A mediados de siglo XIII, el rey de Castilla Alfonso X aspiraba a convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Conocido como el Sabio, su actividad reformadora y conquistadora fue abrumadora. Intensificó la ocupación militar deAl-Andalus, lidió con una rebelión mudéjar y otra de sus propios nobles, repobló la Península de norte a sur, impulsó […]
A mediados de siglo XIII, el rey de Castilla Alfonso X aspiraba a convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Conocido como el Sabio, su actividad reformadora y conquistadora fue abrumadora. Intensificó la ocupación militar deAl-Andalus, lidió con una rebelión mudéjar y otra de sus propios nobles, repobló la Península de norte a sur, impulsó leyes sobre las más variadas materias, saneó la hacienda, fue un mecenas cultural e incluso escribió libros sobre derecho, astronomía o medicina. Castilla iba camino de convertirse en un gran imperio, aunque Alfonso X era consciente de una importante flaqueza del reino, su corta historia: fue de los últimos en crearse (año 1065) y en realidad no tuvo un papel determinante en los primeros siglos de la reconquista, protagonizada por los reinos de Asturias y de León.
«Alfonso X necesitaba presentar Castilla como lo más puro y legendario posible. ¿Cómo lo hace? Exagerando lo que le interesa y minimizando lo que no, dando por válidos mitos y leyendas creados por una serie de personajes muy concretos quereinventaron el pasado de Castilla para que casara con esa época ya gloriosa de imperio. Esas exageraciones y medias verdades acabaron pasando a la corriente histórica como verdad incontestable «, explica el columnista y ex director de Público Ignacio Escolar, autor junto a su padre, el también periodista Arsenio Escolar, del libro La nación inventada, que publicará la editorial Península el próximo 30 de septiembre.
Padre e hijo, ambos naturales de la provincia de Burgos, se propusieron emular a Indro Montanelli y su Historia de Roma con un relato divulgativo, para el gran público, y con técnicas periodísticas sobre una época no del todo clarificada. «La historia de Castilla es un momento de la historia de España bastante desconocido: la gente llega a los Reyes Godos, los recita con rapidez , de ahí nos invaden los moros, volvemos con los Reyes Católicos y en medio no ha pasado nada», afirma Ignacio Escolar.
Los autores rescatan las últimas tesis de los historiadores para constatar que desde finales del siglo XII y hasta mediados del siglo XIII, un puñado de cronistas y poetas se inventó una patria, Castilla, creando una serie de falsos mitos y ensalzando a determinados personajes que en realidad no fueron tan importantes. «Castilla es uno de los últimos reinos que aparecen , pero estas maniobras la sitúan como el gran reino que desde siempre se empeñó en la reconquista. Le ponen un origen equivalente a la Asturias de Don Pelayo y no es así ni de lejos. La Asturias de Don Pelayo nace en el año 718, mientras que Castilla como tal no aparece hasta 1065, más de 300 años después», enfatiza Arsenio Escolar.
El otro Cid
Ni El Cid se libra. Los cronistas de la época, anónimos en su mayoría, proyectaron sobre la figura del caballero todo tipo de virtudes que casi lo elevaban a la categoría de santo, cuando » en realidad fue un señor de la guerra lleno de claroscuros , capaz de ganar batallas después de muerto», dicen los autores.
También Fernán González, considerado el gran padre de Castilla y un héroe de la independencia del reino, jugó un papel mucho más discreto del que le atribuyen aquellas primeras crónicas. «En los tres siglos que siguen a su muerte no hay ni un papel que le mencione. Sólo después, cuando un fraile escribe la historia de Castilla desde la abadía donde está enterrado Fernán González , decide convertirlo en un gran personaje. Y lo hace porque tiene los restos del conde a su lado y le interesa convertir el lugar en una zona de peregrinos», sostiene Ignacio Escolar.
Los dos periodistas creen que este libro ayuda a tomar distancia con el mapa de la Península en la actualidad. La configuración presente, según Ignacio, «se debe a decisiones de reyes que más tarde se convierten en realidades culturales, pero que en el momento en que suceden no existen como tal»
Fuente: http://www.publico.es/culturas/338555/hombres/inventaron/castilla
En este enlace pude leerse uno de los capítulos del libro: http://www.escolar.net/MT/archives/2010/09/la-nacion-inventada.html/