No son pocos los retos que el pueblo colombiano tiene por construir la paz con justicia social. Con el aval que la Corte Constitucional le dio al plebiscito como mecanismo de refrendación de los de los acuerdos de la Habana, las comunidades del territorio nacional se enfrentan al voto más importante de la historia de […]
No son pocos los retos que el pueblo colombiano tiene por construir la paz con justicia social. Con el aval que la Corte Constitucional le dio al plebiscito como mecanismo de refrendación de los de los acuerdos de la Habana, las comunidades del territorio nacional se enfrentan al voto más importante de la historia de la nación.
Primero; una tarea de quienes apuestan todo por la paz de Colombia, es generar una permanente pedagogía por el sí, que permita dar a conocer que es el plebiscito, para que sirve, cuantos votos se necesitan para ganar y en que puede ayudar a la transformación de la sociedad.
Segundo; presentarle a la sociedad los acuerdos alcanzados en la Habana, iniciando desde la necesidad de sentarse a dialogar para terminar con más de cincuenta años de conflicto social armado, presentar pedagógica los compromisos alcanzados en torno a los seis puntos del llamado «Acuerdo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera» y lograr que la gran mayoría se vincule de manera directa en la construcción de la paz en Colombia.
Tercero: dejar de lado los sectarismos, los vanguardismos, las posturas cómodas de organizaciones que claman la paz pero que con sus acciones atentan contra ella, haciéndole juego al guerrerismo en Colombia.
Por último y de seguro la batalla más dura: generar las condiciones necesarias para emprender el camino de no retorno al conflicto y de la construcción de una paz con justicia social, propiciando una dura batalla del SÍ contra el no de la ultraderecha guerrerista en Colombia. Que expresidentes, senadores, ganaderos, gamonales y narcotraficantes componen en nuestra sociedad, sumándole a ello, el control que estos personajes tienen sobre los medios masivos de comunicación que claman a que persista la guerra.
Si hay un trabajo planificado, aunando los esfuerzos de la izquierda, del progresismo y de sectores democráticos del País, el SÍ por la paz de Colombia no tendrá ninguna duda entre las grandes mayorías, y los millones de votos que las organizaciones esperan, muy ciertamente saldrán con contundencia en las urnas.