El ex presidente del Partido Socialista (PS) y ex candidato presidencial de la izquierda, Jorge Arrate, el actual timonel del Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier y el ex secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Andrés Pascal Allende, abordan en entrevista la significación y la proyección del centenario del Partido Comunista de Chile (fundado […]
El ex presidente del Partido Socialista (PS) y ex candidato presidencial de la izquierda, Jorge Arrate, el actual timonel del Partido Comunista (PC), Guillermo Teillier y el ex secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Andrés Pascal Allende, abordan en entrevista la significación y la proyección del centenario del Partido Comunista de Chile (fundado el 4 de junio de 1912) y tocan temas sensibles en la vida política de la colectividad más antigua del país.
Arrate habló de la alianza comunista/socialista, Pascal se refirió al calificativo de «reformista» que se le pone al PC y su mirada sobre la creación del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Teillier fijó los momentos más duros y más exitosos de su partido y los objetivos actuales, mirando hacia los próximos cien años.
Frente a la interrogante de por qué el PC chileno logró arribar al centenario pese a la caída del Campo Socialista y de la crisis del socialismo, Arrate asevera: «No obstante su lealtad con la política soviética, el PC supo construir profundas y extensas raíces en el pueblo chileno y su cultura. Más allá de su formato ideológico aparentemente ortodoxo, el PC asumió e hizo suyos muchos elementos de lo nacional y lo popular. Por otra parte, aunque el mundo ha cambiado, el discriminante de clase sigue vigente. Es esta una mirada que cultiva con ahínco la base del PC, políticamente educada, disciplinada y con una fibra moral admirable». Y agrega que «el PC, además, se proyecta a la gran mayoría de aquellos que militaron en el partido aunque ya no lo hagan: siguen siendo de izquierda y no se han convertido en lobistas, gestores o grandes empresarios».
Para Pascal Allende, «más allá de las diferencias o acuerdos que haya tenido o tenga con el PC, creo que ha sido y sigue siendo una de las principales organizaciones políticas obreras y populares de nuestro país».
Enfatiza que en estos cien años los comunistas construyeron «una fuerte identidad política, podría hablarse incluso de una ‘cultura comunista’ arraigada en algunos nichos de nuestra sociedad y en su propia militancia, lo cual le ha ayudado a superar derrotas, resistir duras represiones, sobrepasar tensiones y crisis políticas internas y del contexto internacional».
El ex secretario general del MIR indica que «sin duda, la caída del Campo Socialista ha sido la más fuerte crisis de contexto que ha enfrentado el PC, y también muchos otros partidos y movimientos de orientación socialista». Sin embargo, «ello no ha matado el ideario socialista, o la utopía comunista, las que reemergen en contraposición a la persistente crisis civilizatoria del capitalismo. Chile no es una excepción. Pienso que el futuro del PC, así como de los nuevos movimientos opuestos al orden social imperante, dependerá más que nada de la capacidad que tengan de expresar y encauzar políticamente el malestar popular que se acumula en este país tan desigual e injusto. El reto es la creatividad de un pensamiento crítico que de cuenta de la realidad actual de nuestra sociedad, y la capacidad de movilizar y unir el campo popular».
Guillermo Teillier señala que «lo que se derrumbó fue una forma de concebir el socialismo, no las ideas del socialismo».
Y puntualiza que «el Partido Comunista ha seguido vigente frente a dos derrumbes o derrotas consecutivas: la del socialismo en Chile con el Presidente Salvador Allende y el derrumbe del socialismo soviético. Ello habla precisamente de la fortaleza de una ideología justa por sobre los reveses que se puedan sufrir en la lucha por construir una sociedad socialista».
El Presidente del PC agrega otro factor; que su partido «supo sobrevivir al intento de su aniquilación por parte de la dictadura, apoyado, precisamente, en las ideas que le dieron vida hace 100 años. Fueron años en que aprendió a actuar en la adversidad, a llevar adelante el análisis más profundo de la realidad y someter a juicio crítico y autocrítico su actuar, revalidando el análisis marxista para la formulación de sus propuestas políticas, y por tanto mirar con un prisma distinto, incluso cuestionando lo realizado, la construcción, la existencia misma y el futuro del socialismo, que es también hablar del futuro de Chile o de la humanidad».
¿Cuál sería la significancia de que el PC chileno cumpla 100 años? Para Arrate la fecha «revive y alimenta una memoria de lucha constante que debe enorgullecer a toda la izquierda. (Luis Emilio) Recabarren fue un comunista pero él y el Partido Obrero Socialista son referentes que todos compartimos». Para Pascal «la formación del Partido Comunista por Luis Emilio Recabarren constituyó parte de la emergencia y desarrollo del movimiento obrero chileno». Según Teillier, «es el triunfo de las ideas revolucionarias sobre la necesaria emancipación del ser humano y en especial de la clase trabajadora que sufre de la explotación a que es sometida por aquellas minorías que se han adueñado de los grandes medios de producción en nuestro país y que generan su enriquecimiento sobre la base de apropiarse de la mayor parte del valor del trabajo. Los cien años del Partido Comunista han sido un proceso de lucha, con avances y retrocesos, en la búsqueda de un sistema democrático, en el que la participación y la justicia social sean sus elementos sustantivos. El Partido Comunista sigue vigente porque esta lucha es muy actual».
RELACIÓN CON EL PS Y EL MIR
La relación entre el Partido Comunista y el Partido Socialista en las décadas pasadas está cruzada por claroscuros, pero en la retina está sellada la denominada alianza comunista/socialista que implicó, por ejemplo, llevar al triunfo electoral de Salvador Allende en 1970.
En cuanto a los vínculos entre ambos partidos, Jorge Arrate expresa que «el PC logró consolidar un partido de clase con un alto grado de politización y el PS cumplió el rol histórico de abrir un cauce para acoger sectores sociales más heterogéneos, rebeldes, críticos y con visiones diversas, los organizó en la izquierda y los formó en un espíritu unitario que hizo posible el gran movimiento que conocemos como ‘allendismo'». Adelanta el ex presidente de los socialistas que «actualmente el PS se ha anclado en un eje centrista que busca formas de atraer al PC, impulsado por sus necesidades electorales».
¿Es posible reconstruir la alianza comunista/socialista? Según Arrate «hoy el eje socialista/comunista no daría cuenta de la realidad de la izquierda. Si bien ese entendimiento sería positivo si ocurriera en el espacio de izquierda, el PS no aporta actualmente la energía transformadora que lo caracterizó y su política interna y externa ha mostrado signos de deterioro. El PC, por su parte, ha logrado -dice- una destacada presencia social, pero sus perspectivas de crecimiento enfrentan límites. Hay una izquierda distinta, extrapartidaria, de gran potencial, que no está ni quiere estar en ninguno de los dos partidos y que aún sigue dispersa y poco organizada».
Se sabe de la difícil y confrontacional relación que mantuvo el MIR con los comunistas. Sobre el tema, Andrés Pascal Allende indica que el gobierno del Presidente Salvador Allende fue el período más crítico de esa relación. «Aunque el PC fue parte, y el MIR apoyó el gobierno popular -manifiesta-, y ambos enfrentamos el golpismo, lo hicimos con estrategias distintas, y en muchas coyunturas contradictorias. El MIR convocaba a ‘avanzar sin transar’, el PC llamaba a ‘consolidar lo avanzado’. Las relaciones eran muy tensas, el debate político fue muy duro».
¿Hubo un momento positivo en el vínculo del MIR con el PC? Según el dirigente mirista «después del golpe, inicialmente, hubo algunas diferencias en la caracterización de la dictadura militar. Pero el PC y el MIR tuvimos que resistir por igual a la brutal represión dictatorial. Ambos tuvimos dolorosas pérdidas. Primero en el exterior se hicieron encuentros de la izquierda en el exilio y yo viajé a Moscú a reunirme con (Luis) Corvalán. Más adelante también en Chile, se fue desarrollando la unidad de la izquierda y de los sectores populares contra la dictadura, cuya expresión política más avanzada fue el Movimiento Democrático Popular (MDP). Las acciones de resistencia antidictatorial se volvieron más audaces, y adquirieron gran masividad durante las protestas de los años ’80. Todo ello favoreció la alianza política del PC, el MIR y otros sectores de la izquierda. Una unidad muy positiva, que contribuyó al avance de la lucha antidictatorial».
Un calificativo muy usado por el mirismo fue que el PC era un partido reformista. ¿Siguen pensando así? Pascal Allende se mete de lleno en el tema. «Todos los partidos y movimientos anticapitalistas, que aspiran a construir una sociedad socialista, también defienden los intereses inmediatos de los sectores populares propiciando reformas parciales que favorezcan a los de abajo. El MIR lo hizo, el PC lo sigue haciendo. Luchar por reformas no significa ser un partido del reformismo».
Y entrega su mirada de por donde podrían ir las cosas: «El reto para el Partido Comunista y todos los sectores consecuentes de la izquierda, es cómo conjugar la lucha reivindicativa, por reformas parciales que favorezcan los intereses populares, y al mismo tiempo contribuir a la conformación de una amplia fuerza social, política, cultural, anticapitalista».
Y añade que «como decíamos años atrás, construir desde abajo un poder popular alternativo al capitalismo. Ambas dimensiones de la lucha, la más inmediata y parcial, y la más larga y estratégica, deben caminar juntas, potenciarse mutuamente, para no subordinarse al reformismo y tampoco agotarse en un radicalismo verbal carente de toda incidencia política efectiva. Lamentablemente, para lograr ese potenciamiento virtuoso no hay fórmulas revolucionarias pre-establecidas. Siguiendo a Serrat, no es equivocado constatar que el camino revolucionario no está trazado, ese camino se hace con el andar de la lucha popular».
Durante la primera parte de la dictadura, el MIR aparecía como la única fuerza político-militar que actuaba como tal, a parte de acciones de resistencia armada de otras orgánicas de la izquierda. Pero en 1980 el PC tomó una decisión que llevaría, en los primeros años de esa década, a posicionar en la lucha antidictatorial y en la historia contemporánea al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
Esta es la mirada del ex jefe del MIR sobre ese acontecimiento. «Nosotros conocíamos -indicó- que había un debate dentro del Partido Comunista y nos alegró mucho que en los años ’80 el PC optara por la línea de la rebelión de masas, que era plenamente coincidente con la política de resistencia popular masiva y armada que impulsaba el MIR. Establecimos, en La Habana y en la clandestinidad en Chile, una relación de colaboración directa entre el MIR y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez. De hecho, las primeras armas de que dispuso el Frente en Chile se las aportó el MIR».
Consultado sobre el balance de las relaciones de la colectividad comunista con otros partidos de izquierda, Guillermo Teillier expresa que su partido «marcando su independencia, siempre ha buscado pactos o alianzas para llevar adelante programas representativos de los anhelos del pueblo. Y en este período de transición los ha buscado para un asunto crucial. Cambiar la institucionalidad, romper el actual sistema de representación excluyente y antidemocrática, abrir las puertas de la participación. Hemos visto cómo una y otra vez las mejores intenciones que están en la base de la movilización social se estrellan contra esta institucionalidad heredada de la dictadura y el consenso».
Y se centra en la postura actual de relacionamientos que tiene el PC. «Hemos establecido -asevera- un acuerdo por omisión con el PS, el PDC, el PPD, el PR, el MAS para elegir alcaldes opositores y un pacto de concejales con el PPD y el PRSD abierto a otros partidos y a las organizaciones sociales».
Precisa que «al mismo tiempo hemos llegado a planteamientos programáticos comunes de toda la oposición sobre Educación, Reforma Tributaria, Política Municipal. Todo ello con el propósito de crear las condiciones para establecer de conjunto un programa de gobierno que acoja las demandas más sentidas de la ciudadanía y se comprometa con su cumplimiento».
PAPEL ACTUAL EN EL ESCENARIO NACIONAL
Desde la derecha expresaron en estas semanas que el Partido Comunista es antiguo y de otra época. Pero los sucesos colocan a esa colectividad en el centro del quehacer político y social. ¿Qué rol puede cumplir el PC en el escenario nacional?
«Mi punto de vista global y de largo plazo -expresa Jorge Arrate- ha sido nítido: aspiro a una izquierda política, social y cultural poderosa, que sea actor principal y no secundario, en la que desearía que el PC fuera uno de sus pilares. Si la izquierda asumiera un rol protagónico, no necesariamente mayoritario, ese sólo hecho cambiaría el país. Pienso que para ese fin no es eficaz dejar espacios vacíos, ni delegar la representación, ni dejarse comprometer con la decadencia del sistema político».
El Presidente del PC ve a su partido «luchando por más democracia, por justicia social, por una sociedad más igualitaria y fraterna, libre de toda forma de exclusión y discriminación, con un claro sentido de desarrollo sustentable, con mayor soberanía económica. Como un protagonista de los grandes cambios de orden cultural, sociales, económicos y políticos que nos harán transitar hacia el socialismo». En eso lo ve ahora y en «los próximos cien años».
Consultado sobre el periodo más duro vivido por el PC en estos cien años, Guillermo Teillier no duda: «Indudablemente bajo la dictadura, entre los años 1973 y 1977 en que fue objeto de la persecución más criminal de que se tenga memoria, período en el que fueron aniquiladas direcciones completas tanto del Partido como de las Juventudes Comunistas y fueron ejecutados, hechos desaparecer, torturados, encarcelados o enviados al exilio muchos miles de comunistas junto a otros compatriotas».
¿Y el período más exitoso de la organización comunista? «El Partido ha tenido grandes logros -asegura el presidente del PC-, como el convertirse en partido político hace 100 años, asociado a las luchas del movimiento obrero y trabajador bajo la dirección de Luis Emilio Recabaren. Luego está la conformación del Frente Popular que eligió Presidente a don Pedro Aguirre Cerda, cuyo gobierno fue promotor de grandes cambios en la educación y en la industrialización del país. Otra gran victoria fue la derrota del anticomunismo impuesto por Gabriel González Videla que sometió al partido a 10 años de ilegalidad y a la más cruda represión a las organizaciones obreras y a los intelectuales chilenos».
Precisa que «la conformación de la Unidad Popular y el triunfo de Salvador Allende, que preconizó la construcción del socialismo en una perspectiva democrática y participativa, que tanto odio concitaron en los sectores más reaccionarios del país y en los Estados Unidos, es sin duda lo más importante logrado como proyecto político social de futuro».
Y agrega que «hay que valorar también, profundamente, todo lo realizado por el Partido Comunista para derrotar a la dictadura y su auténtica y justa lucha por restablecer y profundizar la democracia en Chile».-