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Lo que nos jugamos en Ucrania

Fuentes: Rebelión

Soy uno de los firmantes del manifiesto “No a la guerra” del Comité científico de ATTAC España. Putin no representa ni los valores ni el tipo de liderazgo necesario para el mundo a construir del Bien Común de la Humanidad.

Para comprender lo que nos jugamos en la guerra de Ucrania debemos responder tres preguntas: ¿Quién se beneficia de una guerra en territorio europeo? ¿Con qué instrumento se ha provocado la guerra? ¿Quién ha tenido la oportunidad de utilizarlo? No hay que elegir entre Putin y OTAN, porque ambos nos llevan al suicidio de la especie humana. El cambio climático y la desigualdad avanzan inexorablemente también con la guerra. Tampoco la actual y neoliberal instituciones de la UE tienen cabida en el futuro a construir.  La tarea histórica de la humanidad que somos aquí y ahora es avanzar construyendo nuestra propia alternativa sobre la conciencia de pertenencia a una única y fraterna Humanidad. La Paz como uno de los pilares esenciales del Bien Común de la Humanidad.

Las tres ideas fuerzas del comunicado son: 1.- La intervención militar rusa en Ucrania pone en grave peligro la paz en nuestro continente. 2.- La población europea está siendo arrastrada a participar en un juego geopolítico en el que no tiene nada que ganar. 3.- El uso de la fuerza debe desterrarse absolutamente y para siempre de las relaciones internacionales. No a la guerra sin matices.

La Paz es el único camino posible. Formación y cultura de Paz será esencial en el mundo a construir, como uno de sus pilares básicos, sobre el que sostener el “Demos”, el espíritu común de una humanidad intercultural. Ante el uso de la guerra por Putin en Ucrania el “No a la guerra” sin matices se hace imprescindible.

Putin no representa ni los valores ni el tipo de liderazgo necesario para el mundo a construir del Bien Común de la Humanidad. Los valores que representa Putin son los de un nacionalismo ruso, surgido de las cenizas del empobrecimiento, hambrunas (provocaron numerosos casos de canibalismo) y privatización de los servicios esenciales públicos tras la disolución de la URSS, con la implantación de un capitalismo mafioso feroz. Su estilo de liderazgo y apoyo social, indiscutible entre su población, son incompatible con el necesario liderazgo compartido de la futura y necesaria democracia participativa. Sin olvidar sus estrechos lazos con la extrema derecha occidental a la que ha financiado a través de los bancos rusos.

Para comprender lo que nos jugamos en la guerra de Ucrania debemos responder tres preguntas: ¿Quién se beneficia de una guerra en territorio europeo? ¿Con qué instrumento se ha provocado la guerra? ¿Quién ha tenido la oportunidad de utilizarlo?

Tras la condena sin matices de la agresión rusa a Ucrania y la personalidad de Putin debemos analizar los procesos e intereses en marcha si queremos comprender lo que realmente nos jugamos en la guerra de Ucrania. Con esta agresión perdemos la ciudadanía ucraniana, la rusa y la europea, además de acercar peligrosamente a la humanidad a una confrontación militar nuclear global, a la III Guerra Mundial.

¿Alguien gana, o cree ganar, con una guerra larga, lo más destructiva posible y extensa territorialmente en suelo europeo? La respuesta, por desgracia, es Si.

Entre 2008 y 2009 se pone en marcha el BRIC, alianza económico comercial entre Brasil, Rusia, India y China. En 2011 se incorpora Sudáfrica. Se considera el paradigma de la cooperación sur-sur, suponiendo el cuestionamiento del FMI y del BM a los que les exige que promuevan relaciones de igualdad entre países en vez de intermediar entre países ricos y países del sur. Su propia existencia cuestiona el statu quo de la economía internacional y la hegemonía unilateral de EE UU.

En 2013 el presidente chino Xi Jinping lanza la iniciativa de la nueva ruta de la seda “Un cinturón, una ruta”. Una estrategia de desarrollo de infraestructura sin precedentes para crear una red de ferrocarriles, rutas y conductos que unirían China, Asia Central, Asia Occidental y parte de Asia del Sur con la Unión Europea. Se estableció para impulsar las relaciones comerciales y financieras de los países ubicados a lo largo de sus recorridos continentales y marítimos. Esta iniciativa busca vertebrar el super continente euroasiático con redes energéticas, alimentarias, transportes de todo tipo que consoliden el comercio y el intercambio intra continental. De lograrlo más del 80% de la población y del PIB mundial, así como las materias primas esenciales para la producción se encontrarían dentro de este territorio interconectado. La incorporación de la Unión Europea es esencial para su consolidación, dado su poderío económico actual. De ahí la importancia estratégica del Nord Stream 2 como enclave de interconexión energética.

EE UU y sus grandes corporaciones privadas ven como una amenaza la consolidación tanto del BRICS como la estrategia “Un cinturón, una ruta”, pues quedarían en una situación marginal en América. La primera victima de la guerra de Ucrania, en territorio europeo, ha sido Nord Stream 2 que ha quebrado. Esta confrontación militar entre la UE y Rusia trunca la vertebración del super continente euroasiático y, en ese sentido, EE UU se beneficia. En este enfrentamiento las grandes corporaciones privadas también se ven directamente constreñidas. Están compitiendo entre ellas. Pero las chinas están controladas desde el Partido Comunista Chino y en aspectos esenciales al margen de las leyes internas de competencia, absorción y fusiones del mercado capitalista, por lo que las occidentales igualmente quedarían en una situación de marginalidad. En cuanto a las corporaciones rusas se convierten con la guerra en posibles espacios de saqueo y expolio. De ahí que veamos como las grandes corporaciones occidentales toman partido desde el momento que la resistencia al ejército ruso es funcional.

El mejor escenario posible para EE UU es que se repitiera lo ocurrido en la II Guerra Mundial: guerra en toda Europa con Rusia, larga, destructiva y lo más extensa territorialmente, mientras ellos detrás del océano atlántico se reservan para apoyar al final al bando perdedor desnivelando la balanza. Posteriormente financiarían la reconstrucción garantizando su hegemonía por otros veinticinco años.

Señalar que hasta ahora nos movemos dentro del actual paradigma de producción, consumo y distribución y, por lo tanto, viven su tiempo de agonía, pues no tienen ningún futuro posible. El BRICS y “Un cinturón, una ruta” llevan en su seno elementos esenciales del paradigma por venir., aún por desarrollar.

¿Con qué instrumento se ha provocado la guerra? Con la ruptura de la vía diplomática. Todos los países de UE apostamos por la vía diplomática. Rusia tampoco quería romperla, pues el tiempo juega a favor de China y Rusia. Putin en su declaración de diciembre de 2021 pedía el compromiso de que Ucrania no entraría en la OTAN y el cumplimiento de los acuerdos de Minsk. Los acuerdos de hoy se rompen mañana, como los de 1991 de no ampliación de la OTAN. ¿Era imposible aplazar la entrada de Ucrania en la OTAN?

¿Quién ha tenido la oportunidad de utilizarlo? EE UU y la OTAN exclusivamente, que son los que han llevado la negociación y han adoptado las decisiones sin tener en cuenta las opiniones de los países de la UE. Putin a ninguneado a la UE intentando dividirla y hablando exclusivamente con determinados países. Pero EE UU también han ninguneado a la UE, y no solo ahora. Tardaron tres meses en responder a Putin. ¿Por qué? Posiblemente porque lo necesitaban para articular la logística de un ejercito de mercenarios especializados en guerra urbana, con años de experiencia en Irak, Libia, Siria, … que garantizara un “largo conflicto”. Putin ha errado desde el punto de vista estratégico ordenando la agresión militar a Ucrania. De las guerras se saben quién, cuando y cómo se inician, pero nadie sabe nunca como evolucionan y terminan. Ninguno de ambos bandos.

Si estoy en lo cierto, no sería descabellado esperar alguna otra agresión militar fuera del espacio territorial de Ucrania, que extendiera territorialmente el dolor, la destrucción y la desolación de la guerra. Los valores de la UE y nuestro estilo de vida no le importan a Putin. Pero tampoco a la OTAN. ¿No dramaticemos con la III Guerra Mundial? Mucho me temo que ya hayamos entrado en ella sin nuestro consentimiento y forzados. La UE es un enano político y militar. Sigue siéndolo y lo que está ocurriendo lo pone de manifiesto. Que nadie dude que en el supuesto de descontrol de la situación EE UU se replegaría tras el océano Atlántico y Reino Unido volvería a hacerlo en su isla, dejando a la UE indefensa.

No hay que elegir entre Putin y OTAN, porque ambos nos llevan al suicidio de la especie humana. El cambio climático y la desigualdad avanzan inexorablemente también con la guerra. Se aceleran todos los procesos de autodestrucción.

Tampoco las actuales y neoliberales instituciones de la UE tienen cabida en el futuro a construir del Bien Común de la Humanidad. Su falta de democracia y esencia neoliberal las inhabilitan. La UE actualmente no dispone de ningún líder o lideresa real. La ciudadanía europea está siendo arrastrada a participar en un juego geopolítico en el que no tiene nada que ganar.

La tarea histórica de la humanidad que somos aquí y ahora es avanzar construyendo nuestra propia alternativa sobre la conciencia de pertenencia a una única y fraterna Humanidad. Es la tarea histórica que, quieran o no, nos ha caído encima, sobre todo a la generación que tiene entre 15 y 45 años, a los que no les queda más remedio que luchar por su supervivencia y futuro. La Paz es uno de los pilares esenciales del Bien Común de la Humanidad. El NO a la guerra en Ucrania y Europa ha de ser un grito mundial.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.