Escribo a media tarde del domingo 3 de enero, después de que Gabriela Serra, una exdirigente del MC, que ya había intervenido en varias ocasiones en la rueda de prensa de la CUP, estaba resumiendo en castellano los resultados de la reunión de la organización independentista de los Países Catalanes. No se han podido oír […]
Escribo a media tarde del domingo 3 de enero, después de que Gabriela Serra, una exdirigente del MC, que ya había intervenido en varias ocasiones en la rueda de prensa de la CUP, estaba resumiendo en castellano los resultados de la reunión de la organización independentista de los Países Catalanes.
No se han podido oír bien las preguntas de los periodistas, sin duda nacionalmente sabrosas, ni he podido comprobar la exactitud de los datos facilitados por algunos de los dirigentes de la CUP. No tengo información sobre disidencias internas (algún periodista ha preguntado por una posible dimisión de Antonio Baños) y sé menos aún de los comentarios y reflexiones de las diferentes corrientes del mundo nacionalista catalán. Nos las podemos imaginar. Carme Forcadell ha tomado según cuentan tres litros de tila.
Lo que importa ahora es apuntar los tres nudos básicos de la comparecencia:
1. La CUP mantiene su abstención, las de sus 10 diputados (insisto 10) a la investidura de Mas. Nada que no supiéramos sin restar importancia a su ratificación.
1.1. Los estrategas de Junts pel Sí seguro que han pensado en un escenario como éste. Las llamadas y presiones a determinados diputados de la CUP, y probablemente también a miembros de Catalunya Sí Que Es Pot, seguramente ya estaban apuntadas y apunto de llevarse a cabo.
1.2. Ni que decir tiene que cualquier éxito de Junts pel Sí en esa lista recordaría el tamayazo y sería una estafa política de dimensiones inadmisibles.
2. La CUP, contradiciendo la posición mantenida por Antonio Baños la noche del 27 S, ha repetido en varias ocasiones que se ganó el plebiscito realizado en esa fecha. Nada más lejos de la realidad: Baños tenía razón. Se perdió la votación y se tiene mayoría de escaños gracias a una ley electoral, en absoluto proporcional, pensada para situaciones como esta.
2.1. Sin ánimo de incordiar a nadie, expresarse en esos términos es otra estafa política.
3.La CUP, como ha hecho en otras ocasiones, ha dejado claramente la puerta abierta a apoyar la investidura de otro candidato o candidata de Junts pel Sí. Raúl Romeva, por ejemplo no sería analizado con mucho distanciamiento. Pero a día de hoy, ¿significan algo muy distinto, políticamente hablando Mas y Romeva?
En resumen: La CUP ha dicho NO a Mas y eso está muy bien (qué menos!!!) pero no hay que olvidar las dos piezas complementarias que permanecen en el tablero del nacionalismo catalán.
Me olvidaba: algunos de los periodistas asistentes, como es normal en puntocat, han usado el despectivo término unionistas para referirse a federalistas, autonomistas, españolistas, etc, es decir, los no independentistas. Todo vale: es la cosmovisión dominante en el secesionismo catalán: o con nosotros o con nosotros.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.