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Lo que no dijo el informe sobre violación del Cese al Fuego

Fuentes: Fipu Press

Aunque parezca que hay un empate técnico, o protocolario, lo cierto es que las FARC infringieron el protocolo, pero ello no implica que hayan cometido una acción hostil contra la Fuerza Pública, es decir, que hayan atacado al Ejército violando el Cese al Fuego. Sin formularse preguntas, los medios de comunicación reprodujeron el informe realizado […]

Aunque parezca que hay un empate técnico, o protocolario, lo cierto es que las FARC infringieron el protocolo, pero ello no implica que hayan cometido una acción hostil contra la Fuerza Pública, es decir, que hayan atacado al Ejército violando el Cese al Fuego.

Sin formularse preguntas, los medios de comunicación reprodujeron el informe realizado sobre la muerte de dos guerrilleros de las FARC a manos del Ejército en el sur del departamento de Bolívar el 13 de noviembre, hechos que son violatorios del cese al fuego acordado desde el 29 de agosto por Gobierno y guerrilla.

El informe, que provino del Mecanismo tripartito de Monitoreo y Verificación (MM&V) del Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo, instancia definida por las partes -y conformado por Gobierno, FARC y ONU- para estudiar este tipo de casos, realmente se ciñó a lo protocolario, sin reflexiones que toda Colombia y la comunidad internacional requieren plantearse.

Recordemos que para evitar incidentes y propiciar un clima más seguro para la verificación del cese al fuego, el 13 de octubre se acordaron protocolos que incluían varios puntos de preagrupamiento transitorios para la guerrilla en diferentes zonas del país. No obstante, un mes después, el 13 de noviembre, un incidente prendió las alarmas en Colombia: tres guerrilleros que no estaban en uno de los sitios de preagrupamiento fueron atacados por el Ejército, con un saldo de dos guerrilleros muertos y uno detenido.

Diecisiete días después, el 30 de noviembre, el MM&V   produjo el informe oficial donde concluyó que tanto las FARC como el Gobierno violaron el Cese al Fuego. Afirma el informe, o el análisis, que la guerrilla lo violó porque estaba por fuera de » los Puntos de Preagrupamiento Temporal armados y uniformados sin coordinación previa con el MM&V», y también el Gobierno porque la «Fuerza Pública abrió fuego contra los miembros de las FARC-EP sin mediar otra acción», pensando que eran guerrilleros del ELN.

Sin embargo, aunque parezca que hay un empate técnico, o protocolario, lo cierto es que las FARC infringieron el protocolo, pero ello no implica que hayan cometido una acción hostil contra la Fuerza Pública, es decir, que hayan atacado al Ejército violando el Cese al Fuego. Porque así suene extraño, o quizá confuso, una cosa son los protocolos para facilitar el Cese al Fuego, y otra cosa son las dinámicas de la guerra, las acciones hostiles y ofensivas entre adversarios que deben tenerse en cuenta dentro de un Cese al Fuego para decir que hubo una violación del mismo.

Caso contrario sucede con la Fuerza Pública que, argumentando atacar a la guerrilla del ELN, disparó a matar contra los guerrilleros de las FARC. Y más grave aún, sin que el «adversario» estuvieran en actitud ofensiva o defensiva, puesto que no hubo combate, según lo estableció la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó (Aheramigua) en un informe realizado después verificar los hechos y analizar los testimonios de la comunidad:

«Narran los habitantes que aproximadamente a la 1:30 p.m, ‘Joaco’ (guerrillero de las FARC) se encontraba hablando por celular y de manera inesperada cayó al piso. El disparo que recibió fue levemente percibido. En ese momento, ‘Mónica’ (otra de las guerrilleras) se inclinó a ver qué le sucedió y también recibió un disparo quedando en el suelo. Las personas allí presentes se dan cuenta que son francotiradores».

En este sentido, el informe realizado por Aheramigua establecería que quien realizó acciones de guerra, violatorias del Cese al Fuego, habría sido el Ejército. Pero más que acciones de guerra, estaríamos hablando de asesinato, algo que el informe del MM&V denomina, en forma protocolaria, como abrir fuego «sin mediar otra acción».

Con la información suministrada por Aheramigua quedaría claro que la acción de disparar a matar fue premeditada, que no existió combate o acción ofensiva que detonara el ataque, y que independientemente de si el Ejército creyera que atacaba al ELN, lo que ocurrió ese 13 de noviembre fue el asesinato de dos personas.

Por ello, estos hechos revisten un carácter gravísimo. Porque la responsabilidad del debate sobre lo ocurrido sobrepasa el tema del Cese al Fuego entre las FARC y el Gobierno. Lo que evidencia la acción del Ejército es que aplicó la pena de muerte a dos personas en un Estado que en la forma presume de democrático, pero en cuyo fondo ocurren hechos propios de una dictadura militar, tan graves como los 126 integrantes de Marcha Patriótica asesinados en tan solo cuatro años.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.