«Maltratados e ignorados». Así se sienten los guionistas, tanto de cine como de televisión, que trabajan en el Estado español. Pero, a partir de ahora, las cosas pueden cambiar, si se cumplen los objetivos que se ha marcado la Federación de Asociaciones de Guionistas del Audiovisual (FAGA) que se presentó ayer en Bilbo, dentro de […]
«Maltratados e ignorados». Así se sienten los guionistas, tanto de cine como de televisión, que trabajan en el Estado español. Pero, a partir de ahora, las cosas pueden cambiar, si se cumplen los objetivos que se ha marcado la Federación de Asociaciones de Guionistas del Audiovisual (FAGA) que se presentó ayer en Bilbo, dentro de la Semana Vasca del Guión.
En la nueva federación participan asociaciones de Madrid, Catalunya, Galicia y Valencia, además de la vasca EHGPE (Euskal Herriko Gidoigileen Elkarte Profesionala), que representan a casi 600 profesionales. Presidida por Agustín Díaz-Yanes, la FAGA nace para «defender los derechos de los guionistas, muy maltratados en los últimos quince años».
Según explicó Díaz-Yanes ayer en Bilbo, la nueva federación tiene vocación de «combate», que al principio será «suave», aunque no descarta «acciones de presión» en un futuro no muy lejano. «No vamos a tolerar más contratos basura, ni humillaciones», aseguró.
Para los miembros de esta plataforma, la figura del guionista está infravalorada. «Hay que tener en cuenta que el núcleo, la principal idea de cualquier producto audiovisual la crea el guionista. Por tanto, el guionista es la fuerza y el motor. Nuestras ideas generan mucho dinero, pero nosotros hemos sido relegados al último vagón», señaló el guionista y director de películas como «Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto».
Pedro Rivero, presidente de la asociación vasca de guionistas, recordó que la situación «de explotación» que padece el guionista ha sido posible «porque es una profesión que se ejerce en solitario y hasta ahora apenas había espíritu gremial». Según los datos que manejan las asociaciones de guionistas, en el Estado español cada año se mueven cerca de 300 guiones que no se pagan. En el caso del cine, el impago, incluso en los guiones que llegan a convertirse en películas, es general. Los sueldos medios, además, se situán entre los 2 y 3 millones de pesetas anuales.
Así las cosas, las reivindicaciones de esta Federación pasan por que los guiones de cine se paguen con arreglo al presupuesto de la película. «Creemos que el guionista debería cobrar un 3% del presupuesto que se presenta al Ministerio de Cultura», dicen. Quieren también establecer mecanismos para que se evite el impago y exigen que se cobren los derechos de autor por venta de DVD. En cuanto a la televisión, «mientras los productos audiovisuales han experimentado un crecimiento espectacular», las condiciones de los guionistas han empeorado. Según estas denuncias, la situación en las productoras vascas que trabajan para ETB es aún peor, donde hasta hace poco a los guionistas se les obligaba a firmar un papel por el que renunciaban a cobrar derechos de autor.