El sábado 29 de mayo, Luis Amable Catrimil y Mireya Figueroa, lonko y secretaria de la comunidad de Tricauco, junto al lonko José Cariqueo, de la comunidad de Quiñón de San Ramón, y Ciriaco Millacheo, lonko de la comunidad Chequenco, y los dirigentes Juan Colihuinca y Juan Carlos Lielmín, anunciaron su decisión de declararse en […]
El sábado 29 de mayo, Luis Amable Catrimil y Mireya Figueroa, lonko y secretaria de la comunidad de Tricauco, junto al lonko José Cariqueo, de la comunidad de Quiñón de San Ramón, y Ciriaco Millacheo, lonko de la comunidad Chequenco, y los dirigentes Juan Colihuinca y Juan Carlos Lielmín, anunciaron su decisión de declararse en rebeldía y no presentarse ante el Tribunal por los juicios que se llevan en su contra, por considerar que ya han sido condenados de antemano y que no hay ninguna posibilidiad de que su juicio sea justo.
Las causas por las que están siendo sometidos a proceso altos dirigentes de organizaciones y comunidades mapuches son por «incendio terrorista» al fundo Poluco-Pidenco de la forestal Mininco (grupo Matte), por el que hay 11 encausados, y por «asociación ilícita terrorista», en la que figuran otros 18, que en algunos casos se repiten. Ambas causas están bajo la Ley Antiterrorista, confeccionada a la medida de la dictadura de Pinochet y que ha resultado ser una herramienta útil al gobierno de Lagos para reprimir al pueblo mapuche. Cabe hacer notar que esta ley sólo puede ser aplicada por solicitud del ministerio del Interior.
Tras haber pasado más de un año encarcelados -como es el caso de Mireya Figueroa- esperando el juicio que se va a realizar recién el 22 de junio, los dirigentes accedieron a la detención domiciliaria ante las presiones externas por un proceso que se ve a todas luces injusto. El viernes pasado (28 de mayo), se debían presentar ante los tribunales para tomar conocimiento del juicio, pero surgió el serio rumor de que la fiscalía pediría que se les detuviera y que esperaran el juicio encarcelados. Cierta o no, esta posibilidad llevó a los dirigentes a tomar una decisión que ya venían sopesando: «no presentarse más a los tribunales». Decisión que tomaron teniendo en cuenta las maniobras que es capaz de hacer la Justicia chilena cuando de dirigentes mapuches se trata.
Demostrando apoyo a su causa, el comunicado que informa de esta decisión fue hecho público en la Plaza de Armas de Santiago por dirigentes juveniles entre los que se encontraban el Secretario General de las Juventudes Comunistas, Sergio Sepúlveda; el Secretario General de la Juventud Rebelde Miguel Enríquez, Vicente Painel; el miembro de la corriente Juventudes Socialistas de Izquierda de la JS, Enrique Ramos; el dirigente del Departamento Juvenil de la CUT, Osvaldo Olivares; la Secretaria General de la FECH, Sandra Saavedra; la Vocera de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Santiago, Romina Fuentes, entre otros. Los dirigentes juveniles dieron a conocer además la formación del Comité de solidaridad con los dirigentes mapuches y su pueblo.
El siguiente es el texto íntegro del comunicado.
«El gobierno chileno tiene tomada la decisión de condenarnos»
«Nosotros, lonko, dirigentes y gente de comunidades mapuche, injustamente perseguidos por la justicia chilena queremos comunicarles a nuestras familias, a nuestras comunidades, a todos nuestros peñi y lamgen y a todos los no mapuche que quieran escucharnos, lo siguiente:
Somos objeto de un juicio injusto, donde somos acusados por leyes que quedaron del tiempo de Pinochet, donde nos dicen que somos terroristas, un peligro para la sociedad, que somos gente violenta.
Nada de eso somos. Somos persona, dirigentes y lonko mapuche que hemos luchado, y seguiremos luchando por nuestro pueblo, por la tierra que nos pertenece, porque la sociedad mayor no nos siga avasallando, por las forestales, no sigan matando a nuestra madre tierra con sus pinos y eucaliptos.
Los juicios a los que nos someten no son justos. No toman en cuenta ni respetan nuestra cosmovisión, nuestra manera de ver las cosas, no consideran la deuda histórica que el Estado chileno tiene con nosotros, no se dan cuenta de nuestra pobreza y de la amenaza real de que desaparezcamos como pueblo.
Que los juicios contra nosotros no dan garantías, también lo dice otra gente a nivel internacional. El informe del relator especial de las Naciones Unidas, Rodolfo Stavenhagen, dice que «hay una condición de vulnerabilidad del derecho al debido proceso, que afecta de manera selectiva a un grupo claramente identificado de dirigentes mapuche»; nosotros somos parte de esos dirigentes que habla el señor relator. Además Amnistía Internacional también entregó un informe donde afirma lo mismo que el Relator Especial de Naciones Unidas. Por el informe del relator especial, el Estado chileno fue condenado por violar los derechos humanos de los pueblos indígenas en la última asamblea de las Naciones Unidas.
Estamos convencidos de que el Estados y el gobierno chileno tienen tomada la decisión de condenarnos. De nada valdrán las pruebas de nuestra inocencia frente a la existencia de testigos protegidos, donde se gastan enormes sumas de dinero para mantenerlos, frente a la existencia de 41 testigos sin rostros, los que al igual, que en las películas de terror de oscuras dictaduras testificarán sin que nosotros o los abogados defensores sepamos si su testimonio es real o no.
Que vamos a ser condenados, lo demuestra lo vivido por los lonkos Aniceto Norín y Pascual Pichún, quienes están presos por «amenazas terroristas», después que otro tribunal había decretado su libertad. Lo demuestra también la condena a diez años de Víctor Ancalaf y lo demuestra que, en el caso del único muerto a raíz del mal llamado conflicto mapuche, el peñi Alex Lemún, el oficial de carabineros culpable de esta muerte haya sido sobreseído por un tribual militar. Que vamos a ser condenados, lo demuestra el que contra nosotros se unen el ministerio público, las empresas forestales, algunos alcaldes y el propio gobierno. La justicia nunca nos favorece, siempre está de lado de los poderosos, de las empresas eléctricas, de las forestales y de quienes nos reprimen.
Por todas esas razones y porque consideramos que somos inocentes de los cargos que se nos acusan es que nos hemos decidido a no presentarnos más a los tribunales, hemos decidido no acatar la ley chilena hecha para castigarnos.
No abandonamos nuestro pueblo y su lucha, no abandonamos a nuestras familias, hemos escogido una forma distinta de seguir luchando. Hemos querido hacer un gesto que muestre que no es inevitable caer en manos de quienes nos persiguen, que en la lucha, por dura que sea, siempre se pueden lograr pequeños y grandes triunfos.
Agradecemos a los hermanos y comunidades que nos acogen, incluso poniendo en peligro su propia seguridad y las de sus familias. Ellos han entendido nuestra actitud, esperamos que el mundo también lo haga.
Marri Chiweo».