La agenda de diálogos pactada el 30 de marzo del 2016 en la ciudad de Caracas, Venezuela, dejó claro el espíritu amplio y la importancia de que la Mesa vincule las propuestas de la sociedad civil en su discusión, como elemento fundamental para el avance en los puntos 2 y 3 Democracia y Transformaciones para […]
La agenda de diálogos pactada el 30 de marzo del 2016 en la ciudad de Caracas, Venezuela, dejó claro el espíritu amplio y la importancia de que la Mesa vincule las propuestas de la sociedad civil en su discusión, como elemento fundamental para el avance en los puntos 2 y 3 Democracia y Transformaciones para la paz respectivamente.
Sobre la Participación de la sociedad en la construcción de la paz, se definirán los escenarios y formas para el desarrollo general y debate de ideas, en el camino de la solución política, que debe tener como punto de partida todos los esfuerzos populares y nacionales. Aquí se decidirán las dinámicas y metodologías para el debate, su ordenamiento territorial, regional y nacional. El trabajo fundamental de la Mesa debe ser generar los procesos de decisión temática, los criterios de participación protagónica y la vinculación de estas propuestas al desarrollo de la agenda, como se encuentra consignado en los literales a, b y c del punto 1.
La participación de la sociedad será:
En función de iniciativas y propuestas que hagan viable la paz, en el curso y contexto de este proceso.
Sobre los temas de la agenda.
Un ejercicio dinámico y activo, incluyente y pluralista, que permita construir una visión común de paz que propicie las transformaciones para la nación y las regiones.
Democracia y Transformaciones para la paz, necesitan la participación protagónica y diversa del conjunto de la sociedad colombiana. La realidad será la fuente para el debate y el análisis, las visiones del país que queremos transformar. Las formas que nuestro pueblo se ha dado en la búsqueda de defender sus derechos o sus propuestas políticas, sociales, culturales o económicas y las consecuencias de las respuestas del régimen en esa cotidiana conflictividad que vive Colombia. Las condiciones en que las masas han ejercido los derechos establecidos y el comportamiento de quienes tienen la obligación de cumplirlos y hacerlos cumplir. Todo este debate dará una suma de propuestas que se llevarán al punto de Transformaciones para la paz.
El proceso de solución política entre el Ejército de Liberación Nacional y el Gobierno Nacional en sus primeros días de Fase Pública, discutió las reglas de juego para las conversaciones y la creación de dos sub-mesas que trabajarán en simultánea, una encargada de estudiar las acciones humanitarias y un posible cese al fuego bilateral y otra, sin duda, la más importante que planteará la metodología, forma y principios para la participación de la sociedad civil en la construcción de una paz justa y verdadera.
Pese a estos esfuerzos y acuerdos consignados en diversos documentos las visiones y comprensión de la participación de la sociedad siguen siendo diferentes para las partes sentadas a la Mesa. El gobierno pretende hacer de la participación una mera consulta y hasta desdibuja su importancia y carácter amplio al exigir que no sea «tumultuosa» ni vinculante desconociendo la importancia de las propuestas que puedan surgir de ese sinnúmero de colombianos y colombianas que nunca han sido tenidos en cuenta por el Estado.
Para el ELN la participación de la sociedad es un proceso histórico que debe dar cuenta de los acumulados de lucha y resistencia del pueblo colombiano en la búsqueda de un país en paz con justicia social, donde sin importar la dificultad que ello implique todas las propuestas deben ser valoradas y tenidas en cuenta a la hora de construir una agenda de nación que permita iniciar la democratización del país.
Como lo ha dicho el Comandante Pablo Beltrán, jefe de la delegación de diálogos en repetidas ocasiones, en este proceso no se trata de cómo va la guerrilla o de las condiciones necesarias para garantizar su paso a la lucha política legal, sino que este proceso es la oportunidad para que todos los colombianos sin importar su posición social, académica o territorial, expongan sus visiones y exijan los cambios que crean pertinentes y que hasta el momento no han sido escuchados por los dueños del poder económico y político.
Por lo tanto, el ELN considera que la voz del pueblo y la nación es un mandato de obligatorio cumplimiento y llama al pueblo colombiano y la nación entera a movilizarse en defensa de su voz y darle el lugar que merece su protagonismo en este proceso de solución política al conflicto. Nos encontramos ante un hito histórico para la organización y la participación en el diseño de un nuevo país. Y en ese sentido, solo de la fuerza popular que logre acumular la organización y movilización social, dependerá que las dos partes se comprometan y cambien cuanto sea necesario tanto en su forma como en su esencia.
Sin embargo, la sociedad debe organizarse y hacer sentir su voz de participación en el proceso de paz y en todos los escenarios políticos y sociales de la vida del país. Por ejemplo, de cara a las elecciones de 2018 las organizaciones sociales y movimientos populares deben exigir a los protagonistas de la campaña, (partidos y sectores democráticos, progresistas y de izquierda) una consulta popular para elegir un único candidato que represente los intereses de las mayorías hacia un gobierno de Nación Paz y Equidad.
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