Éric Toussaint es portavoz de la red internacional del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), que contribuyó a fundar. De formación historiador, es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Lieja (ULg) y la Universidad París VIII. También es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia y participó en […]
Éric Toussaint es portavoz de la red internacional del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), que contribuyó a fundar. De formación historiador, es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Lieja (ULg) y la Universidad París VIII. También es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia y participó en la fundación del Consejo Internacional del Foro Social Mundial en 2001. Ha asesorado a numerosos gobiernos en materia de deuda y participado en la Comisión de Auditoría Integral de la deuda de Ecuador (CAIC) y coordinado la Comisión de la Verdad de la Deuda Pública griega.
Si no me equivoco naciste en Namur, pero creciste en Retinne cerca de Lieja (Bélgica), un pueblo minero con trabajadores de muchas nacionalidades. ¿Fue en ese entorno donde se despertó tu espíritu revolucionario? ¿Hubo algún hecho particular que te llevara por este camino?
Para mí el tema principal en ese sentido fue la vida de los mineros. Todo mi entorno, amigos, vecinos, ritmo de la vida giraba en torno al funcionamiento de la mina de carbón. Hizo que para mí la riqueza de compartir entre culturas diferentes, en todos los aspectos, se convirtiera en un elemento vital. Ahora no puedo concebir una vida con gente de una misma nacionalidad, o que hablan solo un idioma, y que buscan reafirmarse a través de su identidad nacional. Para mí son fundamentales las diferentes identidades. Construir un mundo en que todos podemos caber. Obviamente me refiero a culturas, no a distintas clases sociales. La diferencia de clases y la existencia de clases poderosas niegan esa posibilidad de convivir en paz.
El momento particular en el que se activó de forma clara mi vida política fue cuando dejé a mis padres y el pueblo con 16 años, para ir a estudiar secundaria. Antes de irme compartí cosas con gente de mi pueblo y cuando en 1970 decidí adherirme a un partido político fue porque esa organización (IV internacional) intervino muy bien en la huelga de mineros, para generar solidaridad entre trabajadores de varias minas del país. Su capacidad de organización política y de definir maneras de tratar de extender la lucha, me parecieron un elemento para justificar mi adhesión, como instrumento para victoria.
Mi decisión, en el 70s, fue sobre la base de la actuación de esa huelga obrera, pero también me atrajo un documento programático de la IV internacional que se llamaba ‘Dialéctica de los tres sectores de la revolución mundial’, era el documento del Congreso Mundial del 1969, que mostraba la dialéctica entre las luchas en los países más industriales (luchas obreras y estudiantes, p.e. 1968) en el tercer mundo (Vietnam) y en los países soviéticos. Me quedó clara la necesidad de adherirme a una organización mundial.
Como mencionabas ahora eres miembro de la IV Internacional, fundada por Trotsky. Antes de llegar aquí, exploraste diferentes corrientes del socialismo como el Maoísmo o el Guevarismo. ¿Puedes explicarnos un poco cómo se dio esta evolución hasta llegar al trotskismo?
Cuando yo tenía 13-14 años leía sobre revolución en China, también de Cuba, sobre el Che, me acuerdo muy bien de la noticia de la muerte del Che, el 8 de octubre del 1967. Tenía 13 años. En cierto modo de manera rápida me sentí guevarista, un poco maoísta y finalmente, en una forma más madura, terminé adhiriéndome a la IV internacional. Lo que me convenció fue su lucha frente al estalinismo, al bloque del socialismo real. Porque viví muy de cerca el mayo del 1968, activo, como estudiante. Seguía por la radio lo que pasaba en París, pero también lo que pasó en la primavera en Praga. En agosto 1968, hubo la intervención de los tanques soviéticos para acabar con los intentos de reforma. A la vez sucedía la ofensiva del Viet Minh en Vietnam.
Eso impactó sobre mí. También estaba atraído por las luchas de los negros en EEUU, por los derechos civiles y políticos. Recuerdo que cuando tenía 11 años asesinaron a Malcom X (febrero 1965) y años después a Martin Luther King (abril 1968).
También me convenció la lucha de Trotsky y de sus camaradas contra la degeneración dictatorial del estalinismo. Transfiriendo esa reflexión al fin del s. XX e inicio del s. XXI, la IV elaboró un proyecto de sociedad socialista, auto gestionada, basada en la participación directa de la población, de trabajadores y ciudadanos. La IV da un enfoque a la organización del poder popular, como el poder desde abajo. Ese es su proyecto de sociedad.
A nivel de funcionamiento político la IV Internacional, está convencida de que no se puede considerar a un partido como un partido de ‘Vanguardia’ y que un partido de izquierdas tiene que ser plural, con posicionamientos de ruptura con el capitalismo y todas las formas de opresión, como el patriarcado. Eso a nivel de programa. A nivel de la práctica política y de la organización, los miembros tienen que decidir y no esperar que un comando dirigente dicte la orientación.
Has participado en muchas luchas desde que empezaste a militar en distintas organizaciones a finales de los 60s. En todo tu recorrido, ¿podrías destacar cuáles han sido los momentos de mayor optimismo y los de mayor pesimismo? ¿Cómo ves el momento histórico actual?
Un momento álgido fue del mayo 1968 hasta 1972-73, incluso 1974, porque hubo lo que se llamó el ‘mayo prolongado en Italia’, con muchas luchas obreras, impulsando un modelo de organización autónoma. En Bélgica hasta el 1973 hubo un auge de las luchas obreras y estudiantiles. En el 1973 yo lideré un movimiento de colegios en el cual participaron 175 000 estudiantes de secundaria. Luchábamos contra el adoctrinamiento del ejército, porque la idea del gobierno era obligar a todos los jóvenes que terminaran la secundaria, a ir a hacer el servicio militar en el ejército, para recibir el adoctrinamiento burgués, como respuesta al mayo 1968. Eso generó un enorme movimiento en los colegios e institutos. Se constituyeron comités de huelga, con centenares de colegios en huelga que duraron casi 4 semanas. Y yo fui uno de sus 10 principales coordinadores e impulsores, como miembro del comité nacional del FNL (‘Frente Nacional de los Liceos’, nombre que tenía las mismas iniciales que el Frente Nacional de Liberación de Vietnam, el Viet Minh, que se llamaba FNL). Había un auge de las luchas, de la educación y concienciación política a nivel de masas, la posibilidad de ver y asistir a progresos en varias partes del planeta.
Un segundo momento esperanzador fue inmediatamente después, en 1974-76, con la muerte de Franco, la Revolución de los Claveles en Portugal y la caída de la Junta Militar en Grecia.
Para mí lo de Portugal, Grecia y España era muy importante porque para la IV Internacional la posibilidad de ver una revolución en el sur de Europa era un elemento fundamental, ya que había un buen nivel de organización de la izquierda radical en Italia, y la IV era fuerte en el algunos países de Europa (en particular en Francia y Bélgica), y si el movimiento se extendía al sur había posibilidad de una revolución. Hubo mucha esperanza e ilusión de ver esa revolución en Europa.
A partir de 1977 nos dimos cuenta de que la situación estaba cambiando. Se organizó la transición en España, con monarquía y los elementos fundamentales del estado capitalista-franquista, en Portugal la dinámica revolucionaria terminó en 1976, y en Grecia no hubo después de la caída de los coroneles un auge revolucionario. Para Europa pareció cerrarse un ciclo de luchas en los países capitalistas, a finales de los 70s. A pesar de ello al mismo tiempo en 79s hubo la revolución sandinista en Nicaragua, la caída del Sha en Irán, y en 1980 a partir de agosto el enorme movimiento en Polonia. En 1980s yo era parte de la dirección mundial de la IV internacional.
A partir de los 80s te centraste en las luchas relacionadas con la deuda. Años después fundasteis el CADTM. ¿Qué te hizo decidirte a dar el paso hacia la militancia contra la deuda?
Empecé a dedicar más tiempo al aspecto mundial en el año 1980. Había disminuido la posibilidad en Europa y yo invertí más energía en la solidaridad con los obreros polacos y con la revolución sandinista. Participé en la organización de un movimiento de solidaridad en Polonia cuando ocurrió el golpe de estado del general Wojciech Jaruzelski en Polonia, empezamos a brindar apoyo clandestino al movimiento obrero polaco. Yo viajaba a Polonia para hacer llegar materiales para la clandestinidad. Emisores, receptores de radio, material escritos de la IV internacional en idioma polaco, pero imprimido en Francia. También participé a la creación de una organización de solidaridad con la revolución sandinista (1984). Organizamos brigadas de trabajo en zonas rurales de Nicaragua, con obreros de Bélgica, de grandes industrias como Caterpillar, Volkswagen, y también iban maestros, médicos…
Trabajaban un mes gratis con los campesinos en Nicaragua. En 1984-85 también hubo la huelga de los mineros contra Thatcher, luchando contra ofensiva neoliberal de Thatcher y Reagan, a la que también dimos nuestro apoyo. Podemos decir que volvía a haber una ola internacional de lucha, con Polonia, los sandinistas, las huelgas del Reino Unido… pero en condiciones muy adversas (la dictadura de Jaruzelski en Polonia, la contra en Nicaragua, la represión y la voluntad de hierro de Thatcher en el Reino Unido contra las conquistas sociales,…).
A partir del 1980 participe de la dirección mundial de la IV. Era profesor en colegios técnicos y profesionales, con hijos de trabajadores migrantes, provenientes de Turquía, Marruecos, cosa que hacía posible mezclar mi activismo con mi actividad laboral. También era activo como dirigente sindical. En mi sindicato cabían todos los sectores, era la Federación general de los trabajadores de Bélgica (FGTB).
Por esos años, en el 1982-83, hubo la crisis de deuda en Méjico. En 1985 Fidel Castro inició un movimiento en el que afirmaba que la deuda externa era un mecanismo de extorsión impagable. En 1985 Thomas Sankara, joven presidente de Burkina Faso que viajó a Cuba para reunirse con Fidel, se lanzó también a impulsar un frente africano contra la deuda. Otra vez una dialéctica entre sectores de la revolución mundial. Sankara fue asesinado poco después por liderar este movimiento africano contra la deuda. En 1986, Ernest Mandel uno de los más destacados dirigentes de la IV internacional durante el periodo 1950-1995, también se pronunció en favor del apoyo a la demanda de anulación de la deuda del Tercer Mundo/1.
En 1989 compañeros de la IV en Francia con intelectuales de izquierda de otras fuerzas lanzaron una campaña que se llamó ‘Ya Basta’. ¿Cuál fue la oportunidad? Mitterrand invitó a sus colegas del G-7 a una cumbre en la fecha del bicentenario de la revolución francesa, en julio 1989. La IV en Francia con intelectuales lanzó una campaña contra esta provocación, con un cantante francés muy famoso y combativo llamado Renaud, y el escritor Gilles Perrault. Hubo una manifestación de 90 000 personas, pidiendo la anulación de la deuda del tercer mundo. Yo diría que me convencí en ese momento de la creación del CADTM, que se fundó en el 1990.
También viajaba mucho a Nicaragua, Cuba, el Salvador, Guatemala, Méjico. Tenía relaciones con las guerrillas del Salvador del Frente Farabundo Marti de Liberación Nacional (FMLN), y en Guatemala con la Unidad Revolucionaria Guatemalteca (UNRG). Estaba muy relacionado con el PRT, organización revolucionaria mejicana de la IV internacional que tenían una relación estrecha con los campesinos, participando en experiencias de autodefensa armada entre 1984-90s. Por eso cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional salió a la luz pública el primero de enero 1994 yo me enlacé directamente con esa experiencia viajando a Chiapas.
El gran momento del movimiento de la deuda a nivel internacional fue el gran encuentro que hemos apoyado en Madrid del 1994, cuando el BM y el FMI conmemoraron sus 50 años en octubre de 1994. El CADTM participó en la contra cumbre en Madrid, allí entre en contacto con uno de los fundadores de Ecologistas en Acción, mi buen amigo Fernando Duran, que murió hace dos años. El CADTM y Ecologistas en Acción y la Plataforma 0,7% desarrollamos una colaboración estrecha.
Cuando se preparó la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa (RCADE) a final de los 1990s, yo fue invitado a Madrid en Getafe, en una reunión con la Plataforma 0,7% para definir preguntas de la consulta de marzo 2000, que fue una consulta pública sobre si se debía pagar la deuda externa en la que participaron más de 2 millones de personas, que se organizó a la vez que las elecciones generales españolas. Allí conocí Esther Vivas y a Josep María Antentas, que iniciaron su militancia en el movimiento contra la deuda. También al nivel mundial hubo el Jubileo 2000, para la anulación de la deuda de los países pobres.
Estuviste particularmente activo en las huelgas y otras acciones que los trabajadores de la ciudad de Lieja contra una deuda pública municipal que os aplastaba. ¿Cómo fue esa experiencia?
Empecé en el movimiento contra la deuda en el 1983 en Lieja, la ciudad donde vivía y aún vivo. El municipio estaba muy endeudado. Pagaba con el aumento de los tipos propiciado en los EEUU un 13-15 % de interés. El gobierno municipal de izquierda decidió un viraje hacia la austeridad radical, privatización, reducción de salarios 30 %, reducción del empleo público un 20%. Los trabajadores, había 3500 docentes, 17 000 trabajadores en total, entramos en una lucha muy dura de 16 semanas, con huelga, sin colección de basura, con el matadero cerrado, bomberos en huelga… El gobierno mandó el ejército para recoger la basura. Hubo enfrentamiento con la guardia civil, batallas en la calle, con personas encarceladas. Yo jugaba un papel muy activo. El pretexto de la austeridad era pagar la deuda. Empecé con otros trabajadores a lanzar una auditoría de la deuda municipal, para conocer qué había pasado con la deuda. Fue mi primera experiencia de auditoria de la deuda. A partir 1986 nos lanzamos en una campaña para anular la deuda del municipio, y hubo huelgas hasta el 89. Las huelgas fueron derrotadas, pero se obligó a una reestructuración de la deuda, con una quita de 70 %.
Has escrito muchos libros, centrados en explicar cómo la deuda sirve de herramienta para el secuestro político por parte de los bancos y las élites económicas. Afirmas que vivimos en Bancocracia, un sistema en el que mandan los banqueros ¿Cuál es el camino para salir de la bancocracia, que parece no tener salida?
Yo no diría que los banqueros mandan. El capitalismo en su forma actual, pasa por la financiarización del capital. Ya no hay una diferencia clara entre producción y finanzas. Hay un capital globalizado que opera. Las grandes empresas transnacionales son todas «financiarizadas». Es un concepto que François Chenais explicó muy bien, que ha dado lugar a un campo de estudio extenso. Quiero evitar una simplificación falsa de la situación. No son Goldman Sachs o Deutsche Bank o Santander quienes gobiernan el mundo, es el capital financiarizado en general. Los bancos y otras corporaciones financieras, como BlackRock, juegan un papel importante, al lado de otras transnacionales, más conocidas por sus inversiones productivas como General Motors, Lockheed, VW, etc. Hay una osmosis entre lo que anteriormente categorizábamos como industrial, comercial, y financiero. Ahora hay una interconexión y osmosis. Y por supuesto una osmosis entre los dueños de esas grandes empresas y los dirigentes políticos de los grandes partidos de gobierno, sean Demócratas o Republicanos en EEUU o los grandes partidos que se alternan en el poder en Europa, como el PP y el PSOE en el Estado español. De ahí nacen las puertas giratorias.
En tu trabajo y militancia has podido asesorar a muchos gobiernos en el campo de deuda. En este contexto has entrado en contacto con el «enemigo», o sea, por ejemplo el Banco Mundial, el FMI, grandes bancos u otras instituciones parecidas. Mirando atrás, ¿qué conclusiones importantes sacas de cómo funcionan estos entramados de poder relacionados con las finanzas?
Claramente al nivel de la práctica, el CADTM considera inapropiado el lobbying sobre el BM y el FMI. Yo no participo en los encuentros anuales del BM y el FMI y en los diálogos que organizan con la llamada sociedad civil. ¿Por qué adopto esa actitud? Porque hay que deslegitimar esas instituciones, y participando en supuestos diálogos les ayudamos a legitimarse. Son expertos en decir que se han equivocado y que están tomando en cuenta las opiniones de la sociedad civil, y en decir que han abandonado el Consenso de Washington y que adoptan nueva política que tiene en cuenta los derechos, etc. etc. Eso es propaganda.
Son instrumentos de la política externa de las grandes potencias, empezando por EEUU que comparte la dirección del BM y el FMI con varios países europeos. El presidente del BM es designado por los EEUU y es siempre estadounidense y el director general del FMI es designado por las potencias europeas y es siempre un europeo, generalmente de esos países importantes. Estas dos instituciones sirven para a través del sistema deuda enredar a los gobiernos de los países endeudados en políticas designadas por los acreedores y el FMI y el BM siempre buscan endeudar a países. Es a través de la relación acreedor deudor que pueden influir en la política de los países en deuda. Era evidente en los países llamados en desarrollo y ahora en varios países europeos endeudados con el FMI y no me refiero solo a partir del 2010 en Grecia, ya que Rumanía, Bulgaria, Polonia, Hungría que han pasado por políticas de ajuste dictadas por el FMI a partir de los 90s.
Me niego a ir a reuniones de supuesto diálogo pero acepto debates contradictorios públicos con el BM y el FMI. He tenido varias de estas experiencias, bajo forma de conferencias. Sea en Ginebra, sea en Bélgica, o en países del sur, porque aquí si podemos destruir y demoler a través de debate contradictorio, los argumentos de estas instituciones.
Podríamos destacar tus experiencias asesorando a gobiernos en materia de deuda. En Ecuador el trabajo de la CAIC sirvió a Ecuador para reducir su deuda ¿Qué destacarías de estas experiencias?
En el año 90 entré en relación con Lula, cuando estaba en la oposición. Lo invité a Bélgica en el 92. Tuve contacto directo con él en varias ocasiones. Hubo mucha expectativa en ver que haría si conseguía llegar al gobierno en Brasil. Su posición oficial sobre la deuda era muy radical, pero años antes de llegar al poder Lula ya había evolucionado de manera moderada. En el año 2001 nació el Foro Social Mundial en Porto Alegre, y Lula fue electo en octubre 2002, y empezó a ser presidente cuando ya nos reunimos en 3er Foro Social Mundial en 2003. Nos dimos cuenta, por sus gestiones de antes de ser presidente que Lula iba a traicionar su compromiso respecto a la deuda: firmo en agosto 2002 con el FMI que si era presidente iba a seguir pagando la deuda. Fue una experiencia clara para mí de lo difícil que es obtener de un partido de izquierda que mantenga un compromiso fuerte sobre la deuda, porque es vital. La burguesía y las IFIs dan prioridad a lograr convencer a los gobiernos de izquierda de pagar la deuda. Fue una experiencia reveladora, incluso tuve una reunión con Lula en junio 2003. Me llamó para encontrarse conmigo al margen del G7 que se reunía en Evián, en Francia. Tuvimos una reunión en la embajada de Brasil y le expresé mis críticas. Estaba imponiendo en Brasil una reforma de las pensiones. Tuvimos una discusión muy dura y después se cortó la relación. Pero en el mismo año 2003 asesoré el gobierno del estado de Timor Este, que era un estado que había conseguido su independencia en 2002, después de ser colonia portuguesa, hasta la caída de Salazar, y que había sido anexado luego por Indonesia. El nuevo gobierno que era un gobierno de ex guerrilleros, me llamó para asesorarles frente al BM y el FMI.
A partir del 2007 tuve una experiencia más duradera con la presidencia de Correa, que fue electo en diciembre de 2006. A partir del abril 2007 me pidieron asesoramiento sobre Banco del Sur y la Deuda. Allí la experiencia fue positiva, constituyendo una comisión de auditoría en julio de 2007 hasta septiembre de 2008. En relación estrecha con Correa y con varios de sus ministros, como los de economía y justicia. Sobre la base de nuestro trabajo el gobierno decidió suspender el pago de una parte de la deuda en noviembre de 2008 y logró imponer a los tenedores de deuda, gracias a la suspensión de pagos unilateral, una quita de más del 70%.
Recientemente, has coordinado la auditoría de la deuda de Grecia. El resultado de la auditoría no sido tenido en cuenta por el gobierno de Tsipras, que optó por pagar la deuda y aceptar un nuevo plan de ajuste ¿Cuáles han sido las diferencias entre Ecuador y Grecia?
Para mí una de las diferencias entre Ecuador y Grecia es que en Ecuador del movimiento de la deuda salieron ministros y de cierta manera el mismo Presidente Correa. Él no era uno de los dirigentes del movimiento, pero era muy cercano a él. Designó como ministro de Economía al dirigente principal del movimiento, Ricardo Patiño. En su campaña se había comprometido por el tema. La comparación es que en Grecia, que era importante en 2011-12 ninguno se encontró en el gobierno. El primer ministro Tsipras hasta 2012 hablaba de suspender el pago y de auditoría. Aunque había dicho eso firmemente, en la campaña electoral de mayo-junio 2012 abandonó de manera sutil ese compromiso. Paso a hablar de una conferencia europea sobre la deuda. La presión del movimiento en Ecuador era más fuerte. Tenían relación orgánica con el gobierno. En Grecia desgraciadamente no fue así.
¿Cuál crees que sería el camino que llevaría del impago a la transformación social deseada?
Bajo ciertas condiciones el impago de parte de un gobierno estatal-nacional es una de las prioridades. Es una de las primeras medidas que tiene que tomar un gobierno en un país que se enfrenta a un grave problema debido al pago de deuda. El caso evidente era el caso de Grecia. En el caso de España, es un poco diferente porque la coyuntura permite a un gobierno hacer una auditoría sin necesariamente ligarla a la suspensión de pago. Aunque, dados los signos económicos actuales, en poco tiempo podría degradarse la situación y entonces tener que combinar suspensión de pagos y auditoría.
Eso tiene que ser parte de un plan integral que abarque medidas como el control de capitales, toma de control de los bancos por parte del gobierno para su socialización, medidas tributarias progresistas fuertes: reducir los impuestos pagados por la mayoría de la población, en especial para los más pobres, eliminar impuestos de consumo de productos y servicios prioritario (electricidad, comida, agua, etc. ; hasta unas ciertas cantidades), y subida de impuestos fuerte para los más ricos, sobre todo el 1%. También creación de empleo e incentivos para la producción prioritaria, en especial a sectores para la transición ecológica. También es importante promover circuitos cortos entre productores y consumidores, incrementar empleo público, p.e. en salud, educación, cuidados sociales, dependencia, discapacidad, servicios para aliviar el trabajo de las mujeres, de apoyo a las tareas de crianza, etc. Por último se me ocurren medidas de distribución del trabajo, como la reducción del horario y aumento del salario mínimo.
La auditoría e impago hacen parte de un plan integrado. Incluso integra el lanzamiento de una moneda complementaria.
El Estado español está sumido en un proceso de cambio interesante y muy complejo. Una nueva izquierda parece avanzar, pero tiene numerosas formas y también contradicciones entre sí, con organizaciones como CUP-CC, En Comú, Mareas, Compromís, los ayuntamientos del cambio, Podemos como partido estatal e IU como partido de viejo cuño que se ve sobrepasado por estas nuevas propuestas. Desde tu experiencia, ¿podrías dar una opinión de cómo superar esta complejidad para sintetizar una izquierda transformadora que pueda llegar a gobernar?
La izquierda debe identificar cuál es el punto más importante para luchar contra el capitalismo financiarizado. Esto es: la extorsión ejercida a través de las relaciones acreedor-deudor. Si se entiende esto será posible trabajar juntos alrededor de estos objetivos. De las experiencias que he vivido sacó una lección: es sumamente importante mantener la presión del movimiento deuda sobre los partidos de izquierdas. En el caso del Estado español es fundamental el papel de la PACD, sobre el futuro de los gobiernos del cambio, y sobre el futuro de Podemos e IU, si son parte de un gobierno. También en Catalunya, en la que alianzas entre
En Comú, CUP y ERC, podrían formar gobierno en una Catalunya independiente, estos partidos deberían estar comprometidos con el movimiento de la deuda, si realmente desean su autodeterminación. El éxito de estas organizaciones de izquierdas pasa por cuestionar la deuda. Si dan la espalda al movimiento de la deuda acabarán aplicando políticas de derechas, como sucedió en Brasil, Grecia y en otros muchos sitios.
Pocos de estos nuevos movimientos de izquierda se declaran abiertamente contrarios a estructuras institucionales que no parecen beneficiar a las clases populares y trabajadoras, como el euro, la UE o la OTAN. ¿Crees que hay recorrido para reformar estas instituciones? ¿Hay opción de encontrar soluciones para la crisis de deuda a nivel de la institucionalidad de la UE?
No hay una posibilidad de democratizar la UE, tampoco hay una posibilidad de encontrar una solución (favorable a los pueblos) a la crisis de la deuda con las instituciones europeas actuales. Un gobierno del pueblo tendra que desobedecer a los tratados y a las instituciones europeos. La salida del euro es una opción necesaria para países como Grecia, Portugal, pero tiene que ser una salida de izquierda dentro del marco de la implementación de un plan integrado como el esbozado antes. Para el estado español, puede ser también una opción pertinente. Claro que la conferencia de Madrid (19-21 febrero 2016) sobre el plan B para Europa constituye un encuentro indispensable para los y las que quieren promover una salida internacionalista a la crisis. Respecto a la OTAN, la izquierda tiene que exigir la salida de esta alianza militar. El país tiene que salir de la OTAN y la OTAN tiene que salir del país.
Nota:
1/ Ver Ernest Mandel, «La dynamique infernale de la spirale de l’endettement», Inprecor, abril 1986 (http://www.ernestmandel.org/new/ecr…).
Bibliografía de Éric Toussaint:
– Co-autor con Pierre Gottiniaux, Daniel Munevar y Antonio Sanabria, Las Cifras de la Deuda 2015, CADTM, febrero 2015 http://cadtm.org/Las-Cifras-de-la-D…
– Autor de Bancocracia, Editorial Icaria, Barcelona, 2014. http://cadtm.org/Bancocracia;
– Co-autor con Damien Millet y otros de La Deuda o la Vida, Editorial Icaria, Barcelona, 2011
– Autor de La Crisis global, Editorial de las Madres de la Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2010; Editorial Viejo Topo, Barcelona, 2011; Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2011; Editorial Trinchera, Caracas, 2013.
– Autor de Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Editorial Icaria, Barcelona, 2010. Le Monde diplomatique, Argentina, 2013. CIM, Caracas, 2015.
– Co-autor con Damien Millet de 60 preguntas/ 60 Respuestas sobre la deuda, el Fmi y el Banco mundial, Icaria-Intermon, Barcelona, 2009
– Autor de Banco del sur y Nueva crisis internacional, Editorial Viejo Topo (Barcelona), 2007 ; Editorial Abya-Yala (Quito), 2007 ; Editorial Observatorio DESC, La Paz, 2007).
– Autor de Banco mundial: el golpe de estado permanente, Editorial Viejo Topo (Barcelona), 2007, Abya Yala, Quito, 2007 y CIM, Caracas, 2007.
– Co-autor con Damien Millet de Los Tsunamis de la deuda, Icaria/Intermon, Barcelona, 2005 y Ciencias Sociales, La Habana, 2006.
– Autor de La Bolsa o la Vida, Editorial CLACSO, Buenos Aires, 2004. 19 ediciones diferentes en ocho idiomas desde la primera edición en 1998 en Venezuela (Editorial Nueva Sociedad).