Generaciones de guerra y paz Después de la jornada electoral del plebiscito del 2 de octubre multitudinarias marchas han copado las plazas públicas a lo largo y ancho del país. Una de ellas, la Tercera Marcha del Silencio por la paz, mostró el anhelo colectivo por una solución negociada del conflicto de Colombia. Esta marcha […]
Generaciones de guerra y paz
Después de la jornada electoral del plebiscito del 2 de octubre multitudinarias marchas han copado las plazas públicas a lo largo y ancho del país.
Una de ellas, la Tercera Marcha del Silencio por la paz, mostró el anhelo colectivo por una solución negociada del conflicto de Colombia. Esta marcha fue impulsada por los jóvenes universitarios que nutren el Movimiento Estudiantil Paziempre.
La paz como bandera de movilización social es un legado que recogemos de la sociedad civil de los años cuarenta y cincuenta, a la que le tocó sufrir la Violencia que teñía los ríos de sangre por la disputa liberal-conservadora.
Años después, el narcoterrorismo de los años ochenta y noventa trajo el desplazamiento forzado de cientos de miles de compatriotas, la crisis institucional del Estado y los magnicidios de líderes políticos de diversas colectividades.
El Movimiento Estudiantil Paziempre le propone al país un diálogo nacional en torno a la paz.
La Asamblea Nacional Constituyente de 1990 surgió en una coyuntura histórica de cambios fundamentales en materia económica, política y cultural en todo el mundo. Pero esta iniciativa no hubiera sido posible si los jóvenes de aquella época no se hubieran puesto de acuerdo para cuestionar a la guerra que se llevaba la vida de sus familiares, y de sus líderes sociales y políticos.
En este momento, en la encrucijada en la que se encuentra la aprobación de los acuerdos de la mesa de conversaciones de La Habana, y al mismo tiempo que se da la instalación de la fase pública de negociación con el ELN y las masivas movilizaciones de colombianos y colombianas que se unen mas allá de su color político, su formación académica, su credo religioso, su condición social o su elección por el Sí o por el No en el plebiscito, el Movimiento Estudiantil Paziempre le propone al país un diálogo nacional en torno a la paz.
Los tiempos están corriendo en contra de la paz y nuestro país necesita un diálogo ameno y fraterno entre todos los sectores que están interesados en el fin de la guerra. Un diálogo en el que las victimas tengan un papel protagónico, por ser las primeras en sentir y vivir en carne propia los fragores de las confrontaciones armadas entre los actores del conflicto en los campos y las ciudades.
Los estudiantes de diversas universidades nos hemos reunido en Paziempre para proponerle al país movilizarnos activamente en las calles enarbolando la bandera de la paz y reuniéndonos en diferentes espacios para discutir el fin de las confrontaciones violentas entre hermanos, madres, padres e hijos de esta tierra que no merece vivir en la incertidumbre de los tiros de fusiles, vengan de donde vengan.
Los jóvenes y la paz son indisolubles, no se pueden separar. Su energía creadora y propositiva se ha hecho visible en los medios de comunicación, en las cátedras universitarias y en los colegios donde se les habla a las más pequeñas generaciones sobre la importancia de vivir en paz y resolver nuestras diferencias sin usar la violencia.
Un silencio clamoroso
La Tercera Marcha del Silencio por la paz recogió el legado de dos hechos fundamentales de la historia política nacional:
- La Marcha del Silencio encabezada por el político liberal Jorge Eliécer Gaitán el 7 de febrero de 1948, en la que se denunció la situación extrema de violencia bipartidista. En ese año caería muerto el propio Gaitán Ayala en el centro de la ciudad de Bogotá el 9 de abril.
- El segundo legado se remonta a la década de los noventa: el asesinato en Soacha de Luis Carlos Galán, líder del movimiento Nuevo Liberalismo y precandidato liberal para las elecciones de 1990, fue el catalizador de la segunda movilización por la paz que se realizó en completo silencio. Aunque los magnicidios no se detuvieron y cayeron en menos de un año el candidato por la Unión Patriótica, Bernardo Jaramillo Ossa, y el candidato de la Alianza Democrática M-19, Carlos Pizarro Leongomez, la marcha del 89 sentó un precedente para nuestras propuestas en el presente.
La última marcha acuñó el lema «por todo lo que nos une y contra todo lo que nos separa», que es justamente lo que queremos replicar con el Movimiento Estudiantil Paziempre.
Nuestro énfasis está en lo que queremos en común como sociedad.
No desconocemos que son muchas las divergencias que tenemos, pero nuestro énfasis está en lo que queremos en común como sociedad. Conseguir esto sería cumplir el derecho a la paz, consagrado por el artículo 22 de la Constitución de Colombia.
Estos dos escenarios de participación fueron las bases del manifiesto construido con muchas manos, en el que expresamos que:
- Rechazamos todo tipo de violencia, cualesquiera que sean las ideologías o intereses que pretendan justificarla.
- Exigimos el respeto de los derechos humanos en Colombia.
- Reiteramos que el derecho a la paz es de obligatorio cumplimiento y no aceptaremos que se siga vulnerando.
- Exigimos que se mantenga el cese bilateral al fuego como garantía para los ciudadanos y como expresa voluntad de la búsqueda negociada del fin del conflicto.
- Creemos firmemente en el diálogo nacional como medio efectivo para encontrar el camino hacia la construcción de paz. Por ello, consideramos que las negociaciones con las FARC y el ELN no se deben abandonar.
- Exigimos enérgicamente al Estado y sobre todo a la ciudadanía reconocer la importancia de la participación ciudadana y hacer uso responsable de esta.
- Reiteramos la necesidad de oír la voz de todos los colombianos, especialmente la de los habitantes del campo, quienes han sido los más afectados por el conflicto y los más olvidados por nuestra nación.
- Exhortamos a la reconciliación del país, que solo es posible entendiendo la necesidad de reconocer la diferencia y convivir en paz en medio de esta.
Propuestas a la sociedad
En la presentación de los principios del manifiesto por la paz (leído en la movilización del día 5 octubre) ante el presidente de la República y Premio Nobel de paz, Juan Manuel Santos, los estudiantes integrantes de Paziempre propusimos:
- Que no se deje de ejecutar lo alcanzado en temas humanitarios como el desminado, la liberación de secuestrados y los niños fuera de la guerra, sin olvidar también la protección a los defensores de derechos humanos y líderes sociales que se han visto amenazados por el conflicto.
- Teniendo en cuenta que estamos contra el reloj y la sociedad hace un llamado contundente para que la paz se logre lo más pronto posible, exigimos que se trabaje sobre la base de los acuerdos existentes.
- Un compromiso claro y puntual de pedagogía sobre todo lo que ha pasado y lo que venga.
- Las negociaciones no se deben alargar y mientras haya negociaciones debe haber cese al fuego.
- Transparencia y agilidad. Tiene que haber un cronograma y unas fechas claras. Necesitamos conocer el nuevo cronograma antes del 20 de octubre.
- Las víctimas deben estar en el centro de la discusión: énfasis en verdad, justicia, reparación y no repetición.
- Las negociaciones no pueden ser un escenario de cálculos electorales.
Estas propuestas no solo fueron comunicadas al presidente, también fueron llevadas a los dirigentes del No que no se sienten representados por los planteamientos del uribismo, como Jaime Castro y Pedro Medellín, y serán llevadas y discutidas con todos los interesados en la paz.
Paziempre y los jóvenes estudiantes que la integran están empeñados en que la bandera de la paz sobrepase todos los intereses políticos particulares y desean que el pleno de la sociedad colombiana se ponga en sintonía de su deseo histórico de acabar con esta guerra que solo ha dejado desolación y sangre en nuestra tierra.
Jonathan Ernesto Alonso, Estudiante de la maestría en Comunicación- Educación, licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, integrante del Movimiento estudiantil Paziempre, organizador de la marcha del silencio por la paz.