado colombiano le dio cacería: para callar el medio alternativo más consultado por la población colombiana, con una cifra impresionante de visitas diarias. Es evidente que el objetivo del apresamiento de Joaquín Pérez Becerra era silenciar su voz, y no como pretenden algunos «poner en aprietos a Venezuela»; porque Venezuela hubiera podido zafarse muy fácilmente de esos aducidos «aprietos»: simplemente respetando las leyes venezolanas y el DIH, y procediendo a la devolución del periodista a Suecia. Pero el hecho de que las autoridades venezolanas escogieran violar todas las leyes debe suscitar serias preguntas acerca de su colaboración, usando métodos ilegales, en los planes imperiales de cacería humana, mal llamados «lucha contra el terrorismo». No todo constituye un inmenso complot contra Venezuela, el medio ANNCOL era un objetivo de primera categoría para los cazadores del pensamiento crítico: lamentablemente para encubrir la entrega del periodista, las autoridades venezolanas han procedido a disfrazar la realidad.
La voz de un periodista como Joaquín Pérez Becerra era muy importante para la paz de Colombia: porque la paz en Colombia pasa por el diálogo, el conocimiento, la información. Se trata entonces para la oligarquía de prolongar la guerra: porque no quiere la paz con consciencia, con justicia; porque prefiere mantener el empobrecimiento y el exterminio de los que reivindican, incluidos periodistas, académicos, sociólogos, ambientalistas, sindicalistas, estudiantes, campesinos, artistas, abogados, etc…
· Repudio a la entrega del periodista y alerta sobre procederes de tipo Plan Cóndor
Se alza el repudio internacional y desde el pueblo revolucionario de Venezuela contra la entrega del periodista al estado colombiano a sabiendas de que lo cobijaba el Estatuto del Refugiado, la nacionalidad sueca, la Convención contra la Tortura: una entrega en clara violación al DIH y a las leyes de Venezuela. Por el cuadro de genocidio que presenta Colombia, y por evidente ética humanista, se alza el repudio contra los acuerdos de entrega de perseguidos políticos firmados entre Santos y Chávez. Se eleva el pedido al gobierno venezolano, que en virtud de todo el apoyo que ha recibido de millones de revolucionarios del mundo, sea consecuente con su discurso anti-imperialista, y cancele urgentemente los acuerdos de entrega de perseguidos políticos, para no involucrar más a Venezuela en la complicidad del genocidio contra el pueblo colombiano, y no reeditar una versión penosa del macabro Plan Cóndor (14). Esos acuerdos involucran a Venezuela en la guerra contra el pueblo colombiano, le hacen el favor al imperialismo, y contravienen los principios anti-imperialistas que prona el proceso venezolano: esos acuerdos no son dignos de la esencia bolivariana y si los permitimos sin alzar nuestras voces, significarán muchas más entregas de perseguidos políticos, y signarán la putrefacción de la fibra ética del proceso venezolano.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en declaraciones al diario El Tiempo de Bogotá el 25 de abril, expresó acerca de la entrega del periodista: «el sábado llamé al presidente Chávez y le dije que un tipo muy importante para nosotros de las Farc llegaba en un vuelo de Lufthansa esa tarde a Caracas y que si lo podía detener. No titubeó. Lo mandó capturar y nos lo va a entregar.» (15)
Mientras Chávez entregaba al periodista, recibía miles de cartas y pedidos de los cuatro rincones del mundo, que pueden sintetizarse en esta frase de la carta enviada por intelectuales y artistas del mundo (Ibíd. ):
«Esperamos que su gobierno rectifique ese rumbo nada decoroso para el proceso bolivariano que tanto defendemos, y que con orgullo queremos seguir mostrando»
Criminalizar al periodista y a la crítica:
· Mentiras en complicidad con el genocidio, que asfixian al proceso venezolano
Un amplio sector mundial y venezolano ha repudiado la entrega del periodista; lamentablemente desde el gobierno venezolano se ha respondido con poca humildad, y criminalizando al partido comunista de Venezuela y a las demás organizaciones críticas de la medida (16). Ha habido una censura mediática impulsada desde la alta cúpula ministerial a los medios oficialistas. La derecha infiltrada en puestos claves del propio PSUV ha marcado la consigna de intolerancia al pensamiento. Desde la captura se ha presentado al periodista como un «terrorista» en los medios oficialistas de Venezuela, copiando y pegando el comunicado de Bogotá, y condenándolo sin previo juicio. Asimismo se ocultó la nacionalidad sueca del periodista mientras se dio tiempo a entregarlo a manos de sus captores colombianos.
Luego, tras la entrega, la censura sigue en los medios oficialistas: los cuales recurren a crear una matriz de opinión que criminaliza al periodista y que criminaliza la solidaridad y el pensamiento, y cuya cúspide de lo absurdo podría sintetizarse así: «si criticas la medida tomada por Chávez eres de la CIA«. Evidentemente este accionar no encuentra una aceptación unánime en el pueblo venezolano, y varios medios alternativos, organizaciones revolucionarias de base, el PCV, artistas e intelectuales no entienden la intolerancia y la estigmatización del debate como algo revolucionario. La censura ha llegado tan lejos que la directora de la Radio del Sur ha sido destituida: Radio del Sur es uno de los pocos medios venezolanos que se han atrevido a informar sobre la entrega del periodista, y a cuestionar acerca de los acuerdos Chávez-Santos en materia de entrega de perseguidos políticos.
Está claro que el secuestro y la entrega del periodista al régimen colombiano han despertado cuestionamientos esenciales que según como se de el debate, y sobretodo si se logra dar pese a la intolerancia, marcarán ya sea el fortalecimiento del proceso venezolano en un camino hacia algo más justo que el capitalismo, o bien marcarán el inicio tangible de su deterioro en medio de la criminalización de la solidaridad y la crítica.
Lamentablemente la derecha del PSUV ha manejado la cuestión mediáticamente de tal manera que ha cooptado a muchas personas honestas, adhiriéndolas a la causa de la censura mediante el convencimiento de que la crítica ‘le hace mucho daño al proceso’, cuando no es la crítica la que le hace daño, sino la falta de crítica y el encubrimiento de estos hechos. Esto se expresa en un comunicado que llama a (17): «Cuiden a esta Revolución que es de todos.» Cómo si no la cuidáramos los que criticamos justamente una medida que la vulnera y que destruye su fibra ética. «(…) No la utilicen de manera poco solidaria. No la sometan a riesgos innecesarios.» Esto es un eco de la propaganda que criminaliza al periodista aduciendo que fue él el que «sometió a la revolución a riesgos innecesarios», y de ninguna manera podemos aceptar que se criminalice a la víctima y se nos chantajee para que nos quedemos callados ante la evidente injusticia. En lo personal, y es una opinión compartida por muchos, seguiré apoyando lo bueno del proceso venezolano, pero no voy a apoyar la violación del DIH, ni la entrega de perseguidos políticos, ni los pactos grises Chávez-Santos, ni los manejos ilegales ejercidos contra personas como fue el caso contra el periodista Joaquín Pérez Becerra. Y por lo tanto se debe dar el debate y los pueblos tienen derecho a conocer el tenor y alcance de los acuerdos Chávez-Santos en materia de «cooperación e inteligencia militar».
La defensa de lo indefendible ha incurrido en las argumentaciones más bajas, publicadas sin reparo en medios venezolanos que habían sabido ganarse por su trabajo el respeto y cariño de los pueblos. Esperemos que esta línea de calumnias y criminalización se rectifique y no empañe más la trayectoria de estos medios. Estas bajezas van desde llamar al periodista «terrorista», replicando el patético comunicado del ministro Andrés Izarra, pasando por artículos de opinión que articulan su «defensa» de la entrega del periodista entorno a bajezas como: «¿Qué colombiano no se hace el sueco?» o bien en la estrategia de criminalizar a la crítica, como lo hace Iván Maiza en el artículo estrella de Telesur, que llega a decir que los colombianos de izquierda «trabajan para el DAS», y uno entonces puede preguntarse si no es él el que trabaja para el DAS, dado su proceder de mentira, calumnias y señalamientos para generar odio contra los críticos.
También hemos tenido que leer toda suerte de expresiones racistas de tipo: «Porqué tienen que venir a Venezuela?», y vemos morir la inteligencia en frases como: «¿Si ese señor estaba tan bien en Suiza (sic.) por qué no se quedó allá y tuvo que venir a Venezuela?»
Pululan cosas tan insidiosas contra los sobrevivientes de un genocidio como: «¿Cómo sabemos, a estas alturas, que Joaquín Pérez Becerra es AUTÉNTICAMENTE un compañero? ¿Cómo sobrevivió y pudo salir de Colombia, cuando todos los demás murieron, en ataques furibundos?» (18)
Hay censura, calumnias contra la víctima y los críticos, y a la par hay un poderoso chantaje emocional para mandar a callar a los críticos, en que se los culpabiliza de todos los males del mundo por atreverse a expresar la crítica: se apela a la idea absurda según la cual si los críticos de la aberrante medida llaman al debate abierto, enseguida aparecen en el horizonte las tropas de marines estadounidenses, prestas a atacar lo logrado. Y todo sería por culpa de los críticos a la violación al DIH y al secuestro de un periodista. Se olvidan esos chantajistas que es la censura la que acaba con el proceso, pues fortalece a la derecha del PSUV. Y se olvidan de que Washington salió a dar sus felicitaciones a Chávez por la colaboración en la imperial «lucha contra el terrorismo» que no es otra cosa que la cacería humana moderna contra todo aquel o aquella que adelante un pensamiento crítico y verdaderamente revolucionario.
Esta lógica retorcida de culpar al periodista de la violación al DIH de la que fue víctima por parte de las autoridades venezolanas hace escuela en censores de todo tipo: la línea la trazan los medios amordazados y direccionados por Izarra, y luego a esta línea indecorosa se unen personas de la derecha del PSUV y también personas honestas pero tremendamente cegadas por el chantaje emocional imperante. La expresión de esta línea censora se recoge en frases populares como: «Cualquier ciudadano que sospeche que pueda estar en las listas del gobierno colombiano, cuya fuente son la computadoras de Raul Fuentes … lo que tiene que hacer es no ir a Venezuela, porque con esta acción perjudica, y comprometa la revolución bolivariana, convirtiéndose, en un arma arrojadiza contra esta» (sic) (19)
Es el mundo al revés. La conclusión lógica que habría que sacar es que hay que exigir a Venezuela que respete el estatuto del Refugiado, el DIH, y la propia constitución venezolana; en vez de pedirles a los colombianos que eviten ir a Venezuela. Pero los adalides de la lógica retorcida pretenden vetar Venezuela a los colombianos, en esa ‘lógica’ alienante de culpar al periodista de lo que fue víctima por parte de las autoridades venezolanas. Qué nivel de alienación. Es como decir: «si las mujeres saben que se exponen a ser violadas, que no salgan solas a la calle, y que no vistan de tal o cual manera, porque están provocando a los hombres» o como lo que dicen las mentes más enfermizas acerca de las víctimas de violencia de género: «si ese hombre le pegó es porque ella se lo buscó»
Uno de esos articulistas del ejército de alienantes, se preguntaba indignado: «Por qué si Becerra estaba tan bien en Suiza (sic.), no se quedó allá con todas las comodidades, y tenía que venir a molestarnos a Venezuela! ¿qué buscaba ese inconciente?»
La misma cosa es dicha de manera menos burda, pero no menos absurda y criminalizante de la víctima y los críticos, por Luis Bilbao, quien aduce que no se puede «gemir» por «hechos consumados» (violación al debido proceso y DIH): «Quien obre por decisión o inadvertencia contra la concreción de la Celac, está haciendo algo muy grave(…) Y quien apele a la política de los hechos consumados, no puede gemir luego porque encuentra frente a sí, también, hechos consumados.» (20)
Desde la tribuna presidencial se ha arremetido contra los militantes de izquierda venezolanos y latinoamericanos que han protestado, tratándolos de «Ultras» de manera peyorativa. Varios voceros de la corriente censora, afirman que la detención se debió a que Pérez llegaba a Caracas a «sabotear» la reunión integracionista de la llamada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Lo cual es repetido con más o menos intensidad por multitud de artículos de opinión, que obvian olímpicamente quela martillada tesis de la «trampa» se desvanece ante la evidencia de que había multitud de leyes bajo cuyo amparo el gobierno venezolano hubiera podido proceder de otra manera.
· El genocida Yair Klein tuvo acceso al debido proceso que las autoridades venezolanas le negaron al periodista: evitó la circular de Interpol
La trillada mentira de que la circular de Interpol exigía ese proceder ilegal es una de las falacias más enormes con que se pretende tapar lo cometido contra el periodista.
Por más circular roja de INTERPOL (que todavía no se sabe si existió): una circular de interpol no da derecho a secuestrar a un ser humano. Se debe proceder legalmente. Y las autoridades venezolanas se saltaron el debido proceso: si no se lo hubieran saltado, Joaquín Pérez Becerra estaría en Suecia, con su hija de 10 años y su segunda esposa; y no estaría en una celda en manos de sus verdugos, entregado por Venezuela a manos de quienes torturaron y asesinaron a su primera esposa. Es un perseguido político, amparado por la Convención contra la Tortura y el Estatuto del Refugiado: no procedía el entregarlo al país del cual huyó.
Hasta el mercenario Israelí Yair Klein, entrenador de paramilitares en desmembrar personas vivas con motosierra, anda libre pese a que tuvo una circular de Interpol, y está libre porque los tribunales se negaron a entregarlo, tras el debido proceso, aduciendo que era «victima de persecución política»: razón por la cual se cancela la extradición y circular de Interpol. Obviamente que en el caso de Yair Klein protegieron cínicamente a un genocida; y si la legalidad ampara hasta a un genocida para que se pueda evitar una circular de INTERPOL, con más razón lo puede hacer un sobreviviente y refugiado político como el periodista Pérez Becerra. (21)
Igual pasó con los banqueros venezolanos prófugos de la justicia venezolana: también adujeron «persecución política» y andan libres. Pero tuvieron acceso al debido proceso.
En cambio Venezuela secuestró al periodista Pérez Becerra (incluso se saltó el Habeas Corpus interpuesto), lo privó del proceso legal, en el cual hubiera aparecido como obvio que la extradición No procedía y se hubiera evitado fácilmente. El periodista es sobreviviente de un genocidio político de todo un partido (la Unión Patriótica, UP): el genocidio político consta ante la CIDH, no es un secreto, es un hecho histórico reconocido.
El periodista Pérez Becerra fue uno de los pocos concejales de la UP que quedó vivo, en total 5000 asesinados por el Estado colombiano. La entrega del periodista fue un crimen en clara complicidad con el genocida régimen colombiano, en su tarea se silenciar la información y el periodismo alternativo. Resulta indigno a ultranza que hoy en algunos de los mismos medios alternativos que deberían ser los primeros en solidarizarse con el periodista Pérez Becerra, se intente tapar la infamia de su entrega con más infamias: calumniándolo y mancillando la memoria de las víctimas de un genocidio que hoy por hoy, al momento de escribir estas líneas, se intensifica.
Serían incontables los ejemplos de ese intento de esconder la realidad con calumnias, mentiras, racismo, criminalización del periodista, teorías del complot, chantaje emocional, etc.
· Ha habido igualmente un sector apegado a la ética, que cabe destacar
Cabe resaltar que también ha habido un sector crítico y revolucionario en Venezuela que ha adelantado la ética y el respeto del DIH como puntos irrevocables, y que ha articulado los análisis entorno a la verdad y la argumentación, y no entorno a la descalificación del que piensa diferente; ha habido un sector importante del pueblo venezolano consciente de que si este debate no se da abiertamente, eso sí que es hacerle el favor al imperialismo y a la derecha del PSUV; y este sector ha sido víctima de insultos e improperios de todo tipo, desde la trillada señalización de ser «contrarrevolucionarios»,
También destaca Gonzalo Gómez, fundador de Aporrea.org, en su artículo «En el caso Pérez Becerra había otras opciones ¿Por qué se escogió la peor?», expresa: «Las razones dadas por el gobierno y por nuestro presidente han sido muy poco convincentes. Pero además falta un toque de humildad y de respeto hacia la opinión y los sentimientos de los demás, en función del diálogo y de la unidad de todos los que damos la vida por el proceso revolucionario bolivariano (…) Los métodos extraviados nos queman a todos al mismo tiempo, queman a la revolución que estamos impulsando. El gobierno se está inmolando. Le está infiriendo una inmensa herida a franjas importantes del movimiento popular venezolano, al sentimiento de confianza (…) No es sólo cosa del PCV (…) ni de la despreciada «ultraizquierda» que sólo es buena para morir por Chávez en Puente Llaguno. Los movimientos sociales y progresistas, las organizaciones de izquierda que nos han defendido en todas partes han temblado de indignación(…) O hay diálogo con el pueblo o este proceso entrará en una fase de gravísimas dificultades.» (23)
Lucía Ruíz anota con mucha pertinencia que: «Acontecimientos importantes permiten que afloren nobles y éticos principios, o en su defecto, perversas pasiones y falencias ideológicas. El secuestro y entrega expres de Joaquín Pérez Becerra al Estado terrorista de Colombia es uno de estos casos que nos permite valorar en su justa dimensión el derrotero demo-liberal a que viene siendo sometido el proceso bolivariano de Venezuela, por la derecha endógena en la dirección del PSUV y el gobierno central. El ‘asunto Pérez’ de sopetón tumbó la máscara dejando al descubierto todas las vergüenzas y quiebras ideológicas.(…) Por un lado está la deplorable y arbitraria posición asumida por Chávez y su gobierno, que pisoteó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que reza así el «Capítulo III, De los Derechos Civiles , Artículo 44 (…) Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiares, abogado o abogada o persona de su confianza (…) Respecto a la detención de extranjeros o extranjeras se observará , además, la notificación consular prevista en los tratados internacionales sobre la materia .» (24)
Y señala: «No solamente se asume orgullosamente la política antiterrorista imperial sino que se enriquece con creces los postulados de ésta. En la pretendida defensa de la «papa caliente» que hiciera el presidente Chávez queda claramente demostrado hasta donde se ha llegado a abrazar esta política antiterrorista gringa, en la que alumno supera al profesor: «[…]Se bajó en Maiquetía y lo capturamos. Así como entregamos a Chávez Abarca a Cuba, entregamos a este señor a Colombia» . Si, así no más, sin un ápice de vergüenza -a grito en cuello-, burlando el principio universal de la presunción de inocencia y sin juicio alguno se condena y se equipara al periodista de Anncol y luchador popular Joaquín Pérez con un terrorista.» (Ibíd. )
Ilenia Medina recuerda que: «En diversas oportunidades hemos planteado la imperiosa necesidad de que Venezuela debe acabar con el irresponsable procedimiento de deportar a los ciudadanos colombianos. Toda solicitud que efectúe Colombia debe ampararse bajo los procedimientos jurídicos más apegados al estado de derecho. (…) Sin embargo, son las autoridades colombianas, sin moral para ello, que le exigen a Venezuela «garantías» para extraditar a Makled.» (25)
· Política de persecución contra el pensamiento crítico adelantada por el imperio a nivel mundial
El centro de este asunto es la política contrainsurgente y represiva contra el pensamiento crítico adelantada por el imperio a nivel mundial, y con específico énfasis en lugares como Colombia, en los que el gobierno adelanta una verdadera cacería humana. La sombría reedición del Plan Cóndor no puede ser avalada por los revolucionarios del mundo: es una llaga abierta en el continente americano. Y menos podemos aceptar que el gobierno venezolano mancille su ética colaborando con el genocidio contra el pueblo colombiano, en la sucia labor de entregar perseguidos políticos.
Roosevelt Barbosa señala: «Joaquín Pérez Becerra solo fue la gota que derramó el vaso. (…) Incluso se han entregado combatientes heridos, lo que está indicando que no son errores circunstanciales las entregas, sino políticas de Estado acordadas entre ambas naciones. Es a esto, que sí es muy grave, que debe responder el presidente, explicar con claridad si seguirá o no entregando a los colombianos reclamados por el gobierno de las inmensas tumbas clandestinas.» (26)
Como lo expresa el texto de análisis jurídico que publicó el Partido Comunista de Venezuela: «el gobierno bolivariano, por cumplir un acuerdo no conocido con el gobierno de Colombia y su presidente Santos, dejó de aplicar las leyes de nuestro país para entregar al periodista.»
Hugó Gómez, expresa: «Ambos gobiernos han presidido este episodio detestable de atropello inaudito a la libertad y seguridad del revolucionario deportado. La deportación de Pérez Becerra se inscribe en un compromiso político claro-oscuro de dos mandatarios que ostentan signos políticos contrarios. Es esa una contradicción que debe resolverse. El tsunami político que este episodio ha desencadenado, contribuirá a desvelar al menos algunas de las raíces de este tipo de compromisos de entrega constante de revolucionarios colombianos por el gobierno venezolano, y medir sus nocivas consecuencias en la construcción por ambos pueblos, de la Patria Grande Bolivariana (…) En este procedimiento demoledor de toda conducta civilizada, fueron pisoteados impunemente los convenios internacionales sobre Derechos Humanos y Diplomáticos, la Convención de Ginebra, el Pacto de San José de Costa Rica y tantos más»(27).
«La deportación de Pérez Becerra no es un episodio aislado(…) Dicha conducta, alejada de la solidaridad revolucionaria (…) compromete principios del ideario bolivariano, sin distinguir entre quienes son los amigos y quienes los enemigos reales del proceso revolucionario bolivariano en Venezuela y en Colombia. El secuestro y la deportación de Joaquín Pérez Becerra, realizada en una operación mixta por los cuerpos de inteligencia y fuerzas de la seguridad de las Repúblicas de Colombia y Venezuela, ha de alertarnos sobre los efectos perversos de desviaciones ideológicas y políticas. (…) El comunicado del Ministerio de la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela, (fue) elaborado con el lenguaje inquisitorial tomado prestado de la oligarquía colombiana cuando apunta a la resistencia popular contra la injusticia social (…)» Esto expresó el comunicado oficial: «El Gobierno Bolivariano ratifica así su compromiso inquebrantable en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y el crimen organizado, en estricto cumplimiento de los compromisos y de la cooperación internacional, bajo los principios de paz, solidaridad y respeto a los derechos humanos«. (Ibíd. )
El analista J.A Gutiérrez D., refiriéndose al comunicado: «No solamente condena a Pérez Becerra antes del juicio, sino que además denomina «terrorismo» a la insurgencia mientras que el Estado colombiano sería la encarnación de la «paz, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos» (el mismo Estado colombiano de los falsos positivos, de las torturas a más de 7.000 presos sin debido proceso, el mismo de las decenas de miles de desaparecidos (…) el mismo del paramilitarismo, la parapolítica y la limpieza social)» (28)
Gutiérrez expresa: «estas extradiciones son parte de un proceso de guerra sucia total (…) por parte del Estado colombiano, que desde el 2002 ha decidido cerrar toda puerta al diálogo político y jugárselas por el exterminio (…) El componente jurídico de esta guerra tiene diversos aspectos, incluido el concepto de Guerra Jurídica en contra de toda forma de oposición, defensores de derechos humanos, periodistas, jueces, etc. (…) El concepto de utilizar las extradiciones como estrategia de guerra y la abierta intromisión del Ejecutivo en el quehacer judicial han sido también detallados en el tercer punto del llamado «Salto Estratégico», la política que define la estrategia militar contrainsurgente del Estado colombiano desde el 2009, con el cual se busca:
«articular el sistema judicial para que éste produzca resultados ejemplarizantes, (…) La extradición, en particular, ha sido usada como herramienta en este componente; otro mecanismo muy socorrido fue evitar la judicialización por rebelión y promover condenas por terrorismo (…) Al mismo tiempo, se intentó crear un sistema de protección jurídica a los efectivos de las Fuerzas Militares, con el objeto de prevenir la desmoralización de la tropa ante eventuales condenas por violaciones de los derechos humanos«[7]»
El mismo Santos, entonces Ministro de Defensa, había dicho en Marzo del 2009 que «seguiremos con el tema de la judicialización»[8]
En este escenario, el acoso judicial a los internacionalistas asume un rol central, y aún cuando no se consigan todas las extradiciones solicitadas, se consigue que los defensores de derechos humanos (…) deban entrar al juego de defenderse en lugar de denunciar al régimen.»
Evidentemente, es momento de abrir el debate: el devenir de nuestros pueblos no puede ser sacrificado a las adulaciones y las censuras. Y a los que llaman a la censura con su «carta de desagravio a Chávez»: decirles que ojalá pudieran entender que la verdad no es un «agravio»; la verdad es una necesidad revolucionaria.
Lo peor de todo este asunto, es que Venezuela aún puede pedir la retroacción de la entrega (figura prevista en el DIH en caso de violación del debido proceso), pero los censores han tapado la posibilidad de que esto se de, contribuyendo a mantener enjaulado a un sobreviviente del genocidio, y a un periodista encarcelado para callar su voz, que enfrenta un descomunal montaje judicial por parte del régimen colombiano.
Si nos quedamos callados, habrá más entregas de perseguidos políticos: y la cacería humana continuará intensificándose, amordazando el pensamiento crítico y alejando las esperanzas de paz mientras se acrecienta el genocidio contra el pueblo colombiano. Estamos en un momento capital para el devenir de la región, y para el devenir de la ética: componente imprescindible a cualquier proceso revolucionario. Podemos aceptar el silencio y ponerle una sordina a los torturados del genocidio colombiano; o podemos decir que no aceptamos ser cómplices con un genocidio, y abrir el debate para rescatar la verdad, la solidaridad, la coherencia y la ética como fundamentos imprescindibles.
NOTAS:
Entrevista a Enrique Santiago sobre el caso Joaquín Pérez Becerra
Ver también el completísimo documentos de la Asociación Americana de Juristas, capítulo Venezuela.
(2) 5000 militantes de la UP exterminados
El rostro de la «democracia» electorera: Genocidio político perpetrado por el Estado Colombiano
http://www.rebelion.org/
Exterminio de la UP: plan «Baile Rojo». Documental de Yesid Campos acerca del genocidio político de la Unión Patriótica: http://video.
(4)Venezuela Violó el DIH y las leyes venezolanas: «Joaquín Pérez no fue extraditado, sino entregado irregularmente. El Gobierno venezolano aún puede rectificar»
PCV: Lo ejercido contra el periodista Joaquín Pérez Becerra fue un acto totalmente ilegal:
http://www.youtube.com/watch?
Luis Britto: entrega inconstitucional, no extradición.
http://www.aporrea.org/
(5) El 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo, son asesinados en Colombia: http://www.rebelion.
(6) En Colombia el crimen de estado de la desaparición forzada rebasa ya las terribles cifras de la dictadura argentina y chilena reunidas:
TRIBUNAL INTERNACIONAL DE OPINION; «LA DESAPARICION FORZADA UN CRIMEN DE ESTADO» Veredicto. Senado del Congreso de la República. Bogotá 24, 25 y 26 de Abril de 2008: http://www.dhcolombia.
El crimen de Estado de desaparición forzada de la «democracia» en Colombia ha rebasado las dramáticas cifras de la dictadura argentina: sólo en 3 años el Terrorismo de Estado ha desaparecido a 38.255 personas. Para una estimación total en los últimos 20 años de 250.000 personas desaparecidas… http://www.
Piedad Córdoba, Madrid, mayo 2010 «Hay 250.000 desaparecidos en Colombia en los últimos años» : http://www.rebelion.
(7) « Al mes de noviembre de 2010, las estadísticas oficiales del gobierno de Colombia registran más de 51.000 Desapariciones» señala un reporte de 2011 de la US officeen Colombia: http://lawg.org/
Desaparición, crimen del Terrorismo de Estado en Colombia: http://
(8)Informe Fiscalía, enero 2011 : 173.183 asesinatos; 1.597 masacres; 34.467 desapariciones forzadas, y al menos 74.990 desplazamientos forzados, cometidos entre 2005 y el 31 de diciembre 2010 por el paramilitarismo: http://www.
(9) Miles de asesinatos de civiles perpetrados por militares, llamados «falsos positivos» : niños y jóvenes asesinados por el ejército colombiano para después disfrazar sus cadáveres de «guerrilleros abatidos en combate» ; asesinatos impulsados por una directiva gubernamental de recompensas por cadáver (directiva 029), y enmarcados en la guerra sucia contra el pueblo colombiano auspiciada por Estados Unidos.
Wilikeaks confirma: Militares admiten política estatal de asesinatos de civiles por parte del ejército colombiano: http://www.
http://www.falsos-positivos.
Reportaje Telesur «Falsos positivos crímenes verdaderos»: http://www.
http://www.youtube.com/watch?
http://www.youtube.com/watch?
Evidencias fotográficas «falsos positivos», estremecedor Video, varias veces censurado con la argucia de «notificaciones de terceros por infracción de derechos de copyright» http://www.youtube.
2 campesinos asesinados en el Meta y televisados como «abatidos en combate» http://www.youtube.
Y el reportaje fotográfico de la Revista Semana evidencias fotográficas «falsos positivos»: http://www.semana.
http://www.rebelion.org/
Informe especial – Los niños y las niñas: otras víctimas de asesinatos por parte del Ejército colombiano»: http://www.
http://www.youtube.com/watch?
La ONU tiene pleno conocimiento de estos asesinatos de civiles, de al menos 3.000 casos documentados, lo que permite ampliamente establecer sistematismo en el asesinato de civiles por parte de un Estado. ONU sabe de falsos positivos y no hace nada concreto. Consultada Piedad Córdoba respondió: «El Gobierno dice que fueron unos 2.000, pero nosotros creemos que fueron, al menos, unos 5.000».
ONU documentaba existencia «falsos positivos» antes de que salieran a la luz
ONU eleva a 3000 las ejecuciones extrajudiciales en Colombia, 24 febrero 2011
(10) En mayo 2011 el CINEP publicó un informe en el que evidencia que los asesinatos de civiles a manos de militares, lejos de disminuir, han aumentado bajo la presidencia de Santos
Informe especial Falsos Positivos 2010 El Cinep afirma que aumentaron las víctimas de asesinatos de civiles a manos de militares
CINEP /PPP (10-05-2011)
(11) La mayor fosa común de Latinoamérica, ubicada detrás del batallón militar de la fuerza estrella del Plan Colombia, la Fuerza Omega, en la Macarena, departamento del Meta. (5) La http://www.publico.es/
http://www.rebelion.org/
(12)» Denuncian el hallazgo de al menos 1.505 cuerpos más en fosas comunes en Colombia, en el Meta, en la misma región que la mayor fosa común del continente, con 2.000 cadáveres hallada en diciembre 2009, y cuyos cadáveres son cuerpos de desaparecidos y asesinados por el ejército, como quedó evidenciado en las Audiencias públicas a testigos y familiares de desaparecidos» http://www.
(13) El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE) denuncia en marzo 2011: «Las acciones del gobierno de Santos para encubrir el paramilitarismo en su nueva etapa de reingeniería conocida con el eufemísitico término de bandas criminales (bacrim). (…) la persistencia de los Crímenes de Lesa Humanidad se encubre bajo la denominación de Bandas Criminales, que es parte de la reingeniería paramilitar y la falsedad del espectáculo de las desmovilizaciones. Persistiendo el poder mafioso, político y empresarial en las estructuras paramilitares. (…) continúa la criminalización de la protesta social, la judicialización de campesinos, estudiantes y defensores de DDHH, con la prolongación de la práctica de la desaparición forzada, la violencia sexual» http://www.
(14) Organizaciones populares venezolanas, el PCV, intelectuales y artistas repudian la entrega del periodista, y repudian los acuerdos de entrega de perseguidos políticos con Santos: http://www.youtube.
(15) El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en declaraciones al diario El Tiempo de Bogotá el 25 de abril, expresó acerca de la entrega del periodista: «el sábado llamé al presidente Chávez y le dije que un tipo muy importante para nosotros de las Farc llegaba en un vuelo de Lufthansa esa tarde a Caracas y que si lo podía detener. No titubeó. Lo mandó capturar y nos lo va a entregar.» http://www.
(16) Discurso Hugo Chávez, criminalizando a la crítica: http://www.youtube.
(17) Comunicado que contiene una censura, velada por aparentes nobles propósitos: http://www.
(18) O bien cosas tan insidiosas contra los sobrevivientes de un genocidio como: «¿Cómo sabemos, a estas alturas, que Joaquín Pérez Becerra es AUTÉNTICAMENTE un compañero? ¿Cómo sobrevivió y pudo salir de Colombia, cuando todos los demás murieron, en ataques furibundos?» Citado en: www.kaosenlared.net/
(19)»Cualquier ciudadano que sospeche que pueda estar en las listas del gobierno colombiano (cuya fuente son la computadoras de Raul Fuentes (sic.))(…) o que tiene que hacer cualquier persona que este en estas circunstancias, es no ir a Venezuela, porque con esta acción perjudica, y comprometa la revolución bolivariana, convirtiéndose, en un arma arrojadiza contra esta» (sic) http://www.
(20) » Quien obre por decisión o inadvertencia contra la concreción de la Celac, está haciendo algo muy grave(…) Y quien apele a la política de los hechos consumados, no puede gemir luego porque encuentra frente a sí, también, hechos consumados.» (20)
http://www.rebelion.org/
(21) De Jair Klein a Joaquín Pérez
Jaime Cedano Roldán (06-05-2011)
(22)Luis Britto. entrega inconstitucional, no extradición: http://www.
(23) También destaca Gonzalo Gómez, fundador de Aporrea.org, en su artículo «En el caso Pérez Becerra había otras opciones ¿Por qué se escogió la peor?», http://www.aporrea.org/
(24) Lucía Ruiz anota con mucha pertinencia que: « Acontecimientos importantes permiten que afloren nobles y éticos principios, o en su defecto, perversas pasiones y falencias ideológicas
El Presidente Chávez y el ‘Asunto Joaquín Pérez’
Lucía Ruíz (07-05-2011)
http://www.rebelion.org/
(25) La venezolana Ilenia Medina recuerda que: « En diversas oportunidades hemos planteado la imperiosa necesidad de que Venezuela debe acabar con el irresponsable procedimiento de deportar a los ciudadanos colombianos. Toda solicitud que efectúe Colombia debe ampararse bajo los procedimientos jurídicos más apegados al estado de derecho. Eso es lo que le sale a un país cuya Constitución Nacional declara que Venezuela es un Estado Social de Derecho y de Justicia. Sin embargo, son las autoridades colombianas, sin moral para ello, que le exigen a Venezuela «garantías» para extraditar a Makled.»
(26) Roosevelt Barbosa señala: « Joaquín Pérez Becerra solo fue la gota que derramó el vaso. Incluso se han entregado combatientes heridos, lo que está indicando que no son errores circunstanciales las entregas, sino políticas de Estado acordadas entre ambas naciones. Es a esto que sí es muy grave, que debe responder el presidente, explicar con claridad si seguirá o no entregando a los colombianos reclamados por el gobierno de las inmensas tumbas clandestinas.» (25)
http://www.kaosenlared.net/
(27) Joaquín Pérez Becerra, ¿error inexcusable o política de Estado? Hugo Gómez (09-05-2011)
(28) Chávez colabora con el linchamiento judicial de luchadores colombianos: http://www.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.