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Ante la huelga de hambre de los presos políticos mapuche

«Los indígenas urbanos, una vez más, expresamos nuestra unidad con nuestros hermanos»

Fuentes: Rebelión

La Consejería Indígena Urbana ante la huelga de hambre de presos políticos mapuche y la situación general de nuestro pueblo. Los indígenas urbanos, una vez más expresamos nuestra unidad indisoluble con nuestros hermanos y hermanas de las comunidades que luchan por el derecho a la tierra, el territorio, la supervivencia de nuestra cultura, cosmovisión, idioma […]

La Consejería Indígena Urbana ante la huelga de hambre de presos políticos mapuche y la situación general de nuestro pueblo.

Los indígenas urbanos, una vez más expresamos nuestra unidad indisoluble con nuestros hermanos y hermanas de las comunidades que luchan por el derecho a la tierra, el territorio, la supervivencia de nuestra cultura, cosmovisión, idioma y espiritualidad, y por el derecho a ser reconocidos como pueblos en una nueva constitución democráticamente consensuada por todos los pueblos que habitan bajo el dominio del Estado chileno.

En especial nuestra acción unitaria se dirige a apoyar las reivindicaciones de los prisioneros y prisioneras mapuche en general, y particularmente con los 34 hermanos en huelga de hambre. Nos hacemos uno con todas sus demandas. Exigimos a los poderes del estado el fin de los montajes judiciales contra nuestros hermanos y hermanas, y la derogación de la leyes antiterroristas que provienen de la dictadura y por tanto no tienen valor legal alguno para los pueblos soberanos, y que han sido perfeccionadas por los gobiernos que se han dicho democráticos y aplicadas por éstos contra luchadores de nuestro pueblo.

También nos unimos a la distancia, a las dignas y justas exigencias de nuestr*s herman*s de Rapa Nui, a las luchas de los pueblos lickan antai, diaguita, colla, aymara y quechua, ante la rapacidad de las grandes empresas mineras que se han apropiado de las aguas que hacen posible la vida de las comunidades del norte de Chile.

Declaramos una vez más, que nuestras demandas específicas como indígenas urbanos, no se contradicen en absoluto con las de las comunidades indígenas organizadas. En especial, l*s mapuche urban*s en todo petitorio ante las autoridades, hemos declarado que no exigimos nada a costa de nuestr*s herman*s de comunidades, y demandamos nuestras exigencias sean respondidas debidamente, con recursos propios del Estado y no al precio de restarlos a las comunidades.

Denunciamos los manejos turbios de los gobiernos, que se han burlado de la paciencia, resistencia y resiliencia de nuestros pueblos, retrasando y anulando las políticas públicas reparatorias y favorables a nosotros, alguna vez prometidas y consensuadas con nuestras propias organizaciones. Pese a sus ofrecimientos, no se ha practicado efectivamente la interculturalidad y se burlan los acuerdos internacionales, así como los compromisos que los diversos gobiernos han contraído con nuestros pueblos a través de sus organizaciones y comunidades ancestrales.

Denunciamos en especial los manejos del comisionado José Antonio Viera-Gallo, que bajo cuerda estableció mecanismos para anular en la práctica la aplicación y los efectos del Convenio 169 de la OIT. Nos manifestaremos siempre por exigir a los gobiernos que acaten y cumplan este convenio, firmado de acuerdo a principios universales de respeto humano y que están por encima de los intereses mezquinos de las empresas nacionales y transnacionales.

Esperamos que el actual gobierno no siga los mismos pasos de los anteriores, negándose a poner en ejecución las políticas reparatorias, o impulsando un falso reconocimiento a los pueblos indígenas. Esperamos demuestre su voluntad por una solución efectiva y verdadera en favor de los derechos y exigencias de nuestros pueblos.

Rechazamos el manejo comunicacional montado bajo un supuesto bicentenario de la independencia nacional. Es una nueva ofensa contra nuestros pueblos, hablar de independencia (celebrando una fecha en que no la hubo), cuando hoy, acaso más que hace 200 años, la economía del país depende del capital financiero extranjero: cuando el cobre ha dejado de ser chileno; cuando los recursos energéticos del país (electricidad, aguas, caminos, comunicaciones telefónicas) están bajo el predominio de empresas transnacionales españolas. Estos capitales tienen en este 2010, mucho mayor poder que el que tenían los españoles que dominaban la colonia en los años de 1810. Prueba de ello ha sido que con malas artes, incluidas dudosas indemnizaciones, se han levantado represas en el Biobío, no importando destruir el ambiente, las formas de vida de nuestr*s herman*s pewenche y deteriorar la vida de las comunas ribereñas, como Hualqui, frecuentemente inundada por la irresponsabilidad de los empresarios y sus tecnócratas.

Rechazamos el montaje de «unidad nacional», pues ello encubre que hay clases oprimidas y opresoras, con intereses que nunca se van a unificar; que hay culturas y pueblos oprimidos y hay una cultura y un megapoder opresor.

Declaramos que no representan a nuestros pueblos los que rendirán homenaje al ejército invasor.

Agradecemos a los hermanos que llevan adelante esta nueva movilización, en especial quienes están en huelga de hambre, por estar instalando de nuevo ante el Estado y la opinión publica, la situación que vive nuestro pueblo mapuche, rompiendo el cerco comunicacional y generando preocupación del gobierno, los poderes fácticos y de la sociedad civil. Agradecemos a los sectores conscientes y solidarios de la sociedad chilena, a las organizaciones populares, a los movimientos que, desde el pueblo chileno, desde los demás pueblos originarios, están manifestando su simpatía por la causa mapuche y llamamos a la sociedad en su conjunto a apoyar nuestras demandas y a practicar una Nueva Relación de pueblo a pueblo.

Hacemos un llamado a todas las personas y organizaciones que se han movilizado y han solidarizado con nuestros hermanos en huelga de hambre, a que, más allá del resultado de la huelga misma, su acción no decaiga y se mantengan en movilización permanente por los derechos fundamentales de nuestros pueblos: por las autonomías, el Buen Vivir, el reconocimiento constitucional, la restitución de tierras y territorios usurpados, la interculturalidad. Llamamos a fortalecer a las organizaciones indígenas del campo y la ciudad, hasta constituir un fuerte movimiento de los pueblos originarios.

José Ignacio Llancapan Calfucura, Consejero Indígena Urbano.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.