La más numerosa delegación de legisladores estadunidenses en Cuba en casi medio siglo concluyó hoy su visita de dos días, pidiendo al gobierno del presidente George W. Bush que busque dialogar de inmediato con las autoridades de la isla, según la propuesta del presidente interino Raúl Castro y al margen de las discrepancias entre ambas […]
La más numerosa delegación de legisladores estadunidenses en Cuba en casi medio siglo concluyó hoy su visita de dos días, pidiendo al gobierno del presidente George W. Bush que busque dialogar de inmediato con las autoridades de la isla, según la propuesta del presidente interino Raúl Castro y al margen de las discrepancias entre ambas partes.
«Es el momento para que Estados Unidos dialogue con Cuba», señaló el grupo de republicanos y demócratas, que propuso tratar, en principio, asuntos migratorios, de combate al narcotráfico, de exploración petrolera y de colaboración judicial.
«Estados Unidos tiene intereses importantes en Cuba y fuertes desacuerdos con el gobierno cubano», dijo una declaración conjunta de la delegación, leída el domingo ante la prensa por el representante republicano por Arizona Jeff Flake.
«En un momento de cambio en Cuba, en el que no sabemos cómo podemos velar ahí por nuestros intereses y valores, creemos unánimemente que Estados Unidos debería responder en forma positiva a la propuesta de Raúl Castro en su discurso del 2 de diciembre», agregó el comunicado.
La visita «subraya la importancia de un cambio de política que creemos es apoyada por la mayoría» en Estados Unidos, dijo William Delahunt, senador demócrata por Massachussets. «Estamos en desacuerdo con la administración que dice que ahora no es el momento del diálogo. Nosotros creemos que este es precisamente el momento para empezar el diálogo, es una oportunidad histórica para darle un nuevo rumbo a la relación bilateral y acabar con una política que ha sido un fracaso durante casi 50 años».
Decenas de legisladores estadunidenses han viajado a Cuba desde el triunfo de la revolución de 1959, en misiones diversas, pero esta es la primera vez que una delegación bipartidista lanza una propuesta para los dos gobiernos con una agenda potencial y que oprime con realismo las teclas más sensibles para poner en marcha una dinámica de diálogo y negociación.
La iniciativa tiene dimensión, además, porque ocurre inmediatamente después de que Cuba ha confirmado su interés de resolver el diferendo de casi medio siglo por la vía negociada y cuando el Congreso estadunidense reanudará sesiones en enero con una nueva fisonomía, dominada por los demócratas y la crítica a Bush.
La atmósfera de este acercamiento también incluye a la enfermedad del presidente Fidel Castro, alejado de sus funciones por enfermedad desde hace cuatro meses y medio.
Según Flake, las autoridades cubanas aseguraron que Fidel Castro no padece de un cáncer y no está en situación terminal, como sugieren numerosas conjeturas en las últimas semanas. Por el contrario, dijo la representante demócrata por California Jane Harman, la dirigencia de la isla sostiene que el mandatario «regresará» y está «decepcionada» por las versiones surgidas de la inteligencia estadunidense que le atribuyen esa enfermedad.
Mike Conaway, representante republicano por Texas y quizás el más conservador del grupo, dijo que le pareció «decepcionante» que sus interlocutores oficiales estuviera desinteresados en abordar puntos como derechos humanos, libertad de prensa y elecciones libres, pero convino en que «lo más importante es tener más conversaciones». Flake precisó que la propuesta del grupo no es excluyente y, por ejemplo, podría abordar la liberación de opositores presos.
Con ese perfil de matices, el tono predominante fue de ruptura con la actual posición estadunidense hacia Cuba, con comentarios como estos: «Nuestra política es una reliquia de la guerra fría y no tiene sentido; daña al pueblo y no al gobierno cubano» (Jim McGovern, representante demócrata por Massachussets); «tratar de cambiar primero las cosas en Cuba no funciona, es hora de hacer algo distinto» (Gregory Meeks, representante demócrata por Nueva York).
El grupo legislativo se reunió con el líder parlamentario Ricardo Alarcón; el canciller Felipe Pérez Roque; el presidente del Banco Central, Francisco Soberón; la ministra de Industria Básica, Yadira García; el jefe de relaciones internacionales del Partido Comunista, Fernando Remírez; el presidente de la importadora de alimentos, Pedro Alvarez; el cardenal Jaime Ortega; el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, Michael Parmly y diplomáticos de Alemania, Canadá, España, Francia, Inglaterra, la Santa Sede y Suiza. Todavía tuvieron tiempo para escuchar esta tarde, en audición privada, al cantautor Carlos Varela.
Flake recordó que Raúl Castro no les concedió la cita que pidieron, lo que interpretaron como «una señal de que el gobierno cubano no está listo para concebir que una nueva era ha comenzado, pero ha empezado el diálogo».
Jane Harman tuvo una impresión similar: «Los funcionarios dicen que no hay cambio de política ni de gobierno, pero mi sentimiento es de que Cuba se está moviendo».
El comunicado indicó que «nadie debería pensar que la negociación con Cuba sería fácil o que los resultados están garantizados, pero si rehusamos comprometernos con las vías diplomáticas normales, estamos asegurando que no se producirá ningún resultado en absoluto».
Plantean consultas regulares
La misión propuso consultas regulares sobre temas migratorios, «para proteger nuestra seguridad nacional y salvar vidas». Los acuerdos bilaterales de 1994 y 1995 prevén una revisión semestral, pero Washington se levantó unilateralmente de la mesa y bastaría que regresara para reanudar el mecanismo.
Los parlamentarios también plantearon «ver si se puede hacer más para combatir el tráfico de drogas». Cuba ha pedido discutir un acuerdo bilateral, sin respuesta estadunidense, aunque los organismos policiales mantienen contacto y cooperación «caso por caso».
El grupo reclamó, asimismo, conversaciones inmediatas sobre la exploración de petróleo en aguas profundas de Cuba, «dado su potencial impacto en nuestro propio medio ambiente marino».
Flake es coautor de una iniciativa de ley para permitir a compañías estadunidenses explorar en la zona cubana del Golfo de México, donde tienen concesiones empresas de seis países.
Un cuarto punto propuesto se basa en que «aquí hay fugitivos de la justicia estadunidense y hay algunos detenidos en Estados Unidos que tienen interés para Cuba».
La segunda parte alude a los cinco agentes cubanos detenidos hace ocho años en Estados Unidos, así como a Luis Posada Carriles, el anticastrista encarcelado en Texas por una falta migratoria y que es reclamado por Venezuela por el sabotaje a un avión civil cubano que causó la muerte de sus 73 ocupantes en 1976.