«Fomentar toda clase de organizaciones populares es la consecuencia lógica de nuestras ideas básicas, y por lo tanto debería ser una parte integral de nuestro programa… los anarquistas no quieren emancipar al pueblo ; quieren que el pueblo se emancipe a s í mismo…, queremos que la nueva forma de vida surja […]
«Fomentar toda clase de organizaciones populares es la consecuencia lógica de nuestras ideas básicas, y por lo tanto debería ser una parte integral de nuestro programa… los anarquistas no quieren emancipar al pueblo ; quieren que el pueblo se emancipe a s í mismo…, queremos que la nueva forma de vida surja del pueblo y corresponda a su estado de desarrollo y que avance al paso que ellos avanzan » – Ericco Malatesta
A los militantes revolucionarios y revolucionarias
Transcurridos una serie de acontecimientos, acompañados cada uno por sus respectivas reflexiones y aprendizajes, es que los militantes libertarios que suscribimos esta declaración, y ante el quiebre ideológico que atraviesa al conjunto de los libertarios y libertarias tomamos la decisión de separarnos del Frente de Estudiantes Libertarios – Chile asumiendo, con nuestras palabras y acciones , las consecuencias políticas de tal decisión y decididos por tanto a seguir construyendo en el camino revolucionario de nuestro pueblo.
Hoy, existen dos líneas que disputan la tradición política libertaria chilena. Por un lado están quienes, desde la rearticulación de las fuerzas reformistas (Unión Nacional Estudiantil, Izquierda Autónoma, y otros), apuestan ampliar su base social hacia los sectores medios, buscando generar una proyección institucional de las luchas sociales del último tiempo, aspirando a conducir desde los diversos aparatos del Estado el proceso de reordenamiento social y las reivindicaciones democráticas mediante una estrategia para este período que es la Ruptura Democrática. Este proceso encabezado por la Organización Comunista Libertaria e implementado desde su organización satélite Red Libertaria, tuvo su punto de inflexión con el apoyo a la candidatura presidencial de Marcel Claude en la plataforma «Todos A La Moneda». Los resultados de esa apuesta no sólo fueron un fracaso en términos electorales, sino que implicó un retroceso político, puesto que dispersó y tensionó innecesariamente a las fuerzas revolucionarias y sociales, además, de conducir a los libertarios por un camino de pocas claridades y confusión política e ideológica que nos ha privado de constituirnos como un actor definido en la actual coyuntura . Nuestra posición, se explica por tanto en la necesidad de tomar una posición definida en la actual discusión que abrió dicha apuesta y con miras a superar los retrocesos que ésta nos impuso como libertarios.
Nos encontramos en un momento de suma importancia para el proyecto político que hemos construido durante los últimos quince años. El actual ciclo de luchas políticas y sociales nos presenta una oportunidad de construcción como anarquistas, libertarios y revolucionarios. Los resultados de este proceso serán determinantes en el tránsito histórico de la clase trabajadora y los sectores subalternos oprimidos para conquistar nuestra emancipación del orden burgués. El presente año se nos presenta como un contexto de rearme social y político del movimiento social y de recomposición del movimiento popular. Por un lado, debemos abocar nuestros esfuerzos en la constitución de una fuerza social con capacidad de disputa, para lo cual debemos desde el movimiento estudiantil debemos pasar a la avanzada manteniendo el conflicto abierto y retomando la iniciativa frente a los reacomodos del bloque en el poder, socializando la lucha contra el modelo capitalista neoliberal que hemos dado desde el campo educativo hacia los campos de la salud, la vivienda, el género, el trabajo y el territorio, tal proceso implica generar relaciones de construcción concreta con los diversos actores sociales. Por otro lado, se hace necesario también, que desde los revolucionarios, apostemos por la convergencia de nuestras fuerzas políticas y sociales con miras a ser un articulador del movimiento social y constituirnos en una alternativa política para nuestro pueblo.
El movimiento estudiantil afronta un proceso de recomposición a nivel social, y un reacomodo y rearme a nivel político. Ante este escenario como libertarios y revolucionarios debemos canalizar la fuerza dinamizadora de los estudiantes a la tarea de recomposición de la clase trabajadora y del mundo popular. Dicha tarea se asume en este nuevo ciclo de luchas sociales, como el fortalecimiento de la acción directa de masas ,entendida como Acción Movilizadora y Organización Autónoma del aparato estatal. Para esto creemos que la movilización y la organización socio-política, son la vía para cumplir el objetivo de incorporar a nuestro pueblo a la lucha política desde la arena reivindicativa, a la par que articulamos este proceso de lucha y aprendizaje con el objetivo de avanzar en el proceso revolucionario chileno, en otras palabras, incorporar a las masas a la lucha por el socialismo. Centramos nuestras críticas al concepto Ruptura Democrática como contenido o aporte táctico, a su variante que posibilita el rearme del Reformismo en la cual pone como objetivo de la misma generar un cambio de periodo sin una perspectiva histórica.
Por este camino es que asumimos como perspectivas de construcción relevante, la de dotar profundidad programática a las reivindicaciones del movimiento estudiantil, mediante la articulación de un Proyecto Educativo, cuya experiencia concreta de construcción pasa desde el empoderamiento de las comunidades locales del espacio educativo y la vinculación con los actores sociales que permitan darle orientación a la construcción de una educación al servicio de nuestro pueblo, es decir apostar por la Autogestión educativa y el control comunitario. Es aquí donde el eje de la Multisectorialidad cobra sentido para darle forma a este proceso y perspectivas como un espacio de rearme para constituir una fuerza social que enfrente y pase a la ofensiva contra el bloque en el poder, y como disputa y tensionamiento del espacio público, la sociedad civil, con miras a generar un espacio independiente del aparato estatal y los poderes economicos para transitar en el rearme de nuestro pueblo.
Lo anterior se explica, en que entendemos que el Estado, como estructura que hace posible la dominación burguesa, y parte de la totalidad que hace posible el Modelo político-económico, por lo que no puede ni será nunca un aliado de la clase explotada. Suplantar mediante la autoridad y la burocracia a la organización social por más representativas y pseudo democráticas que sean sus formas nunca podrán, ni debe ser el objetivo de una línea revolucionaria y una apuesta política que busque canalizar las luchas del pueblo a la arena institucionalidad no tendrá otro resultado que el suplantar la soberanía del pueblo y los trabajadores en su propia actividad y organización, aquello sólo nos desviarán de nuestros objetivos por un camino ilusorio que significará una derrota en nuestro esfuerzo por la construcción del socialismo, y se traducirá en un avance para la burguesía. Consideramos que toda política revolucionaria debe tener como centralidad la emancipación de la clase trabajadora y de las estructuras que la someten al poder de la burguesía: el patriarcado, la burocracia y el capital.
El camino que nos hemos definido para esto es la construcción estratégica de Poder Popular, entendiéndolo como el proceso de auto-organización de nuestra clase, un proceso de democratización radical de todos nuestros espacios políticos, sociales, de nuestros cuerpos y territorios, como un poder contra-hegemónico que apuesta por enfrentar y superar al Estado y a la burguesía. Es el Poder Popular el que sobrepasará todo tipo de estructuras partidarias tradicionales, burocracias sindicales y formas de control externas del proletariado, logrando así la superación revolucionaria de la sociedad Capitalista, la socialización y autogestión de nuestras riquezas y el autogobierno popular. El Estado, en esta apuesta, es un agente de control que seguirá atacando, criminalizando, reprimiendo y asesinando a compañeros y compañeras de nuestra clase. Consideramos como única alternativa la de continuar apostando al fortalecimiento de nuestros espacios de lucha, la solidaridad de clase, apostando entonces por superar toda forma de sectarismos y divisiones entre revolucionarios que sólo benefician a quienes nos gobiernan y oprimen.
Ningún poder revolucionario, ni ninguna vanguardia autoproclamada por decreto puede creer que su práctica política es la única viable para hacer posible el socialismo. Los anarquistas, surgidos como experiencia concreta, encerramos en nuestra concepción un compromiso ético-político irrenunciable, principios y valores que cobran sentido en nuestra aspiración por organizar a la sociedad de manera federativa y bajo la democracia directa. Pero también los anarquistas hemos y debemos ser críticos con los ideologismos abstractos. Anteponer las banderas propias por sobre las necesidades reales del conjunto de las masas y la lucha socialista es un error que puede arrojarnos a aislarnos y desprendernos de la realidad social concreta que apostamos por transformar radicalmente. Las tareas que nos proponemos implica una confluencia necesaria o con todos los sectores revolucionarios que han optado por entrar a la lucha política desde la perspectiva estratégica del Poder Popular, utilizando como camino el fortalecimiento de la acción directa de masas, de construcción y fortalecimiento de las organizaciones de clase del pueblo trabajador. En este camino que se nos abre, ante los desafíos que debemos afrontar, invitamos a todos los militantes anarquistas, libertarios y revolucionarios a sumarse a este proceso de construcción, al levantamiento de perspectiva programática de largo alcance, bajo el marco de nueva alternativa político revolucionaria en el plano estudiantil.
Seguimos por los caminos del pueblo
Arriba los y las que luchan!
Militantes Revolucionarios, Ex – militantes del Frente de Estudiantes Libertarios
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