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Los otros retenidos

Fuentes: ANNCOL

Los medios de comunicación en manos de la oligarquía emborronan cuartillas mostrándonos lo sádicos que son los miembros de las FARC con los prisioneros en su poder. No podía ser de otra manera. Es una posición de clase. Ellos quisieran que las FARC, en plena selva, con 20.000 soldados esparcidos en la selva, persiguiéndolos para […]

Los medios de comunicación en manos de la oligarquía emborronan cuartillas mostrándonos lo sádicos que son los miembros de las FARC con los prisioneros en su poder. No podía ser de otra manera. Es una posición de clase.

Ellos quisieran que las FARC, en plena selva, con 20.000 soldados esparcidos en la selva, persiguiéndolos para matarlos a ellos y a los retenidos, les construyeran a los retenidos un hotel de 5 estrellas o un ‘Club El Nogal’. Y que además los trataran con guantes de seda. Pero las FARC no puede hacerlo porque estas construcciones son algo ajeno a su accionar, a su modo de operar.

Los medios burgueses -salvo una reseña ‘periodística’- siempre publican sus escritos sobre los guerrilleros presos para mostrar el ‘poder del estado’, el ‘poder de coerción del estado’. Y a ellos les importa un bledo la violación de sus propios preceptos constitucionales, de su propia Constitución burguesa. Por ello siempre y por siempre han masacrado, asesinado selectivamente y desaparecido forzosamente a miles de miles de colombianos. Y lógicamente a todos ellos les han aplicado Tortura.

Sólo cuando los instrumentos utilizados para el genocidio -los narco-paramilitares, con sus figuras del ‘sicario en moto’, el ‘asesino de la motosierra’ y el ‘mochacabezas’- se vuelven incómodos, o pretenden apoderarse del poder, aplicando el ‘quítate tú pa’ponerme yo’, entonces reaccionan y les fabrican un ‘proceso de paz’.

Vemos que adelantan campañas por la liberación de retenidos en poder de las FARC, pero les ‘corre un fresquito’ cuando hay guerrilleros extraditados a USA por el gobierno de Álvaro Uribe. Mucho menos les va a importar las condiciones de tortura a que son sometidos Sonia y Simón Trinidad. Y otros prisioneros en Colombia.

Llama la atención que a esa campaña se sume el alcalde electo de Bogotá, Samuel Moreno, quién informó que colocarán avisos, cartelones, etc, por la ‘liberación de los secuestrados en poder de las FARC’, pero por ningún lado vemos que se muevan a luchar por la repatriación y liberación de Sonia y Simón Trinidad.

Un alcalde electo por el PDA, izquierda, debería saber lo que es la ‘neutralidad’, máxime cuando la no neutralidad implica apoyar al enemigo de clase de quienes dice representar. ¿Por qué no colocar, por ejemplo, la foto de Ingrid al lado de la de Sonia? ¿Por qué no colocar la foto de alguno de los gringos al lado de la de Simón Trinidad? ¿Porque es mal visto por la oligarquía y el imperio USA? Y a nosotros que nos importan ellos, si ellos son los que primero y siempre violan los derechos humanos de los colombianos… y de todo el mundo.

Ahora bien, hemos visto que el estado de los prisioneros populares es difícil. Sin embargo, ninguno de ellos se ha quejado, han asumido con gallardía la difícil situación por la que atraviesan. Simón informó -no se quejó- de las condiciones en que estaba: una bombilla de alto poder encendida las 24 horas al día, no podía hablar con nadie, no podía recibir prensa, no podía estudiar el idioma, una celda de 2×2, posibilidad de ‘ver el sol’ 15 minutos cada mes, etc, etc. Igual Sonia. Igual estuvo Rodrigo Granda. Y así están miles de luchadores populares. ¿Y cómo están los socios de Uribe? Felices, delinquiendo desde las cárceles, y ahora inventan cuentos como que el hermano del comandante de las Farc tal maneja ‘el negocio de droga desde la cárcel’, en fin, novelones tendientes a justificar a sus ‘socios’, que hasta dan risa.

En consecuencia, es nuestra obligación como prensa alternativa señalar estos exabruptos. Sabiendo que ellos responden a posiciones de clase. Y que al señalarlos entramos en la ‘lista negra’ de los enemigos del régimen. Pero esto, la verdad, es que no nos importa, al contrario, nos alegra. Porque como dijo Dimitrov, el comunista búlgaro: «Si el enemigo de clase del proletariado te alaba, piensa en la falta que has cometido».