Los líderes europeos intentan mostrar unidad en la Reunión de la Comunidad Política Europea en un contexto de fragilidad del proyecto de la UE. Mientras, los movimientos sociales de Granada se rebelan contra esa imagen fija y se manifiestan para exigir otra Europa desde el ecologismo, feminismo, anticapitalismo y antirracismo.
Este jueves la ciudad de Granada nos ha dado una imagen paradigmática. A la misma hora, en una esquina de la ciudad, los trajes, corbatas, pasos graves, apretones protocolarios y sonrisas artificiales se encontraban de bruces con la arquitectura andalusí en la cena protocolaria de la reunión de la Comunidad Política Europea.
Al otro lado de
la ciudad, miles de personas con ademanes menos impuestos gritan y se
manifiestan contra la imagen fija de las instituciones. A un lado
quienes redactan las normativas y al otro a quienes les afectan. A un
lado la élite política y al otro, el resto, que somos todas las demás.
Dos partes de la sociedad que en muy pocas ocasiones se comunican.
La
Cumbre de la Comunidad Política Europea de Granada está siendo lo que
prometía un escaparate para el proyecto europeo con el objetivo de su
supervivencia y para el estado español que busca mostrar su solvencia a
nivel internacional. Así lo han demostrado las palabras de Pedro Sánchez
al inicio de la jornada, que ha comentado que a nivel internacional
España es representada “por los valores y la convivencia”, en referencia
al reciente anuncio de que el estado español junto a Marruecos y
Portugal albergará el mundial de fútbol de 2030.
Los ojos mediáticos han estado puestos en la figura de Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, uno de los países que tras el conflicto con Rusia se encuentra a las puertas de entrar a la UE en su proyecto de ampliarse. Al respecto del apoyo de la Comunidad Europea a Zelenski en cuestiones bélicas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sido rotunda en Granada exponiendo la “obligación de Europa de ayudar a Ucrania frente al uso de la fuerza de Rusia” porque es una “amenaza a la arquitectura de la seguridad europea”. Cerrando de un carpetazo la posibilidad de discrepancia en cuestiones como el envío de armas de los países miembros.
En los dos últimos años la unión europea ha dado un volantazo en su política armamentística y ha aumentado su interés en “proteger Europa” con esos medios. El pasado 28 de Junio la comisión aprobaba un acuerdo para la adquisión de material militar de forma conjunta y el 3 de mayo de este mismo año el comisario de comercio interior Thierry Breton presentaba un plan de 500 millones de euros para “poner la industria de defensa europea en modo guerra”.
Otro de los objetivos de este encuentro ha sido avanzar en el pacto de migración y asilo europeo atrasado y paralizado en varias ocasiones por la falta de acuerdo entre los países miembros. Un desacuerdo que tiene una clara protagonista la ultraderecha, especialmente representada por la primera ministra italiana Giorgia Meloni, cuya política migratoria se define por una total vulneración de los derechos humanos. Meloni lleva meses forzando “un endurecimiento de las fronteras” para abordar la cuestión de las migraciones. Sánchez defiende el pacto y ha señalado en Granada que “es un acuerdo en el que todos hemos tenido que ceder”.
Sin embargo, desde IU han denunciado el pacto europeo en esta materia por “ser una cesión a la extrema derecha”. La portavoz federal de IU, Sira Rego así lo comenta: “El acuerdo sirve en bandeja a Meloni decir cuando se pueden hacer operaciones de rescate y perseguir judicialmente a las ONGS que las hacen”. La ultraderechista ha aprovechado su visita a la ciudad nazarí para tener una reunión sorpresa, al margen del resto de miembros de la UE, con el primer ministro británico Rishi Sunak, en búsqueda de alianzas entre ultraconservadores para “detener los flujos migratorios”. Un encuentro ajeno al resto de potencias que hace de contrapeso al discurso de unidad que se ha expuesto por parte de las instituciones durante el desarrollo de la jornada.
Granada no es una foto
La crítica a las políticas bélicas y en materias de migración de la Unión Europea han sido una de las reivindicaciones de la manifestación que se ha celebrado a la par que la cumbre de líderes Europeas. En la que miles de personas y colectivos sociales han denunciado “el modelo de Europa que representa esta cumbre” y han exigido “otra Europa”. La convocatoria ha recordado además que la imagen de los líderes europeos en la Alhambra no es representativa de la sociedad bajo el lema de “Granada no es una foto”.
Según la organización, a la concentración han asistido unas 4.000 personas, una cifra que la Policía Nacional, baja hasta los 2.000 manifestantes. La manifestación, organizada en el contexto de la Cumbre Social de Granada, estaba pensada para recorrer el centro de la ciudad. Ante eso, la Subdelegación de Gobierno decidió trasladarla a 5 kms del epicentro de la Cumbre Europea “por razones de seguridad”.
A pesar de varias sentencias a favor de las activistas, el TSJA ha dado por bueno ese recorrido alejado. Sin embargo, desde la Cumbre Social de Granada se ha justificado que “el traslado de la manifestación obedece a razones de oportunidad política”. La manifestación se ha desarrollado con la presencia continua policial, que según exponen el colectivo StopRepresión Granada no contaban con la identificación visible como recoger la legislación.
La agrupación de colectivos sociales granadinos, Ayuntamientos Granada, ha aprovechado la concentración y la cumbre social para redactar una Carta Social que recoge distintas propuestas para solventar problemáticas de la ciudad. Propuestas desde lo local para construir una ciudad feminista, anticapitalista y verde. Una alternativa que, según Ajuntamientos Granada, hace “frente a un mundo desbocado, en crisis permanente” y que con el texto “queremos reconstruir la sociedad desde nuestras vidas, desde nuestros barrios, desde nuestra ciudad”.
Contra la Europa ecofascista
Durante la mañana del viernes 6 de octubre, activistas de Futuro Vegetal se han pegado al asfalto de la avenida Reyes Católicos en pleno centro de la ciudad, esquivando el gran despliegue policial de la Cumbre Europea. La acción ha tenido como objetivo denunciar la cita de líderes europeos que consideran refleja una “Unión Europea ecofascista”.
Las
activistas han justificado esta connotación de la UE alegando que “¿Qué
es la UE si no una alianza militar que busca mantener a toda costa sus
privilegios mundiales a base de explotar regiones vulnerables del mundo,
manteniendo a su población en la más absoluta alineación e
inconsciencia sobre el genocidio más grande de la historia que se está
perpetrando?”.
Desde Futuro Vegetal han anunciado además que la solución ante las políticas europeas que aseguran “la supervivencia de las clases privilegiadas a costa de nuestro sufrimiento” es la “autoorganización para poner la vida en el centro”.