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Una feria en manos de "mercachifles"

Los escritores y la Feria Internacional del Libro de Santiago

Fuentes: Rebelión

La escritora Virginia Vidal da la noticia en su blog. La Cámara Chilena del Libro, dirigida por Carlos Ossa y Alejandra Grossi, que tienen a cargo la organización de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), han anunciado que los escritores deberán pagar su entrada, lo que nunca antes había sucedido. Los escritores son […]

La escritora Virginia Vidal da la noticia en su blog. La Cámara Chilena del Libro, dirigida por Carlos Ossa y Alejandra Grossi, que tienen a cargo la organización de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), han anunciado que los escritores deberán pagar su entrada, lo que nunca antes había sucedido. Los escritores son fundadores de la feria del libro. Y además sin escritores no hay libros, lo que deberían tener muy claro en la Cámara Chilena del Libro y en las editoriales. Es absurdo que los escritores, para firmar sus libros al público asistente, tengan que pagar entrada. Esto es tan imbécil y desubicado como que a los jugadores de fútbol les cobraran la entrada al estadio cuando van a disputar un partido.

La Cámara Chilena del Libro demuestra con esto que ha caído en manos de mercachifles que parasitan del trabajo ajeno. Es decir, del trabajo de los escritores ¿Qué saben el señor Ossa y la señorita Grossi de literatura? ¿Qué saben ellos del espíritu y función social de la literatura?, sólo les interesa recibir los millones de millones que les da el Estado para montar la feria, recibir el dinero (sin costos) del valor desorbitado de las entradas y los millonarios cobros a quienes se instalan con un stand. Es hora de que los escritores hagan sentir su voz. Debemos organizar una nueva feria del libro de Santiago sin la participación de mercaderes bribones. La Cámara Chilena del Libro es una entidad que profita y que se atribuye lo que no le corresponde. El libro no es un tomate o una zanahoria. Y una feria del libro de verdad no es la Bolsa de Comercio. La decisión de Ossa y Grossi, demuestra el estado cultural e intelectual del país sostenido por las autoridades, donde las instancias culturales o asociadas al intelecto, que viven del dinero del Estado, están en manos de mequetrefes.

Más encima estos cachacos se lo pasan viajando por Europa y Latinoamérica como si ellos fueran los verdaderos promotores de la literatura chilena. Impresentable. Es hora de decirles basta. La feria del libro de Santiago debe ser recuperada por los escritores. Y lo reitero, aunque sea Perogrullo, sin escritores no existirían los libros. Y eso debe ser respetado.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.