La negativa del gobierno viene a ratificar que algunos militares también fueron victimas de sus propios compañeros de armas. Sin embargo, no tendrán la misericordia del Estado. Esa es la diferencia que distingue la calidad de victima y victimario. La decisión del gobierno chileno de no indultar a los violadores de los Derechos Humanos aparece […]
La negativa del gobierno viene a ratificar que algunos militares también fueron victimas de sus propios compañeros de armas. Sin embargo, no tendrán la misericordia del Estado. Esa es la diferencia que distingue la calidad de victima y victimario.
La decisión del gobierno chileno de no indultar a los violadores de los Derechos Humanos aparece como una señal potente del Ejecutivo respecto de ser un gobierno que no indulta y que suele tener la mano dura respecto del delito.
Sin embargo, la medida evitó un conjunto de situaciones y nuevos escenarios respecto de la violencia política acontecida en el país, durante la dictadura militar y que el actual gobierno no desea enfrentar.
El indulto es finalmente una decisión política y no solamente jurídica. Vale decir, tiene un origen jurídico, pero inevitablemente tiene un transfondo político, por que recae exclusivamente en la figura del Presidente de la República. Esto implica que la responsabilidad de otorgar indulto, puede ser un factor de doble filo, cuyo costo político, tendrá que asumir necesariamente el Presidente.
En relación a la justicia aplicada y sancionada por los jueces, mediante largos y costosos juicios, el indulto, como un acto administrativo, provoca una reacción negativa, en las victimas y su entorno, lo que también recibe la adhesión de otros sectores de la sociedad, sobre todo por la ausencia de un seguimiento eficaz sobre los condenados.
Respecto de cómo superar los dolores políticos producidos en Chile, en la historia reciente de nuestro país, en gran medida tiene que ver con el pedir perdón a las victimas. Mientras los altos mandos de las FFAA y de Orden, no admitan la responsabilidad institucional en la sistemática violación de los derechos humanos en el país, es difícil que el país entienda la petición de indulto para los militares, aunque sean de rango menor.
Lo que finalmente ocurrió en la decisión del No Indulto, tiene mucho que ver con el reconocer y el perdonar. El perdón es individual y le corresponde a cada una de las victimas y su entorno. Reconocer, es un acto de valentía, y ello provoca que el victimario, asuma la pena que le asignó Estado y esta debe cumplirse íntegramente.
Los derechos humanos son universales y la ciudadanía mundial, rechaza las amnistías, y todo los que se parezca a punto final. Sobre todo en Chile, cuyos puntos de detención para militares, cuentan con altos standards de calidad, respecto de las demás cárceles del país.
Los militares que podrían haber sido, beneficiados con el indulto, son precisamente aquellos de menores rangos, que en ocasiones obedecieron órdenes superiores, y no tuvieron posibilidades de evitarlas. La negativa del gobierno, viene a ratificar que también fueron victimas de sus propios compañeros de armas. Sin embargo, no tendrán la misericordia del Estado. Esa es la diferencia que distingue la calidad de victima y victimario.
* El autor es docente de la Universidad ARCIS, Valparaíso.