A lo menos tres de los considerados como los políticos más progresistas de las últimas décadas -vinculados a orígenes socialistas y miristas- aparecen hoy involucrados en tratos turbios con Julio Ponce Lerou, el ex yerno del dictador Augusto Pinochet y controlador de la empresa minera no metálica Soquimich (SQM). Se trata del senador socialista Fulvio […]
A lo menos tres de los considerados como los políticos más progresistas de las últimas décadas -vinculados a orígenes socialistas y miristas- aparecen hoy involucrados en tratos turbios con Julio Ponce Lerou, el ex yerno del dictador Augusto Pinochet y controlador de la empresa minera no metálica Soquimich (SQM). Se trata del senador socialista Fulvio Rossi Ciocca, del ex ministro y ex senador Carlos Ominami Pascual y del ex diputado y ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami Gumucio.
Los tres están siendo investigados desde hace más de un año por la Fiscalía Nacional y deberán ser formalizados por diversos delitos que aún no se precisan con exactitud. Junto a ellos aparecen implicados numerosos familiares, amigos y colaboradores quienes integraron redes de protección y apoyo para cometer los ilícitos.
Rossi, 45 años, médico de la PUC, ex presidente de la Feuc, ex diputado por Iquique entre 2001 y 2009 y más tarde senador por Arica y Tarapacá, estuvo casado con Carolina Tohá, actual alcaldesa de Santiago, entre 2005 y 2010, fecha en que decidieron separarse tras un áspero conflicto cuando ambos decidieran postularse a las presidencias del PS y PPD, respectivamente. En 2009 Rossi fue severamente cuestionado por sus compañeros de la Concertación tras la victoria de Sebastián Piñera en la elección presidencial. El candidato derechista obtuvo su mayor votación nacional en Iquique (60%), la circunscripción del médico socialista.
En las elecciones internas del PS de julio de 2011, ganó la lista que encabezaban Rossi y el diputado Osvaldo Andrade. La votación obtenida de ambos llevó a Andrade a la presidencia y a Rossi a la secretaría general. Con solo 40 años de edad el senador nortino prometía ser una de las mejores cartas socialistas para llegar a La Moneda.
No obstante, hoy se sabe que a lo menos desde su segundo periodo como diputado, Rossi mantuvo contactos con ejecutivos de SQM. Los fiscales poco a poco han descubierto boletas entregadas por asesores del ahora senador que comprueban vínculos irregulares. A mediados de 2012, cuando preparaba su reelección a la Cámara Alta, mantuvo un frecuente intercambio de correos electrónicos con Patricio Contesse, entonces gerente general de SQM, solicitando aportes económicos no sólo para él sino también para otros 32 candidatos a alcaldes y concejales que postulaban en las elecciones edilicias de ese año y que formaban parte de su red en el Norte Grande.
SUSPENDIO SU MILITANCIA
Cuando el escándalo fue evidente, a comienzos de septiembre pasado suspendió su militancia en el PS. En el Senado, en tanto, presentó una licencia médica que se extiende hasta fines de noviembre para operarse de un cáncer a la tiroides y esperar la llegada de un nuevo hijo. Por esos días -conmocionados por la irrupción del tema en la prensa- los senadores de su partido lo invitaron a comer en el restaurante Danoi, en Ñuñoa. Allí explicó con dificultades sus relaciones con SQM y aseguró también que no tenía vinculación alguna con los aportes de Corpesca, la empresa del grupo Angelini, a algunos parlamentarios. Rossi se encuentra querellado, junto a otros congresistas que integraron la Comisión de Pesca, por diversas asociaciones de pescadores que los acusan de recibir dinero para defender los intereses del cartel de ese rubro.
La afiliación de Rossi al PS fue cuestionada en junio por militantes de la corriente Movimiento de Izquierda Socialista de la JS, quienes ya habían presentado un recurso ante el Tribunal Supremo de la colectividad pidiendo la expulsión del parlamentario. La entidad respondió que debían esperar a que Rossi se reintegrara al partido.
Otra turbia vertiente de las relaciones de Rossi con Ponce Lerou es el papel que cumplió en la comisión investigadora del caso «cascadas». En ella sintonizaba más con los democratacristianos Roberto León y Ricardo Rincón al exponer los mismos argumentos que esgrimían los abogados de SQM. Tiempo después, en febrero de este año, ex asesores de Rossi y el hijo de León aparecieron vinculados a boletas presuntamente falsas emitidas a SQM. De acuerdo a los antecedentes que SQM remitió a la Fiscalía, René Madariaga Caronna, ex asesor del comité de senadores del PS, habría recibido pagos de la firma minera no metálica por 16 millones de pesos. Además, un informe interno de Soquimich menciona que el ex asesor legislativo habría recibido cuatro boletas de honorarios entre enero y abril de 2009. En febrero de 2015 se conocieron supuestos pagos que recibió una asesora del senador PS, Mariela Molina Aguilera, quien, según antecedentes aportados por la Fiscalía, emitió boletas por más de cuatro millones de pesos en julio de 2009, fecha en que trabajaba con el legislador oficialista. Muchas, demasiadas zonas grises. Habrá que esperar a que Rossi termine su licencia médica.
LINAJE DE SAMURAIS
Carlos Ominami Pascual, 66 años, economista, ex ministro de Economía de Patricio Aylwin entre 1990 y 1992, ex senador por la Quinta Región Cordillera entre 1994 y 2009. Es hijo del fallecido general de la Fach Carlos Ominami Daza y de Edith Pascual. Militó en el MIR desde 1968 y en 1973 se asiló en Bélgica y luego se instaló en Francia, donde siguió militando en el MIR por algunos años. Se casó con la periodista Manuela Gumucio Rivas y adoptó a su hijo Marco, hijo de Miguel Enríquez, el secretario general del MIR caído en combate el 5 de octubre de 1974. Desde 1978 a 1983 militó en la Convergencia Socialista y después ingresó al PS. Regresó a Chile en 1984 y empezó a escribir columnas en la revista Cauce . A fines de los 80 se transformó en uno de los voceros de la Concertación de Partidos por la Democracia, conglomerado al que renunció en 2009 para apoyar la candidatura presidencial de su hijo adoptivo Marco Enríquez-Ominami.
A mediados de octubre pasado la Fiscalía precisó que Ominami concurrió en mayo o junio de 2009, cuando repostulaba como candidato independiente a un cupo senatorial, a las oficinas de SQM y se entrevistó con Patricio Contesse, quien se comprometió a entregarle un aporte de 60 millones de pesos. Katherine Bischof, secretaria de Contesse, afirmó que Ominami concurrió a la entrevista acompañado de Marco Enríquez-Ominami, líder del Partido Progresista y candidato presidencial en aquella época.
No se sabe con precisión cuándo Ominami conoció a Ponce Lerou y a Contesse, pero se puede presumir que lo hizo mientras era ministro de Economía y formaba parte del consejo directivo de la Corporación de Fomento, donde se tomaban decisiones cotidianas sobre Soquimich. El apoyo monetario comprometido por Contesse se coordinó con el jefe de campaña de Ominami en 2009, el ex tesorero del PS, Milton Lee Guerrero, con quien militó en el MIR y al que conoce desde hace más de 40 años. Lee declaró ante la Fiscalía que la ayuda de SQM fue de 150 millones de pesos, pagados en ocho cuotas de 20 millones mensuales, y que se hizo a través de su empresa Alerce Talleres Gráficos.
Cuando Ominami declaró ante la Fiscalía afirmó que nunca supo de las facturas emitidas por la empresa de Lee a SQM y que «en ningún momento pensé que la concreción de estos aportes pudiera hacerse de manera maliciosa», añadiendo que «de esos aportes no recibí ningún peso y no emití ningún tipo de boletas o facturas».
SE QUERELLA EL SII
Hasta ahí llegó la amistad entre los dos socialistas. Lee declaró en una entrevista que Ominami le pidió facturar a SQM y que cada cual tenía que asumir su responsabilidad. «Todos somos adultos y sabemos lo que hacemos», afirmó el ex tesorero del PS, clave en muchas de las campañas del PS donde se ha hecho cargo de todo tipo de impresos para el trabajo electoral.
El golpe de gracia llegó el 30 de octubre cuando el Servicio de Impuestos Internos, SII, anunció la presentación de una querella ante el 8° Juzgado de Garantía contra Carlos Ominami Pascual. Según la entidad el ex senador presentó durante los años tributarios 2010 y 2011 declaraciones de Impuesto a la Renta maliciosamente falsas por el aumento indebido del crédito fiscal mediante la incorporación en la contabilidad de ocho facturas falsas, generando un perjuicio fiscal que asciende a 75 millones 205 mil 493 pesos. En el escrito se acusa el carácter falso de las facturas emitidas por el contribuyente Alerce Talleres Gráficos a SQM, y ello obedece a que los servicios detallados en las facturas fueron prestados a Carlos Ominami Pascual y no al contribuyente SQM. La querella también incluye a Patricio de Solminihac Tampier, Patricio Contesse González y Ricardo Ramos Rodríguez, en su calidad de representantes legales de la Sociedad Química y Minera de Chile, y a Milton Lee Guerrero, en su calidad de representante legal de la sociedad Alerce Talleres Gráficos.
Ominami ya se había visto involucrado públicamente con SQM en marzo de 2015. En ese mes se supo de aportes por 90 millones de pesos hechos en 2012 y 2013 por la empresa de Ponce Lerou a la Fundación Chile 21, cuyo presidente ejecutivo es el ex senador socialista y en cuyo directorio figuran Guido Girardi, Gonzalo Martner, Alvaro García H. y Enrique Dávila.
En aquella ocasión, Camilo Escalona, cabeza de la Nueva Izquierda en el PS, dejó entrever en declaraciones de prensa que le parecía que aquellos recursos eran para la campaña presidencial de Marco Enríquez-Ominami y que Julio Ponce había sido un factor clave en el intento de dividir a la Concertación a través del apoyo a MEO, lo que fue desmentido categóricamente por los ejecutivos de Chile 21.
Llama la atención la presencia de Enrique Dávila, ex presidente de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap), en el directorio de la fundación socialista. Dávila se vio involucrado a fines de 2007 en un escándalo que no sólo conmocionó a la empresa, sino también al Ministerio de Minería y a La Moneda.
PURO «PROGRESISMO»
A fines de septiembre se conoció un correo electrónico en el cual Cristián Warner, periodista, jefe de campaña de Marco Enríquez-Ominami y secretario general del Partido Progresista (PRO), se comunicaba con Katherine Bischof, secretaria de Contesse, haciendo referencia al llamado «proyecto de MEO», que éste había presentado a consideración de SQM para obtener apoyo financiero. El correo tiene fecha 27 de diciembre de 2010. La minera no metálica se comprometió a pagar cuatro millones de pesos mensuales, que luego subió a 14 millones y que totalizaron 362 millones entre 2011 y 2013, a través de 34 boletas que emitió Cristián Warner Comunicaciones Publicidad y Marketing EIRL a SQM Salar.
El comprometedor correo fue filtrado luego que el 22 de septiembre el SII presentara una querella en contra de SQM Salar -filial de SQM- involucrada en pagos irregulares a la precampaña de Michelle Bachelet y a asesores de Marco Enríquez-Ominami, entre otros políticos. No obstante, la querella asegura que sólo se podrá investigar a quienes el servicio querelló, restringiendo a la Fiscalía en su labor de indagar a los «facilitadores», quienes son finalmente los que habrían recibido los recursos. Entre ellos, Marco Enríquez-Ominami y otros personeros del oficialismo y de la oposición que fueron claves en la captación de los dineros ilícitos.
Ese fue el camino elegido por el SII -dependiente del Ministerio de Hacienda y de La Moneda- tras un supuesto acuerdo entre todos los ámbitos políticos y empresariales involucrados para evitar que los fiscales penetraran en la oscura maquinaria destinada a financiar la política y, de esa manera, controlar y mantener el actual sistema político y económico.
Publicado en «Punto Final», edición Nº 841, 20 de noviembre, 2015